11 Y tú, ¿qué haces?

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Tema: y tú, ¿Qué haces?

Lectura Bíblica: Lucas 16:1-15

Introducción.

Dios siempre es muy claro sobre lo que tenemos y lo que no tenemos que hacer, en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. Dios es grande en misericordia y nos permite elegir entre lo bueno y lo malo; Él no nos obliga a nada, para que nosotros estemos con Él por amor, y no por miedo o por obligación, tú ¿Qué has elegido hacer? ¿Qué haces?

Día a día se presentan muchas situaciones en las que debemos elegir ser obedientes a nuestro Padre; muchas oportunidades para tratar de agradarle; tantas cosas en las que podemos ser hacedores de la Palabra y no tan sólo oidores. (Preguntar al grupo) ¿Qué dice Romanos 11:36? (Esperar) (Decir): Que todas las cosas son de Él, por Él y para Él. Eso te incluye a ti, y todo con respecto a ti. Dios nos ha hecho administradores de Su multiforme gracia (1 Pedro 4:10); Pablo escribió en 1 Corintios 4:1-2 "Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel".

Hoy vamos a estudiar una parábola que habló Jesús sobre un mayordomo infiel. Un mayordomo es el siervo principal, comisionado para administrar una propiedad o negocios de su señor, responsable de su trato con los demás. Según lo que hemos estudiado en las Escrituras sobre nuestro servicio a Dios, (Preguntar al grupo) ¿Nosotros debemos ser mayordomos fieles? (Esperar respuestas) (Decir): Sí.

Desarrollo.

1. Riquezas: Esta parábola nos habla de las riquezas injustas. (Preguntar al grupo) ¿A qué se refería con esto? (Esperar respuestas) (Decir): Las riquezas injustas son los tesoros que nos hacemos en la Tierra, que son corrompidos y hurtados (Mateo 6:19). También nos habla de moradas eternas, que Cristo nos fue a preparar al Cielo (Juan 14:2). Con las riquezas injustas, el mayordomo puede servir a su Señor, para conservar su entrada a las moradas eternas. Todos tenemos con qué honrar a Dios. Nada es demasiado insignificante como para con eso, servirle. En la Biblia podemos encontrar que: David era un pastorcito con una honda, y Dios lo hizo rey de Su pueblo; Moisés también era un pastor con una vara, y lo hizo líder de Israel; un niño llevaba 5 panes y 2 peces, y Jesús alimentó con eso a cinco mil hombres; y así podemos ir a través de la Biblia estudiando cómo Dios tomó cosas y personas comunes y pequeñas, con las cuales hizo cosas tremendas. Puede parecer que nosotros también tenemos cosas insignificantes, pero todo es, como ya vimos: de Dios, por Dios, y para Dios; de todo se puede valer el Señor. Analiza tu vida y seguramente encontrarás que hay muchas maneras de servir al Padre. El mayordomo también podía servir mucho, pero ese no fue su caso, sino que fue malo y acusado por ello como disipador de los bienes de su amo. (Preguntar al grupo) ¿Cuál fue el resultado de eso? (Esperar respuestas) (Decir): El hombre ya no podría ser más, un mayordomo. En los versículos del 2 al 3, podemos ver claramente que eso representaba perderlo todo. ¡Qué cierto es eso para los que somos hijos de Dios! Realmente, lejos de Él, si perdiéramos esa esperanza de poder servirle, de estar con Él por toda la eternidad, somos reducidos a nada, lo perdemos todo. Tú, ¿Qué haces? Como dice el versículo 15, Dios conoce los corazones, si no estamos haciendo las cosas justamente, y como debe de ser, todo, Él lo sabe. Aún en nuestras negociaciones y gastos más pequeños, tengamos cuidado, no podemos engañar a Dios, y si somos infieles a Él, con lo que tenemos aquí en la tierra, no esperemos recibir algo en los Cielos. Aún con nuestros diezmos y ofrendas tengamos cuidado, porque si no somos obedientes al dar aúnen lo poco, no podemos esperar tampoco ser más bendecidos. ¿Estás usando bien todo lo que nuestro Señor te dio para Su gloria, o lo estás malgastando? Ten cuidado; recuerda, la consecuencia de cada acción es completamente contrario al otro: salvación y recompensa, o una eternidad lejos de Dios. No hay más. Sí, la Biblia dice que es por fe que somos salvos, gracias al sacrificio y resurrección de Cristo; pero la fe sin obras es muerta. (LEER) Santiago 2:14-17. También en la parábola se explica, en los versículos del 10 al 12, la razón de ésto: si no somos fieles con las riquezas injustas, no seríamos fieles con las verdaderas; si no somos fieles con lo ajeno, no seríamos fieles con lo que es nuestro.

2. Amigos: Otra parte de la parábola, es sobre el trato con los demás. Hay que dejar claro algo: Los hijos de este siglo son aquellos que no conocen a Cristo como Su Salvador, y no andan en Su Camino; los hijos de luz debemos de ser nosotros. Efesios 5:1-20 describe a éstos últimos, quiénes comprueban lo que es agradable al Señor; son sabios y no necios, y no participan en las obras de las tinieblas, sino que miran con diligencia su manera de andar, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Jesús dice en el versículo 8 de Lucas 16, que los hijos de este siglo son más sagaces (hábiles) en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. ¡Cómo es cierto también eso! Realmente a veces tenemos muchas actitudes que, más que ser luz, pareciera que son para alejar a los demás, (Preguntar al grupo) ¿Será eso lo que Dios espera de nosotros? (Esperar respuestas) (Decir): Muy seguramente, no. Gana amigos, trata como Dios espera que trates a los que te rodean. Usa lo que Dios te da para servirle a Él, y a tus semejantes. Pero no nos confundamos: Dios no quiere que malgastemos lo que tenemos a fin de agradar al mundo, sino que hagamos lo que Él nos encomendó: ir y predicar el evangelio; hacer discípulos, enseñándoles que guarden todas las cosas que nos mandó. Ese es nuestro fin: anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable (1 Pedro 2:9). También seamos de bendición y, demos al que no tiene.

3. Dos señores: Recordemos, Dios no nos obliga a nada, pero espera de nosotros obediencia. Podemos comprobar de muchas maneras cómo no podemos servir a Dios y a las riquezas, porque terminaremos menospreciando a uno. Tu corazón está hecho para Dios, si le damos un lugar más importante al dinero, y todo lo que hacemos, es por el dinero, Dios ya no puede estar ahí. (LEER): 1 Timoteo 6:6-10

conclusión.

Considera esto, dicho sobre un siervo de Dios: "No existía nada demasiado precioso que no pudiese usarlo para Jesús. No había trabajo demasiado arduo cuando se trataba de ganar un alma, por la cual su Salvador había muerto. Nunca encontró una cruz demasiado pesada, si podía llevarla por amor de Cristo. Jamás consideró un camino demasiado difícil, si se trataba de seguir las pisadas de su Maestro." Algún día, ¿Crees que puedan decir eso de nosotros? Dios nos enseña hoy qué es lo que espera de nosotros, el siervo no lo hizo, y perdió su lugar no sólo como siervo, sino en las moradas eternas. Y tú, ¿Qué haces?

Tay-Reh'-O. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora