Prólogo

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- Aún no me creo que te tenga en mis brazos...- Susurró una mujer mientras acurrucaba al recién nacido contra su pecho. Sin embargo, pronto sintió que la tela que envolvía al pequeño comenzaba a enfriarse a gran velocidad. Así, preocupada decidió cambiársela rápidamente para que el bebé no cogiera frío. -Augh. - Se quejó debido a la quemazón que le había provocado tocar la fría piel de su hijo.

Cariño, el bebe... - Alarmada, comenzó a llorar desconsoladamente. Intentaba limpiarse las lágrimas como podía, pues tenía ambos brazos ocupados sujetando aquel cuerpecito.

- El bebé no corre peligro, a excepción de su gélida condición, todo lo demás parece normal. - Informó el médico en un intento por consolarla, mientras hojeaba con cuidado los informes sobre el niño.

- Gracias doctor, ¿podría dejarnos a solas unos minutos? - Preguntó sereno el otro hombre de la sala. Aunque intentaba mantener la calma su gesto reflejaba todo lo contrario. El aludido asintió y sin decir palabra, cerró la puerta tras de sí. - Ya has oido al doctor, cariño, el bebé crecerá sano. - Dijo depositando un pequeño beso en la cabeza de su mujer.

- ¿Qué pensará cuando lo descubra? - Preguntó ella con un nudo en la garganta que parecía no deshacerse. - Nadie ha tenido poderes en mi familia desde hace generaciones. - Se lamentó mientras mecía al niño, ya que este había comenzado a llorar por primera vez desde de su nacimiento.

- Intentaremos criarlo lo mejor que podamos. - El hombre acarició suavemente con su dedo índice la mejilla de su hijo, cuando lo retiró, notó que este se había quedado completamente frío. - Te llamaremos Jale. - Pronunció con una pícara sonrisa mientras miraba con ternura al recién nombrado.

- ¿Jale? Nunca lo había oído, pero me gusta. ¿Qué significa? - Musitó la rubia con curiosidad. Su marido tenía una expresión de superioridad, dándoselas de filólogo. - Venga... dilo ya. - Suspiró frustrada ante la infantil actitud que estaba teniendo el hombre con quien se había casado. 

- Significa escarcha. Le queda perfecto dado lo especial que es. - Respondió sentándose al lado de su esposa y rodeándola con uno de sus brazos culminó el momento en una tierna escena familiar.

Academia de Héroes: Descongelando La Rebelión [Editando y terminando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora