Cap. 5: Lobo disfrazado de cordero

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Maldita sea... Jimin no podía ver la cara de Jungkook porque sentía que se acordaba del beso y se ruborizaba, estaba sumamente molesto que le afectara, con esos ya eran dos besos robados y señores besos, definitivamente, de acordarse le daba un cosquilleo y deseaba más... se mordió un labio para despertar, ahora no debía estar pensando en la boca de ese imbécil, que besara rico no lo convertía en una gran persona

Jungkook estaba como si nada, por lo que era un misterio, si se acordaba o no, que había besado a ese hombre, pero si se acordaba, fingía bien, finalmente, era su gusto culposo y odiaba que ahora su hermano estuviera teniendo toda su atención, aunque realmente no sabía por qué, Tae nunca le había dicho que tenía un amor secreto

Eso le daba más coraje a Jimin, quien procuraba tomarlo con calma... pero nada más se acordaba de cómo lo había sujetado a la cama, restregado sus cositas y besado de ese modo... odió como su cuerpo le correspondió y como le costó bajar la erección sin necesidad de masturbarse, porque no quería dedicarle ninguna a JungKook.

Y a pesar de todo Jungkook si estaba pendiente de lo que hacían esos dos, aunque no pudiera espiar dentro de la habitación, a veces desde la sala, miraba como Tae se pasaba de su habitación a la de Jimin, escuchaba sus risas, cuchicheos... y lo odiaba más a él, no a su hermanito, él solo era una víctima tonta de los encantos de ese tipo... pero de repente, la sola idea de que él estuviera besando o tocando a su hermanito...

Se levantó como resorte del sillón cuando escuchó un gemido... corrió al segundo piso subiendo las escaleras de dos en dos, justo cuando volvió a escuchar gritar a Tae con desesperación y lo paralizó

-¡Sácala!

-¡No te muevas mucho!

-¡Me duele, sácala!

-¡Para que te la clavas! Te dije que no jugaras porque se mete solo

-¡Me duele! - se escuchaba lloriquear

-Ya te dije que si te mueves se te entierra más - Soltó una risotada Jimin

-¡Por favor, si me duele! Ponle algo, aceite por lo menos...

-Se va a meter más al fondo con aceite...

-¡Sácala, con cuidado por favor!

-Ok, ok, despacio, no te muevas

-¡Ay, duele! - Gritó Taehyung y fue todo, de inmediato Jungkook abrió la puerta de golpe y típico ¿No? Ambos estaban en el suelo, de rodillas mientras Jimin sujetaba el dedo de Taehyung quien se había clavado una espina de un cactus y como era muy delgadita la espina, pues si le costaba trabajo quitarla, los dos le miraron justo cuando Jimin le jalo la espina y automáticamente Tae se chupo el dedo que había quedado adolorido

-¿Quieres algo? - Le pregunto Jimin

-¡Sí! - Gruñó molesto - Que dejen de gritar como perras en celo

-¿Cómo? - Chilló Tae - ¿Por qué?

Jungkook volvió a cerrar la puerta y se sintió un poco estúpido, por un momento había imaginado a su hermano coshando con Jimin y eso nada más no lo iba a poder soportar... no cuando él ya había probado esos labios y cuando deseaba ese cuerpo perfecto sobre el suyo... Luego pensó que lo odiaba como para estar pensando en hacer ese tipo de cosas con él.

-Te odio... debo odiarte - pensaba ferozmente, pero en el fondo, sabía que parte de eso era mentira, Jimin era el típico chico que se te metía por todos los poros de la piel y se apropiaba de tu corazón, era un maldito ladrón de amor

Ese fin de semana, la familia recibió una invitación por parte del club para una fiesta en la piscina, no iban a estar juntos, en un lado los adultos y en el otro, los adolescentes y chicos más grandes, no habían niños porque no iban a tener quien los vigilara, aunque Jungkook no quería ir, de solo imaginar en ver a Jimin con solo un bañador, lleno de ansias su cuerpo y no iba a perder ese espectáculo

(Jikook) Déja quedarme...En un rincón de tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora