2. La niña pelirroja

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Los días pasaban y Carina continuaba su estadía en una vieja casa abandonada que había acomodado mientras estuviera ahí. Las noticias muggles también hablaban de Sirius Black, describiéndolo como un hombre peligroso y Carina reía ante esa idea, su primo podría ser cualquier cosa, menos una persona peligrosa.

De igual manera, aún no había una sola información sobre él, no se le había visto. Ella y Remus pensaron que estaba escondido en su forma de animago y era por eso que no podían encontrarlo, nadie sabía lo que era. Remus continuaba enviándole cartas poniéndola al día de lo que pasaba en el colegio, le decía que Isabelle era una niña inteligente, como su madre, y que era una gran chica. Le había prometido también que le avisaría si llegara a saber algo de su amigo perdido.

Isabelle por su parte también le mandaba cartas continuas, ella no sabía que Carina se encontraba en el pueblo cercano a la escuela. En sus cartas explicaba que había un niño que siempre la molestaba, pero que no la trataba tan mal como a los demás, era mayor y eso le pareció curioso, especialmente cuando alegaba que era primo suyo.

Carina se continuaba preguntando de quién podría tratarse aquel muchacho que molestaba a su pequeña y cuál era el motivo de hacerlo siendo apenas una niña de primer año. Por un momento creyó que se trataba de Harry, pero por lo que le habían contado, eso no describía para nada a su ahijado. Deseaba poder conocerlo, pero según Remus aquello no sería una buena idea, especialmente porque no sabía de su existencia.

Esa tarde tenía la chimenea encendida, el viento fresco de otoño estaba ahí y la usaba para mantener su cuerpo cálido. Leía El Profeta que había tomado afuera de uno de los puestos del pueblo y continuó leyendo las noticias del día; la cara de Sirius seguía en la portada, pero lo que más llamó su atención fue que aclamaban haberlo visto en un pueblo cercano, no estaba lejos de donde se encontraba y eso afirmaba su teoría de que iría al castillo y llegaría en cuestión de nada.

La chimenea se veía humeante y una cara conocida apareció por ella.

—Hoy ha habido un accidente —dijo la mitad de Remus viéndola.

—¿Qué ha pasado? —se mostró preocupada— ¿Isabelle...?

—Ella está bien, pero los dementores han atacado a Harry en el partido de quidditch.

Remus le había contado del interés que aquellas criaturas habían tomado con Harry y eso le preocupaba más, todo se ponía peligroso para el chico, puesto que no se iban a ir hasta que Sirius fuera capturado, y sería un suicidio por su parte ir en esas condiciones.

—¿Has leído esto? —le mostró el periódico volteando la portada para que pudiera verla— Sirius está cerca.

—Lo he visto en la mañana —comentó apacible— no puede ser bueno.

—¿Qué podemos hacer?

—Por el momento nada —contestó— solamente esperar.

Carina suspiró, esperar era lo que menos le gustaba hacer, especialmente cuando se trataba de su primo y del peligro al que se exponía al haber escapado de Azkaban. Muchas veces se sintió mal por no haberlo ayudado, por ni siquiera ir a visitarlo, pero siendo una Black después de la guerra mágica, eso habría traído problemas y sabía que ir a la prisión sólo resultaría en su propia condena. Fijó su vista en Remus que aún tenía medio cuerpo en la chimenea y también la observaba. A pesar de estar rodeado del flamante fuego podía ver sus ojos de cansancio y ya se imaginaba la razón.

—¿Cómo estás? —preguntó de manera sincera— ha sido luna llena hace unas noches... lamento no estar contigo.

Él rió sarcásticamente y negó la cabeza.

Harry tiene una hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora