Capítulo 13

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Cuando llegue a la cabaña Nam seguía en el sillón con la mirada perdida.

—¿Como te sientes?—pregunte

—Estoy mejor MyungSoo sobre lo de hace un momento yo…

—No quiero hablar de eso ahora

Realmente no quería hablar con el, me sentía muy mal por lo que había pasado con Yeol, fui directo a mi habitación, no sería buena idea hablar con el. Me recosté en sobre la cama, no supe que momento me quedé dormido.

A la mañana siguiente Nam decidió quedarse en la cabaña, mientras nosotros seguimos con las actividades que nos tenía preparado nuestro profesor. Fuimos a nuestro punto de encuentro de siempre, la cafetería, y vimos que casi todos nuestros compañeros estaban ya reunidos. Fuimos con ellos y comenzamos a platicar un poco.

De vez en cuando observaba a Yeol, se mantenía lejos de mí, no me hablaba y ni siquiera me veía, y cuando volteaba a verme lo hacía con ojos llenos de dolor y tristeza. En la mañana, antes de salir de la cabaña, lo ví salir del baño, intenté hablar con él, pero simplemente me ignoró y fue a su habitación casi corriendo a arreglarse para el día. Sentí un dolor en mi pecho y de repente todo mi cuerpo se sintió frío y pesado.

—¿MyungSoo? ¿Qué te pasa? Estás un poco distraído— Preguntó Hoya

—No es nada, no debes preocuparte— Respondí lo más natural posible, dando a ver una sonrisa pequeña un tanto forzada. La verdad es que hasta las ganas de sonreír se habían ido

Las actividades comenzaron, más bien la actividad comenzó, me tuve que juntar con unos compañeros para realizar la actividad, ahora teníamos que catalogar plantas, le tomamos fotos a ellas, había unas raras que no había visto antes y su color lo hacía ver llamativos.

Y así pasamos un buen rato, mientras nos adentrabamos al bosque. El día es muy bello en estos momentos, el cielo azul sin ninguna nube, el sol calentando y las aves cantando. Debería aunque sea disfrutarlo un poco, pero se me hacía imposible hacerlo. Escuché a algún animal roer algo, busqué con la mirada y pude encontrar una ardilla subida en una piedra que era el doble de su tamaño, estaba comiendo una semilla que no logré reconocer. Me acerqué lo más que pude sin hacer ruido, saqué mi celular y le tome una foto. Al verla sonreí un poco, era muy tierna con sus manos agarrando la semilla y con su cola tan esponjosa.

—Wey!! Apúrate o te quedarás atrás!— me gritó Gyu

—ya voy!— corrí hacia donde estaba él y comenzamos a seguir a los demás

—Creí que lo de catalogar plantas iba a ser una broma, ¡Esto es aburrido!— dió un suspiro cansado y estiró sus brazos hacia arriba, soltando un bostezo sonoro —Lo bueno es que solo va a ser hasta las 12 de la tarde. Después podremos hacer lo que queramos. Podríamos tomar unas cuantas cervezas y embriagarnos—

Su alegría y emoción me hicieron sonreír un poco. La verdad no tenía muchas ganas de tomar cerveza.

El tiempo transcurrió y el profesor dió la indicación de que podíamos hacer lo que queramos el resto del día, con la aclaración de evitar entrar en el bosque solos y sin permiso.

Regresamos y pude escuchar a Hoya y a Gyu pidiéndole permiso al profesor y a el responsable del lugar, permiso para poder hacer una fogata a lo cual no tardaron en acceder. Parece que el resto del día será largo.

Solos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora