El sueño se repetía noche tras noche, daba igual cuantas veces intentaste bloquearlo, daba igual cuantas veces quisiera olvidarlo, siempre estaba ahí, arrastrándose desde lo más profundo de mi memoria. Había llegado un punto, en el que podía editarlo de forma consciente, añadiendo, quitando elementos o simplemente rebobinando y acelerando las partes más tediosas, pero en definitiva, era siempre lo mismo.
Era una cálida noche de verano, sobre un tejado vigilaba el suelo, hacía días, que nos habían informado que por aquella zona había un Ghoul atacando y devorando gente.
El Gran Consejo se había hecho cargo de que la noticia no corriera, para los humanos todos los ataques no eran más que golpes de calor e insolaciones producidas por las altísimas temperaturas y al fin, esa noche, se había dado carta blanca para que diésemos caza a la bestia.
Esa era una de las cosas que odiaba del Consejo, se tardaba demasiado en actuar y para cuándo se hacía, ya había demasiadas víctimas, no les importaban los humanos siempre y cuando no afectase a sus intereses.- viejos de mierda - mascullé entre dientes.
-Tranquilo - susurró a mi lado Selene.
Me volteé a mirarla, cerré las membranas de mis ojos y la observé, podía ver cada centímetro de ella, podía verla desde todos los ángulos con total nitidez incluso en aquella noche tan cerrada, y antes de que el rubor me delatará aparte la vista.
- Es solo que no me gusta este pacto de servidumbre - escupí intentando cambiar el tema.
- Sí lo sé, pero mira - señaló al suelo.
Justo en ese momento un amasijo de sombras intentaba entrar en la casa que teníamos en frente.
A continuación, nos miramos, y llevamos las manos a nuestras armas, ella sacó un Kopis de detrás de su capa y yo llevé mis manos a mi cintura, de las que saque mi Gladius y mi Falcata.
Sin mirar a Selene levanté mi mano izquierda en la que sostenía la Gladius y levanté dos dedos haciendo la señal de ataque. Acto seguido, salté del tejado al suelo, rodé sobre mi mismo y lancé mi Gladius hacia el supuesto Ghoul.
Justo en el momento en el que la espada debió golpear el amasijo oscuro, levantó la cabeza, miró el arma y sonrió al esquivarla.
Imposible. Aquella criatura era demasiado rápida, no había forma de que esquivase el ataque.
Perdido en mis pensamientos, la bestia se empujó contra la pared y saltó hacia mí, mostrando una afilada y amarillenta sonrisa, era tarde pero lo comprendí, no era un Ghoul.
- Joder, Selene retrocede es un vampiro - fue lo que alcancé a decir mientras ajustaba mi vista.
El vampiro se movía lentamente en el aire, o eso es lo que veia, giré los pies, volteé mi cuerpo y blandí mi Falcata.
De pronto, todo empezó a dar vueltas a mi alrededor, había movido mi brazo, había cercenado su brazo, entonces, ¿Por qué su brazo estaba en su sitio y un dolor punzante recorría mi cuerpo?
- ya sé que es un vampiro, del clan Lamía para ser exactos - su voz sonó fría pero pude reconocerla.
Intenté hablar, pero el dolor era demasiado, la sangre se acumulaba en mi boca y todo se volvía negro mientras me iba ahogando.
- Lo siento - su voz ahora sonaba arrepentida - te quiero, pero lo que ellos ofrecen... Bueno, va más allá de ti y de mi. Tranquilo, vendrán a por ti.
Poco recuerdo después de eso, solo sé que me envolvi en la negrura, oía voces lejanas pero no las identificaba.
Cuando desperté, estaba envuelto en sudor, unas lágrimas resbalaban por mis ojos y mi corazón ardía en irá. Como cada mañana.
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Crónica de los hijos del mar: Ojos de piedra
FantasyEthan no es un chico normal, heredero de la jefatura del clan, guerrero guardián de una pequeña ciudad y portador de los llamados "Ojos de Mantis" deberá hacer frente a un problema tras otro. Antiguas traiciones, perdidas, dudas, deudas y venganza. ...