I [II]

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-Majestad- 

Solar parpadeo un par de veces. El carruaje finalmente había dejado de moverse. 

Byul salió en primer lugar, pisando el suelo ligeramente nevado, disfrutando del crujido bajo sus botas. 

Había pasado un largo tiempo... 

La ultima vez que viajó tan lejos de la capital de Manen fue hace tanto tiempo. 

Las personas caminaban alrededor, con la curiosidad brillando en sus ojos cuando miraban a los hombres vestidos en plata. 

Era extraño verlos, soldados de la capital, ellos estaban acostumbrados a verlos únicamente a la distancia, cuando pasaban a todo galope sobre sus caballos a la distancia del pueblo. Era un espectáculo digno de ver, y con frecuencia los niños salían a las calles para señalarlos con el dedo y vitorearlos, mientras los hombres se alejaban a la distancia, desapareciendo entre los arboles. 

Perfectas hileras, con la barbilla en alto y espaldas rectas, moviéndose únicamente cuando respiraban, dejando salir una nube blanca entre las ranuras de sus yelmos. 

Solar bajó del carruaje, sosteniendo su abrigo mas cerca de su cuerpo. 

El viento era tan violento y frió. 

Parecía arrastra pequeñas y afiladas cuchillas, cortando las mejillas de Solar. 

La castaña apreciaba el invierno, pero no tanto como la primavera, Ella nació entre las cálidas tardes de verano, cuando el viento arrastraba pétalos y perfume a flores, con el sol entrando en la habitación. 

Incluso los inviernos mas curdos eran cálidos en Corona. Las extrañas ocasiones en las cuales nevaba Solar pasaba la mayor parte del tiempo fuera del castillo, disfrutando del extraño espectáculo. 

En Månen, las primaveras arrastraban el frió entre sus viento. Cuando la noche comenzaba a caer, el viento era mas fresco, haciendo estremecer la piel de los extranjeros. 

Todos parecían estar acostumbrados al frío, Incluso Byul. La Monarca no parecía estremecerse cuando los vientos soplaban sobre su rostro. Respiraba profundo, llenando sus pulmones con el aroma a invierno y madera de pino. 

Los pueblerinos parecían igual de acostumbrados, con sus cuerpos ligeramente arropados, mientras los niños corrían con sus mejillas rojas, con sonrisas jadeantes mientras se acercaban con cautela y curiosidad. 

El pueblo estaba rodeado completamente por altos muros de piedra, siendo custodiado por altas y grandes torres y otras mas pequeñas, con hombres vigilantes desde las alturas, caminando entre los puentes de las torres con sus arcos listos para atacar a cualquier amenaza. Escoltas caminaban entre las calles nevadas, con escudos y espada en mano, mientras otros montaban sus caballos. 

-Este es un pueblo minero, Solar- Dijo Byul, con extraña ligereza en su voz -De esta montaña se extrae el otro y la plata, en el pasado, bandidos intentaron saquearla- La Monarca hizo un gesto a su brazo, un gesto silencioso para que Solar lo tomara. 

La joven princesa aceptó, dejando que Byul la guiara entre las calles. 

-El pueblo esta conectado a la montaña, a las entradas de la mina. Månen es en su mayoría montañoso, todas y cada una de las grandes montañas están cubiertas de oro, plata o diamantes. Carecemos de campos verdes... como puedes ver, Månen es frío, los campos están cubiertos de nieve y es difícil mantener los cultivos- Explicó. -Cuando los recursos se terminan, las personas son movidas a la siguiente montaña para comenzar las excavaciones- Solar miró alrededor, a las personas que caminaban con cautela de un lado a otro, en su mayoría hombres, grandes hombres fuertes con largas barbas y rostros cincelados, con grandes manos callosas por el duro trabajo en las profundidades de la montaña. 

Extraño Elixir [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora