18 El costo de las riquezas

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Tema: El costo de las riquezas

Lectura Bíblica: Santiago 5:1-6

Introducción.

"Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Marcos 10:17-25)

Una historia muy impactante, porque alguien que quería seguir a Jesús, siendo obediente desde pequeño a la ley, se retira triste de la presencia del Maestro, porque no tenía el corazón dispuesto a soltar algo: sus riquezas. Jesús no quería que el hombre sufriera en pobreza. En Mateo 6:24 encontramos la razón de por qué debemos tener cuidado con este asunto: "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".

Desarrollo.

1. Desde el principio de los tiempos: "Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella." Realzo estas 3 palabras para preguntarles algo: ¿Realmente comer el fruto era bueno? No lo era. ¿Era agradable a los ojos? Seguramente sí. ¿Codiciable? Aquí vemos algo más: ¿Codiciarías algo que te va a hacer un mal? Los primeros habitantes humanos de la tierra, ya estaban enfrentándose a esto. En su caso, fue un fruto, que "les daría sabiduría". En nuestro caso, te puedo afirmar, que sí llegamos a codiciar algo, agradable a nuestros ojos, y que nos parece bueno porque nos va a traer algo que deseamos. Pero no es bueno. Hay muchas cosas con estas características. Hoy leemos un pasaje que se enfoca en las riquezas. El problema con Eva fue que no quiso reconocer el mal que le traería su codicia. Y se equivocó. El error de ambos trajo muerte a la humanidad. Tu error, te puede costar mucho. Y hay que reconocer el peligro, por más agradable que parezca.

2. El costo de las riquezas (Vers. 1-3): "¡Oigan, ricos! Siéntanse tristes y lloren por todo lo que van a sufrir. Sus riquezas se pudrirán y las polillas se comerán su ropa. El oro y la plata ya están perdiendo valor. Esa basura será la evidencia en su contra el día del juicio. Su afán por las riquezas pasajeras los consumirá como fuego. Ustedes han amontonado todo eso en un mundo que llega a su fin" Son palabras fuertes, las riquezas como testigo en contra del que se afana por el dinero.¿Es malo tener dinero? No en realidad. Es bueno comer y salir a pasar un buen rato con la familia. Para eso se necesita dinero. Casi todo lo requiere. ¿Entonces, por qué este destino para los ricos? Por sí sólo, el afán está mal, porque ponemos nuestra mirada en las cosas de la tierra, y dejamos de ver a Dios. Tratándose del dinero, es algo que está pronto a terminar. Nos olvidamos de que Él nos provee siempre, y al ser ricos, creemos que todo lo que tenemos es por nuestra cuenta. Un rico "nunca tiene lo suficiente" según él; siempre busca más y más. Eso lo lleva a perder todo, incluyendo su familia, su salud y hasta su vida. Jesús ya advertía eso: "No guarden tesoros para ustedes aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido los dañarán, y donde los ladrones entran a robárselos. Más bien, guarden tesoros para ustedes en el cielo donde ni la polilla ni el óxido los dañarán y donde los ladrones no pueden entrar a robárselos. Pues donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón." (Mateo 6:19-21). Por más que te afanes, tu vida va a terminar aquí, y las riquezas que puedas hacer también. Pero la Vida Eterna, como se pronuncia a sí misma: es eterna, es mejor.

3. El costo de la injusticia (Vers. 4-6):"Fíjense, ustedes les robaron el sueldo a los segadores de la cosecha de sus tierras, y ahora ellos se quejan a gritos contra ustedes. Los gritos de los que cosecharon han llegado a oídos del Señor Todopoderoso. Ustedes han llevado una vida de lujos aquí en la tierra y se han dado gusto en todo lo que han querido. Se han engordado tal como se engordan los animales para el día de la matanza. Ustedes han condenado y matado a gente inocente sin que esa gente les opusiera resistencia." Dice sobre los que obtienen injustamente su riqueza. Tus acciones no son pasadas por alto por el que todo lo ve. Tus tratos, pagos y demás, Dios los ve. A su tiempo dejará de ser oculto, y todos daremos cuentas de cada palabra y acción. Ten cuidado de lo que haces, y de cómo tratas a la gente; tus empleados, compañeros, vendedores, compradores, amigos, familia; Porque Dios es justo, y todo lo sabe, aun cuando te sientas y te levantas. También Jesús dice: "Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios" y "Pero qué mal les irá a ustedes los ricos, porque ya se han dado la gran vida" (Lucas 6:20-24).

4. Alguien mejor, Dios: "Ordena a los que se hacen ricos con las cosas del mundo que no se llenen de orgullo. Diles que pongan su esperanza en Dios, no en el dinero, porque el dinero no es seguro. En cambio, Dios nos da todo en abundancia para disfrutarlo. Diles que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas obras, que den con alegría y que estén dispuestos a compartir. Si así lo hacen, estarán acumulando un tesoro en el cielo, que será una base firme para el futuro. Entonces podrán tener la verdadera vida.". Dice 1 Timoteo 6:17-19, aconsejando a poner tu esperanza en Dios y no en las riquezas, buscando esos tesoros en el Reino. Eso es mejor, y ya vimos la razón. No te afanes.

conclusión.

La verdad, es que todos pasamos por momentos en los que nuestros ojos dejan de ver a Dios. Preferimos otras cosas tal vez. Caemos en la costumbre y nos afanamos por esos tesoros en la tierra, sean las mismas costumbres o dinero, sea la salud o el reconocimiento. Si sujetas con aún una mano el dinero, no puedes tomarte de la mano de Dios por completo. Él tiene cuidado de tu vida, no te afanes. ¿Dónde está tu tesoro? Puede estar en ti mismo, en el dinero, en el trabajo, en tu salud, tu diversión... Si está en algo que se va a acabar en cuanto tu vida acabe, entonces tu corazón también está ahí, y el Reino no es para ti. No porque Dios sea "el malo", sino porque: Si quieres vivir sin estar sometido a Dios, no querrás estarlo toda una eternidad; si prefieres todo eso por lo que te afanas, antes que a Dios, Él no te va a obligar a dejar tu tesoro para hallar lo mejor en Él. Más el Reino es para los que vuelven a tener pasión por Dios, y no por nada más, por los que aman a Jesús, y creen en Él.

Tay-Reh'-O. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora