10| Aʙʀᴀᴢᴏs.

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—¡Alegra esa cara!

—Mina, por favor, deja de gritar.

Fruncí el ceño mientras me apretaba el puente de la nariz intentando aguantar mi dolor de cabeza. Aunque fuésemos a clases de baile, como hoy era el primer día tan solo haríamos presentaciones y algo de calentamiento.

—Venga vamos, hace mucho que no vemos a los demás —protestó.

—Solo han sido un par de meses como mucho —espeté.

—Eso mismo, demasiado tiempo sin vernos —me sacó la lengua.

Maldita terca.

Tuvimos que coger el metro para llegar a la academia. Si, no eran unas simples clases de baile hechas por entrenadores novatos.

Allí eran verdaderos profesionales.

Este año pasaríamos a estar junto a los veteranos, seríamos las más pequeñas de ese grupo. Había gente de nuestra edad hasta los diez y nueve años.

—¿Tienes ganas de volver a ver a Kai? —me miró levantando las cejas.

—¿Por qué debería? —la observé confundida.

Kai era uno de los bailarines más destacados, este año sería el último que cursaría en la academia. Hablábamos de vez en cuando, nada raro.

—No sé —levanto los hombros haciéndose la inocente—. ¿Quizá por qué le gustas?

—¿Estás tonta?

La miré irritada.

Es cierto que Kai siempre ha tenido una personalidad coqueta y atrevida, pero tenía más que claro que yo no le gustaba y el no me gustaba a mi.

—Sabes que Kai siempre ha sido así con todas —comenté.

—Lo que tú digas —canturreó pensando que ella tenía razón.

Le resté importancia. De todas formas, no le gustaba y era demasiado mayor para mi. Porque aunque fuera guapo e inteligente, nunca me enamoraría de él.

Eso lo tenía claro.

Llegamos en poco tiempo, la verdad es que no estaba muy lejos. Pero si que era demasiado para ir caminando.

Entramos como siempre, llevábamos entrenado aquí desde que éramos pequeñas. Estábamos bastante familiarizadas con el entorno.

—¡Mina! ¡Ren! —el profesor del año pasado nos llamó.

Era joven, alto y rubio, el típico extranjero.

—Cuanto tiempo, Chris —saludó la de pelo rosa.

—Me alegro de verte —sonreí.

—Lo mismo digo, chicas —nos miró mientras sonreía—. Es una pena que ya no estéis en mi equipo.

—Pero ahora somos veteranas —contestó Mina—. Llevábamos mucho tiempo esperándolo.

Razón no le faltaba, desde pequeñas soñábamos con convertirnos en veteranas y ser las mejores de la academia.

Iba a hablar, pero algo se tiró encima mío.

Un Kai salvaje apareció.

Me agarró de la cintura y me abrazó por detrás mientras me alzaba juguetonamente.

—¡Suéltame! —pataleé—. ¡Déjame hijo de...!

Puso la mano en mi boca para que no continuase hablando, su mano era tan grande que casi podía tapar toda mi cara.

Eᴍᴘᴛʏ |𝐁𝐍𝐇𝐀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora