Tengo una propuesta para usted.

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Desperté como cualquier otro día.

Con su hermosa sonrisa en mente, me levante de mi cama y comencé a asearme. Siempre pensando en ella y su deslumbrante ser, en verdad era la mujer más hermosa que mis ojos hayan contemplado en los 19 años que llevo de vida. Y hoy al fin la vería de nuevo después de una larga semana en la universidad.

Luego de hacer mi rutina matutina, salgo de mi casa a paso apresurado camino a la floreria, si quiero conseguirle sus flores favoritas debo ser uno de los primeros en llegar.

Una vez que tengo las 8 gardenias en mano, una por cada año que me ah hecho falta, relajo el paso ya que no quiero que me vea todo sudado en un día tan especial como hoy.

Una vez a su lado, la saludo y le cuento que aprobé matemáticas con 10, que con mi novia las cosas van genial y que algún día la traeré para que la conozca, también le conté que en estos momentos todos deben estar buscándome, aunque ya deberían intuir que estoy con ella, cada año se sorprenden por mi desaparición.

Luego de charlar de cosas triviales, creo que es hora de hacer lo que era mi principal intención el día de hoy. Saco el pastel de la caja y enciendo la pequeña vela, aun con el pequeño pastel en mano, comienzo a cantar:

-Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, que los cumplas Felix que los cumplas felix.

Con esta última palabra no puedo evitar soltar un pequeño sollozo al recordar como solía decirme que sea un niño felix toda mi vida, ya que los juegos de palabras le encantan.

Una vez que termino mi rebanada de pastel y le dejo la suya, creo que ya es hora de irme, tomo todas mis cosas, junto la basura y guardo el pastel.

Antes de irme, tomo el pequeño ramo de flores blancas y lo dejo a un lado de su nombre, le lanzo un beso al aire en su dirección y pronuncio:

-Gracias por darme la vida mama, te amo.

Y así es como salgo del cementerio luego de haber festejado mi cumpleaños con la persona que mas amo en el mundo.

-Muy bien señorita Robinson. ¿Podría contarnos como es que se le ocurrió este pequeño texto? Porque podría jurar que lo saco de internet o que alguien la ayudo.-soltó una pequeña risilla la profesora de literatura o como yo la llamo, La odiosa gramatical.

La verdad es que me encanta esta materia, solo que no estudio e hice trampa un par de veces y para ella, automáticamente, odio la materia.

-No profesora, yo lo escribí- solté algo cortante- Y para su información, son temas privados los que me funcionaron como musa y le agradecería que no se metiera en mi vida personal, muchas gracias.- Le dije camino a mi banco junto a Leonel, alumno de intercambio.

-¿Acaso no temes que llame a tus padres?- interrogo mirándome como si acabara de insultar al presidente.

Y la verdad es que era un buen punto, mis padres lo no son de esos que te dejan pasar este tipo de cosas, pero yo sabia exactamente lo que acababa de hacer y sabia la gravedad de mis palabras.

-En realidad no- Me sincere esperando su reacción de confusión para proceder con mi explicación-Yo no le dije nada fuera de lugar, solo fui honesta sin dejar de ser respetuosa.

En verdad necesito un premio por dejar en su lugar a los profesores sin recibir castigos por eso, estrategia le llamo yo.

Todos continuaban mirándome espantados, no entendí hasta que vi que el la puerta se encontraba la directora parada mirándonos a la Profesora y a mi tratando de procesar lo que acaba de pasar.

Y créanme que su reacción fue algo que jamás en mis 16 años de vida me espere:¡ella comenzó a reírse!. Ósea que clase de directora se ríe cuando le contestan a unos de sus profesores, y diría que reacciono así porque es mi tía, pero por desgracia, mi suerte consta en encontrar un billete en la calle y al levantarlo, descubrir que esta roto.

Pero volviendo a la directora loca, solo miro por última vez a la profesora y siguió su camino por el pasillo del colegio, pero como la vida me odia, a los segundos volvió.

-Señorita Robinson, a la salida la espero en mi oficina.

Y con tan solo eso el alma se me vino a los pies y comenzó a arrastrarse hasta la salida, al menos ella se salvaba.

En lo que los otros pasaban a leer su tarea y yo pensaba en los capítulos de 1000 maneras de morir- tal vez si moría antes de la salida me salvaba- sonó la campana que anunciaba la hora del almuerzo.

-¿Estás bien?-Esta vez quien hablo fue Harry, quien venia con Antonella con la preocupación impresas en sus emblanquecidos rostros.

-Pues, siendo sincera, tengo algo de miedo, pero tengo una corazonada que no es tan malo como para llamar a mis padres o algún castigo.- dije lo mas animada posible- Aun que si me mandan a ayudar a los chicos del ultimo año no me quejaría.- seguida de una risa para calmar el ambiente.

Al llegar a casa me encuentro con el mismo embrollo de cada día. Aria y Aarón están peleando por el control nuevamente. Su pan de cada día son las peleas. Y lamentablemente no me puedo resistir a ellas.

-Hola, Nao- Saludo la castaña- Mama me dijo que cuando llegues cocines.

Y la rutina continúa. Pero lo bueno de cocinar o limpiar en mi casa, es la regla mas importante, propuesta por su hermosa narradora, ósea yo.

-Pero ya no quiero volver a oír algo de Shawn Méndez,- Advirtió- Creo que voy a vomitar arcoíris canadienses si vuelvo a escuchar una de sus canciones.-La cara de desagrado estuvo de mas. Es hermoso y ella no lo puede negar.

-Bueno, pero voy a respetar tu opinión solo porque estoy de buen humor.-Le iba a sonreír, pero iba a sospechar, así que solo le saque la lengua.

Y luego fui directo a los parlantes y conecte mi celular, Ed Sheeran comenzó a resonar en los parlantes de la edificación. En mi casa somos 5, por lo tanto la música era algo que nos mantenía en debate constantemente, asi que, la regla consiste en que la persona que este limpiando o cocinando, puede poner la música que quiera y nadie se la puede cambiar. Una joyita de regla la mía.

En verdad me merezco el premio nobel a la buena comida.

-Es la milanesa con puré de papa mas rico que probé en la vida.- Digo admirando mi hermosa creación.

-Eso mismo dijiste del de hace una semana.

-Aaron, solo déjame ser feliz con mi comida, ¿quieres?

-Yo solo decía, pero ok me calló-dijo y creo que fue lo mejor que lo vi hacer desde que llegue.

Después de eso solo nos quedamos mirando Gravity Falls hasta la hora de dormir. Mama y papa ni se asomaron por la casa hoy, supongo que fue lo mejor.

Luego de que cada unos suba a su habitación, me dediqué a hacer mis tareas para el día siguiente.

El recuerdo de la charla con la directora vino a mi mente.

-Señorita Robinson, su texto me dejó impresionada. Al igual que su actitud.- Hizo una pausa- Aún así no está castigada, nunca tuvimos inconvenientes con usted, pero no quiero saber qué se volvió a repetir.

-Si, disculpe.

-Ahora, volviendo al tema de su texto, tengo una propuesta para usted. Me gustaría que pruebe ir a un taller dirigido por un colega mío.

Luego de eso simplemente acepte, agradecí, pedí disculpas nuevamente y tome camino a mi casa.

No fue el día más productivo o Interesante, bueno como si algún día de mi vida fuera interesante, y según yo productivo era hacer todas las tareas para la semana.

Rainbow Rain.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora