De la A a la Z. 2 °Solangelo°

F de Fuego

Todos los campistas habían terminado de cenar y ahora se dirigían a la fogata. Nico y Will iban cogidos de la mano. Cuando llegaron, todo el mundo empezó a sentarse.

Will y Nico se unieron a sus amigos exceptuando a los Romanos y a Jason que se encontraba de viaje.

-Buenas noches a todos los tortolitos.

Dijo Piper al llegar, Nico se sonrojo pero no soltó la mano de su novio, detrás de él escucho a Percy reír. Annabeth estaba entre sus brazos y no parecía que fueran a senpararse en breve. Annabeth le indicó que sentará a su lado mientras decía.

-Envidia porque Jason no está.

-Invidi pirqui Jisin ni isti.

Murmuró Piper y se sentó junto a ella. Esta vez fue Nico quien rio, Will tiro de él y ambos se sentaron.

El fuego ardía con fuerza, el ánimo de la gente le daba vida, las risas, el amor, la familia. Nico sintió que algo a su alrededor se movía, cuando apartó la mirada de sus amigos se encontró con una niña de 12 años.

-Diosa Hestia, es un honor verla.

-No crees que el fuego está más enérgico que nunca?

-A qué se debe?

-A ti.

Ella sonreía, con toda sinceridad, Nico no entendía lo que quería decir la diosa, un movimiento de su mano le hizo volver a centrar la atención en Will, quien le había dado un apretón para llamar su atención.

-¿Con quien hablas?

-Con Hestia.

Will miró al lugar que le señalaba su novio, al no ver nada se encogió de hombros y sonrió.

-y que ha dicho?

-No estoy seguro.

Will miró atento a su novio y sin previo aviso lo besó. Mariposas esquelética moviendo por su estómago. Siempre sentía eso cuando se besaba con Will.

En ese momento le daba igual estar en la fogata, con todos los campistas a su alrededor, Nico empezó a notar calor, aunque normalmente ese era el efecto que le provacaba Will, en esta ocasión era demasiado, se apartó de él con la cara sonrojada y una sonrisa y miró el fuego del centro.

Desprendía calor, llamas enormes de colores rosas y rojos intensos, algunas negras y amarillas. Y entonces Nico supo a que se refería Hestia.

El fuego brillaba más por él, porque no había decidido esconderse. Porque quería a su novio.

Apartó la vista de las llamas y la volvio a los ojos azules como el cielo de su novio.

-Te quiero.

Y lo beso, sin pensarlo, olvidándose de la gente a su alrededor, del sonido y de cualquier cosa que no fuera su novio y el fuego del amor.