5: Me aburrí, tráeme agua

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*Aquí es donde inserto el +18 decorativo*

POV POCHÉ

Le había dicho todo lo que tenía en mente. Le había dicho tantas cosas y aún tenía tantas otras por decirle.

-Dime. Atrévete y dime que no tengo razón. Que soy tu pasado. Que él es tu presente y tu futuro. -Me acerqué a ella y la tomé por la nuca. Quería besarla, pero no la obligaría. Junté nuestras frentes esperando su respuesta.

-Me atrevo a decirte que... -Hizo una pausa eterna para mis ansias. -Que al diablo... Quiero el cielo contigo, Poché.

Ella borró la escasa distancia que había entre nosotras.

Sus besos. Su boca. Sus labios. Su lengua. No lo podía creer, luego de tanto soñando con besarla de nuevo, al fin estaba ocurriendo. Desperté de mis pensamientos cuando mordió mi labio inferior y sonrió con malicia.

-Calle... -La miré mientras revisaba el sabor raro que sentía, me había hecho botar sangre. -Atente a las consecuencias. -Le dije y la volví a besar.

Hice que se sentara sobre la mesa para yo quedar parada frente a ella.

Y volvimos a ser ella y yo, el mundo volvió a dejar de importar.

El frenesí de nuestros besos estaba calentando el ambiente. Ella me quitó la camisa y la arrojó a un lugar mejor. Yo dejé su boca y fui a su cuello. Lo besé tiernamente hasta que lo recorrí con la punta de mi lengua y volví a besarlo, pero esta vez cerciorándome de dejarle marca.

Deslicé mi mano derecha por debajo de su camisa hasta llegar a su pecho cubierto por su sostén. Llevé mis manos al broche y lo solté para tener acceso a sus senos. Sonreí victoriosa cuando gimió tan pronto cuando acuné su seno derecho en mi mano. Comencé a sentir cosquillas por todo mi cuerpo, pero quería disfrutar de ella.

Volví a besar su boca mientras seguía trabajando con mi mano en su pecho. Pellizqué su pezón y gimió con más ganas contra mi boca. Hice lo mismo con mi otra mano en su otro seno. Ella arqueó la espalda y puso sus brazos sobre mis hombros.

Ella se separó para quitarse la camisa llevándose a la vez el sostén suelto.

-Jodeeer... -Vi al fin al par que estaba acariciando.

El ladrido de Ramón me exaltó.

-Hijo, ¡go! Al baño. -Le dije y él se fue corriendo a dicho lugar o a algún otro punto del apartamento.

Volví a admirarla, a admirar su media desnudez. Ella se cansó de que solo viera su pecho, tomó mi rostro entre sus manos y me llevó a ellos.

Instantáneamente abrí mi boca y atrapé su pecho izquierdo. Sus gemidos eran cantos celestiales en mis oídos. Jugué con ellos en mi boca, les daba pequeñas mordidas y con mi lengua recorría cada milímetro de ellos.

Las manos de Calle bajaron a mi top y lo hizo desaparecer también. Su mirada me lo dijo todo y yo estaba igual.

No había marcha atrás.

Ella se paró y de una vez le bajé el pantalón. Subí poco a poco besando sus piernas, llegué hasta su tanga, dejé un beso sobre ella y subí hasta su boca. Mientras la acariciaba por encima de la fina tela.

-Te voy a hacer saber cuánto te he extrañado, cuánto te deseo, cuántas ganas de amarte tengo y cuántas ganas de follarte. -Le susurré al oído y le hice recostar en la mesa. Ella cerró los ojos y yo le quité la última prenda que la cubría. -No sabes cuánto te extrañé. -Dije, pero no específicamente a Calle.

A Un Click: Siempre Tú Y Yo EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora