sin rumbo

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Me miro en el espejo por unos segundos y me decido, tomo del bolso de mi madre algo de dinero y salgo corriendo de la habitación, con las zapatillas puestas, el vestido blanco ensuciandose y el velo casi por caerse de mi cabeza.

corro lo más rápido que puedo,
tratando de alejarme antes de que se den cuenta de que no estoy.

Las personas me miran, y lo único que puedo hacer es bajar la mirada para no llorar, llego a la estación de autobuses y pido el que salga más rápido

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Las personas me miran, y lo único que puedo hacer es bajar la mirada para no llorar, llego a la estación de autobuses y pido el que salga más rápido.

Observo el dinero que tomé y solo agarre 800 pesos, pago el boleto de autobus y me siento a esperar, todos me miran y lo único que puedo decir es.
-por favor, nadie me ha visto.
Todos asienten con la mirada un poco triste.

Claro, yo tambien me siento triste, pero por él, él no merece nada de lo que le estoy haciendo. No comprendo porque tuve que llegar hasta este punto.

Llega el autobus y camino rápido a la puerta de salida, espero a que todos bajen y me pongo en la fila, suben dos señoras y atras yo, le entrego al chofer mi boleto y tomo mi asiento.

Espero unos minutos y arranca el autobus, en eso empieza a sonar mi telefono es una llamada de mi madre detengo la llamada y comienso a escribir un mensaje.

* lamento el haberme ido asi, no estoy lista para esta responsabilidad, los amo pero no estoy lista, te amo pero tengo miedo de arruinarte. Eres el chico más dulce que he conocido. Lamento hacerte esto.
Estaré bien, yo les escribo.

Fué el único mensaje que mandé y apagué el celular.

El autobús continuó su rumbo, veía por la ventana casas muy lindas, unos minutos después sólo se veían árboles y espacios grandes cubiertos por arbustos y pastizales verdes, unas enormes montañas y un río muy largo.

una hora despues llego a la estación, bajé, y caminé

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una hora despues llego a la estación, bajé, y caminé. No sabia que hacer.

Encendí mi teléfono y marqué a la única persona con la que nunca de les ocurriria buscar. Adrián.
Busqué su contacto en mi telefono y oprimí la tecla de llamar, esperé a que contestara.

-Bueno? - escuche su voz

- Adrián, soy Tamara, nécesito de tu ayuda- le dije con la voz entrecortada.

-dime, que pasó? Estás bién? - contestó nervioso.

-estoy bién, puedes venir por mi? - le dije.

-claro, dónde estás? Voy para hayá!.

-En la calle doce. -Le dije.

- en el café? , voy para hayá.

Fué lo que me contestó y colgó.

Miré las llamadas y mensajes que tenía, no pude más y solté en llanto.

Las personas me miraban extraño, un par de veces se acercaron los meseros a preguntas por cómo me sentía.

A los pocos minutos escuche que llegó Adrian, se acercó a la caja a preguntar por mí, los meseros lo guiaron hacía mí, el se acercó y me miró.

-Dios, Tamara, que hiciste?-me miro con los ojos tristes.

-no pude hacerlo- fue lo que le dije con lagrimas escurriendo.

El se acercó y me abrazo.

Estuvimos platicando por una hora, y siempre se comportó muy atento.

-llegó la hora de irme, veré en dónde quedarme a dormir. - le dije a Adrián

-oye, sabes que siempre podrás quedarte conmigo.- me tocó del hombro.

-de verdad, no es mucha molestia ya?

-por qué crees eso? Estoy aquí para ayudarte, no importa lo que haya pasado, siempre contarás conmigo, ya te lo he dicho. - me abrazó..

Nos levantamos de la mesa, y nos dirijimos a pagar.

Caminamos a la salida.
Adian camino a un lado de mi. Me guío hasta su auto y abrió la puerta y me hizo entrar..

-bueno, ya es hora de irnos,
Se dio la vuelta y entró al auto.

Mientras avanzaba el auto el volteaba a mirarme, yo solo le sonreía. Unos 15 minutos llegamos a su casa.

-es más Bonita de lo que recordaba- le comenté.

-le hice varios arreglos, vamos? - me dijo mientras él salía del auto.

Imite lo que él hizo y lo seguí hasta la puerta, mientras el abría la puerta yo miraba el alrededor.

-Entra, a dentro está más fresco.
Eso fue lo que hice, entré a la casa y caminé hacia la sala, me senté en el sillón.

Adrián se sentó a mi lado y se recostó en mi hombro.

-no tengo idea de cómo te sientas, pero creo que lo correcto es que les avises que estas bien.

- lo hice a penas llegué aquí.
El asintió.

-si quieres cambiarte dejaré una camisa en el cuarto, el short no creo que te quede, ese es el más chico que hay. - me dijo algo apenado

- no te preocupes, eres muy amable. Te lo agradezco mucho.

- tranquila, cámbiate y bajas a comer algo.

-gracias Adrián.

Me levanté y caminé hacia su habitación, al entrar vi la cama y ahí estaba la ropa.

Me acerque y la tomé.
Minutos después bajé, y ahí estaba él, sentado en el sillón con unos sándwiches hechos, me fui acercando y me senté a un lado.

- les puse mantequilla,  como te gustan. - me dijo con una enorme sonrisa. Esa sonrisa que no dejaba de mirar. 

*** han pasado 7 años desde la última vez que lo vi, aún no sé por qué regresé a este lugar, pero tengo miedo de caer una vez más ***

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2019 ⏰

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