What is love?
Chapter 2: Yifan y ZiTao
Ta no podía evitar estar mirando a la puerta. Aunque la hubiera cerrado sabía que su compañero de cuarto también tenía llave. Pero a cada envestida su mente parecía nublarse cada vez más. ¿Cómo era posible que Kris conociera tan bien su cuerpo si apenas habían hecho el amor una tres veces? Pero a cada envestida Tao solo podía sentir placer y la sensación que siempre lo recorría en esos momentos. El fuego que se acumulaba en la parte baja de su vientre que acababa derritiéndose como lava volcánica.
-Mírame –le exigió el mayor cogiendo su rostro, pero Tao temblaba por el miedo a que Sehun entrara y los pillara –Mírame- le repitió de nuevo, clavándose más profundo haciendo que arqueara la espalda y apretara las sabanas con fuerza- no tengas miedo.
Ante aquellas palabras ZiTao se relajó y miró a su amante con los ojos encendidos en el fuego, pero aun tenía la vista nublada por el placer. Kris sonrió al ver el rostro más hermoso del mundo derretido por el éxtasis y recordó la primera noche que pasaron juntos. Dios bendiga al alcohol y a sus efectos secundarios puesto que si aquella noche no se hubiera emborrachado no hubiera tenido el valor de hacer lo que hizo, y tal vez nunca lo hubiera hecho.
Rodeó a Tao por la cintura y con cuidado se sentó con él encima, logrando entrar más profundamente en su interior, presionando el punto de placer del menor.
-D… ¡Dios!- exclamó Zitao al notar como un escalofrío de placer le recorría todo el cuerpo. Se abrazó más a él e inundó el rostro en el cuello de Kris.
-Muévete- le exigió apoyando sus manos sobre el colchón e inclinando un poco el cuerpo hacia atrás.
Tao se apoyó en su pecho, cerrando los puños y comenzó a moverse con lentitud. Cada movimiento significaba placer, y su cuerpo parecía arder y buscaba más. Comenzó a ir más rápido, por un momento miró al frente y se arrepintió, pues casi se corre. En frente suyo estaba el espejo que había en la puerta del armario y pudo verse reflejado, con el cuerpo bañado en sudor, galopando sobre Kris, que lo tenía cogido de la cintura y lo ayudaba a hacer las embestidas más profundas.
-Kris… me corro- dijo llevando con manos temblorosas la mano derecha de Kris hasta su propio miembro para que lo tocara. El mayor sonrió ante la valentía de su pareja, y la verdad es que a él solo le faltaban un par de embestidas más para acabar.
Arqueó la espalda cuando notó las contracciones del interior de Tao, que se apretaba a su miembro dándole un exquisito placer y haciéndole llegar al séptimo cielo mientras su amante se corría entre su mano y su vientre. Desplomándose luego sobre él, jadeando, con respiración agitada.
Kris esperó a que su cuerpo se relajara para salir de su interior y rodar con él en la cama hasta quedar los dos de lado mirándose a los ojos.
-Kris- susurró Tao abrazándose a él.- si viviéramos juntos todo sería más fácil.
-Siempre podemos pedirle a Xiumin que nos cambie el cuarto.
Tao se mordió el labio ante esa apetitosa idea y hundió el rostro en el surco de su cuello.
-Quien me iba a decir que yo dependería tanto de ti.
Kris sonrió y soltó un largo suspiro para poco a poco ir incorporándose.
-Creo que es mejor que me vaya ya.
Tao asintió mientras lo veía vestirse. Parecía más delgado y tenía la espalda llena de arañazos. Tal vez por eso sentía vergüenza de ir al gimnasio. Siempre había ido, pero lo había dejado con la escusa de que el sexo era el único ejercicio que necesitaba.