SINOPSIS

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Dicen que la vida te pone en tu lugar y es cierto, te pone en su lugar, el mío es el estar sola. No sé por qué me desilusiono al escribirlo, si al fin y al cabo siempre es lo que me venía venir, el estar sola yo, mi oscuridad y mi angustia. No lo voy a negar, porque el estar sola duele en el alma y hace que te duela hasta el cuerpo, pero no voy a poner remedios, prefiero estar sola a hacerme ilusiones de que voy a estar con alguien y al final darme el batacazo al darme cuenta de que no es así.

Duele como un demonio el no poder estar junto a él y darle un abrazo, el poder darle un beso, el sentir sus caricias, sus mimos, ver como sonríe, verlo caminar, ir cogidos de la mano, que me haga reír y que yo lo haga reír a él, el ir al Burger King, el estar tumbada a su lado, hacerlo rabiar, mosquear, darle cariños, el darle besos, nuestros ratos juntos.

Él al final también me ha acabado dejando de lado cuando siempre me dijo que estaría junto a mí, que íbamos ser los dos contra el universo, él era mío y yo era suya, éramos aquella unión imperfecta que al final intentaban ser perfecta, la sintonía que sonaba a gloria pero que de vez en cuanto cometía un error que era reparable, hasta que no se pudo reparar más.

Él era la noche y yo el día, no podíamos estar separados, siempre juntos dándonos mimos, besos, caricias, estando pendientes el uno del otro. Pero siempre hay un pero que interrumpe en todo y que hace que todo se descuadre de una manera vertiginosa.

Yo intenté solucionarlo, lo juro por Dios que lo intente y di todo de mí para que esto saliera bien, di tanto que al final acabé malgastada, hecha pedazos, tirada en el suelo.

Una cosa tengo clara, siempre lo voy a amar, con locura, pero me he dado cuenta de que hay amores que son imposibles, el mío era uno de esos. Quien sabe, a lo mejor el tiempo me otorga una segunda oportunidad y Dios quiera que él este siempre bien, Dios quiera que sea el hombre de provecho y con futuro que su madre tanto anhela por él. Y yo no digo que no anhele, pero siendo egoísta, me hubiera encantado que él estuviera en él y que hubiéramos formado el futuro que tanto queríamos los dos, el uno al lado del otro, unidos para siempre.

Quizás el decirte adiós ha sido la cosa más difícil que he hecho en toda mi vida, porque decirle adiós a la persona que más quieres, a la que has amado por primera vez con toda tu alma, duele y ese dolor te corrompe por dentro, hace que te marchites a pasos agigantados, me duele el alma, el corazón, el cuerpo, mi espíritu. Todo en mi llora y se lamenta por la pérdida del primer ser al que he amado con locura, hasta la saciedad.

Y la verdad es que el destino es un hipócrita, te pone lo que no puedes tener delante de tuya, en todas tus narices y tú solo puedes ver el cómo se acerca, te hace perderte en él y luego se aleja poco a poco, para que sufras más cuando el momento en el que se vaya y no vuelva más se te haga eternamente doloroso, insoportable, hasta que crees que estas en un abismo del cual no puedes salir y del que solo ves oscuridad y oscuridad y no encuentras la luz al final del pasillo la cuál te prometieron.

Tu partida me ha destrozado por dentro, más de lo que estaba, me ha matado poco a poco, degustando el sabor de la sangre, me ha dejado hecha trizas, sin compasión, ha metido un cuchillo en mi corazón y ha girado sin piedad, destruyendo lo poco que me quedaba de él. Y pienso que al igual que el pero de una relación siempre es malo, quiero creer que el pero del final de la relación será bueno, porque a pesar de todo el daño que nos hemos hecho y de que su partida me ha dejado tan dolorida que ahora mismo lo único que se me viene a la cabeza es escribir para dejar ir poco a poco el dolor que siento, va a ser a mejor, y no lo digo mirando desde mi punto de vista, porque a mí me da igual estar bien o no, me da igual estar rota por dentro, el estar tan mal, pero si él está bien, entonces todo mi llanto se queda atrás, porque solo busco su felicidad, que este bien, alegre, que sea como era antes y no como es ahora.

Te veo en todas partes, en mi cama, en el escritorio, en la ducha, dormido, riendo, llorando, en la calle, saltando, haciéndome bromas, en mi portal, en nuestro sitio, soñando despiertos, haciéndome cosquillas, viendo una peli, jugando, corriendo en mitad de la calle, abrazados, con mi perra, en las fiestas que tuvimos juntos, agarrados de la mano, en el muelle del tinto, en cualquier lado te recuerdo.

A mi cabeza le da por recordar todo lo bueno, y le da por ser una psicópata porque solo soy capaz de pensar en ti y en lo que éramos, en todas las risas y todo. Supongo que el tiempo me hará quitarme un poco de este dolor tan inmenso que padezco ahora mismo, que me hará levantar un poco la cabeza, pero sé que me va a llevar más tiempo del que pueda soportar. Y si nunca se me quita esta presión del pecho, entonces cariño mío, eras el indicado para pasar el resto de mi vida junto a ti, eso me destrozará pero siempre habrá en mi amor hacia tu persona porque tu fuiste mi todo durante la eternidad.

Si algo sé a ciencia cierta, es que siempre vivirás en mí y que nunca te olvidaré, porque tú has sido, eres y serás mi primer gran amor, aquel amor que marca la diferencia con los otros que hubo, aquel amor por el cual si me piden que haga hasta lo imposible por ti lo haré.

Lágrimas brotan de mis ojos sin control mientras expreso todos los sentimientos que tengo hacia ti, te debo muchísimo, gracias por enseñarme lo que era la palabra amor y lo que es realmente sentir por esa persona más que ninguna otra, gracias por cada beso y cada risa, gracias por estar siempre a mi lado cuando más lo necesitaba, gracias por todo cariño. Por eso siempre mi vida, te amo.

Ojalá nunca dejes de sonreír.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2019 ⏰

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