El murmullo de tantas personas caminando alrededor, las voces atravezndo mis oídos mientras combinaban diferentes idiomas y el mirar los aviones despegando a toda velocidad, hacía que estuviera aun más consciente de lo que estaba pasando, me encontraba lejos de casa y eso se sentía perfecto.
Estaba harta de mi vida en Los Ángeles o Nueva York, ya ni sabia cual era mi lugar de residencia por tantos viajes a los que tenía que ir sin poner mala cara.
No podía decir ampliamente que odiaba a mis padres porque no lo hago, pero si me molestaba demasiado que hayan echo de mi lo que ellos quisieron.
Estudiar era una obligación que me impusieron, solo para conseguir un título para sentirse orgullosos de mi por tener una carrera que al final del día, no necesitaba, solo un estándar social, tampoco podía decir que odiaba mi carrera porque al final me enamoré de ella pero no tenía caso, si de todas maneras no iba a tener tiempo de poder ejercerla por que tenía que ayudar en la empresa al final del día.
Pero en fin, por ahora me encontraba en el aeropuerto de Paris esperando mi vuelo para Londres.
Ya tenía más de un mes fuera de casa, se podría decir que un año en Europa por terminar medicina era algo digno para un regalo, el cual iba a disfrutar al máximo sin importar lo que pasara después.
Quería un café antes de abordar, para no perder la costumbre de cada mañana.
Mire el reloj en mi muñeca y me di cuenta que faltaba una hora así que decidi ir al restaurante mas cercano, pensaba en ir a Starbucks pero no tenía conocimiento de su ubicación y guardaba demasiada flojera en mi ser como para caminar más de lo debido.
Me pare delicadamente de mi asiento para no tropezar con mis tacones negros los cuales adoraba porque combinaban con mis pantalones y la blusa rosa vaporosa en conjunto.
Tomé mi bolso mientras me dirigía a un pequeño restaurante que se encontraba a pocos pasos é intenté sacar la cartera para tener todo a la mano al momento de pagar.
-Aush- de un momento a otro mi cabeza estaba en el piso.
-Lo siento- una voz grave y con un acento específico se disculpó.
Abrí los ojos para ver qué era lo que había pasado y de inmediato me di cuenta que estaba acostada en el piso con el cuerpo de un hombre encima, alcé la vista y me encontré con unos labios rosa frente a mí junto a unos dientes impecablemente blancos.
Su aliento olía a una mezcla de tabaco y menta, sus ojos estaban cubiertos por unos lentes negros y podía jurar por su expresión que estaba muy avergonzado de haberme tirado al piso.
Puse mis manos sobre su abdomen para intentar que su peso dejara de caer en mi caja toracica y poder respirar bien.
Pensamientos no sanos pasaron por mi cabeza al tocar aquél abdomen y moví un poco la cabeza para despojarme de ellos.
-No…no te preocupes- notó la falta de aire en mis pulmones y se hizo a un lado.
El chico se paró lentamente mientras yo me sentaba para ver como mis cosas estaban tiradas y regadas en el piso.
-En verdad disculpa, no te vi, estaba concentrado en mi celular- el chico extendió su mano y yo la tomé con gusto para poder levantarme.
Su sonrisa se hacía presente y los hoyuelos que aparecieron con esta eran demasiado coquetos para mi vista.
-Todo está bien- mi sonrisa salió a relucir.
Dios, era muy guapo, el hombre mas guapo que había visto en persona probablemente y aún no contaba con el privilegio de tener contacto con sus ojos sin esos lentes negros que lo estaba impidiendo.
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Undercover || H. S.
Fanfic"Quería saber si ella podía llegar a quererme sin mi fama, no importaba si al final del día la perdía por mis mentiras"-H