Volvía Dave de nuevo. Del instituto, y, como de costumbre en los últimos meses, lleno de moratones. Supongo que, de todas formas, el chaval se defendía, y lo puedo llegar a entender, pero ese dolor ya me pasó factura en su tiempo y ahora había que seguir adelante.
Lo veía cuando se sentaba cerca de la ventana en su cuarto, se encerraba siempre allí. Necesitaba esconderse de su padre. Muchas veces lloraba, y no paraba hasta dentro de 3 horas. Sus sentimientos le pasaban factura y, en algún momento, incluso lo veía acercarse a mí, para quedarse conmigo, pero yo no quería que así fuera.
Escribía algo siempre que subía, una especie de historia donde describía su vida como "un error natural más"; pues esa era la expresión que más se repetía, a veces incluso la subrayaba queriendo dar a conocer a la gente que leyera eso, si algún día llegaba a las manos de alguien, sobre su falta de autocontrol emocional.
Descendía las escaleras tras varias horas sentado en su escritorio; no hacía lo que debía hacer, solo le daba vueltas a la cabeza desde que sin querer lo abandoné, y eso le partió el corazón; aún así yo siempre quise que las tardes las dedicara a estudiar a pesar de su situación.
Su padre y su pareja compraban comida para él, pero Dave no los veía nunca; sólo cuando venía tarde de la calle o cuando suspendía algún examen, entonces era cuando a Terrence se le cruzaban los cables y empezaba a golpear a... Dave.
Dave sabía que su padre estaba siempre con una puta, quizá cada día una diferente, pero Terrence ya se percató de que el chaval no lo descubriera dándole una imagen de una familia “estable”. Terrence era muy inteligente; demasiado.
Una vez bajo en la cocina, Dave se miraba en el reflejo de la puerta, un chico relativamente "gordo" y con poco aprecio a su cuerpo, aunque realmente no fuera así; sin embargo yo cada día estaba más decidida de lo que tenía que hacer.
Dave volvía a vomitar la comida. Otra vez.
No paraba.
Siempre.
Su padre se enfadaba con él cuando hacía eso, pues era una perdida masiva de dinero para él, un hombre en paro, aunque tampoco hacía nada para ponerle remedio.
Pero, un día volví yo. Unos meses después de esto.
Estaba en la ventana cuando, por primera vez en años, Dave me escuchó. Le dije que abriera la ventana, de modo que pudiera entrar. Éste llamó a la señora Clark, y ella, mientras yo me escondía, abrió la ventana a aquel habitáculo lleno de aparatos.
Le dije a Dave si quería volver conmigo, como antes, algo sano para ambos, quizá era lo mejor y lo que necesitábamos. Entonces él se aflojó y yo le abrí los brazos.
Las secuelas de aquella anorexia hicieron el resto. Cerró los ojos y se levantó. Vino hacia mí. Hacia mis brazos abiertos y me lo llevé.
La señora Clark empezó a llamar gente a la sala y cerró de nuevo la ventana, pero nosotros ya estábamos fuera.
Entonces fue cuando por última vez vi al gilipollas de Terrence, con otra mujer, llamando a familiares y mirándome; mirando hacia esa nube gris que ahora era yo, y con una expresión de rabia.
Quizá ahora la gente piense que he sido una asesina trayéndome a mi hijo conmigo, pero me da igual, la custodia era mía antes de que ese cerdo me tirara por un 6° estando borracho.
Y sí, fui yo la que le hice esto a Dave, le quité una condena eterna con un hombre que debería haber sucumbido a la pena de muerte pero, da igual, total, el funeral fue una mierda y años más tarde, el libro que mi hijo escribía se hizo bestseller.
6 años desde que me fui y mi hijo empezó a sufrir desde hace 6 meses. No podía más, de todas formas, 6 años después, también me traje a su acompañante embarazada...
Apuñalada.