🛵.୭̥′◡‵ Los hombres deben...

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Los hombres deben ser valientes¡!

Hacía largos minutos Ten miraba la gran puerta frente a él pues pronto sería su turno, sabía que tenía que hacerlo, entrar y enfrentar su miedo a la obscuridad, al igual que cada uno de sus compañeros, los cuales habían decidido que el sería el penúltimo.

Hacía casi nada, Kun había entrado, lo que significaba que estaba a unos cinco minutos de tener que tomar el reto que el staff les había puesto a cada uno de ellos, un reto a cambio de comida, obviamente sus compañeros de grupo no habían dudado ni un segundo en aceptar la oferta entre vítores y festejos exagerados, no todos los días el staff se ofrecía a pagar la comida de siete chicos.

El rubio miro en todas direcciones, buscando distraerse un poco, observando de forma fija la habitación frente a él, la puerta sellada impidiendo a sus ojos saber lo que había en el interior, en sus oídos resonaron los gritos del mayor del grupo y su piel se erizó por completo... Tan terrible era que había asustado a Kun?

Su cuerpo comenzó a temblar al escuchar los gritos del castaño, hasta que estos cesaron de un momento al otro y tan solo un segundo después, la gran puerta se abrió para él. Sus castaños ojos, llenos de un terror indescriptible ante la visión de un espacio negro viajaron hasta los camarógrafos en busca de un poco de ayuda, aunque sabía que era en vano, confirmando esto en el momento en que solo recibió miradas llenas de burla y sonrisas llenas de sorna.

Bajó la mirada, mordiendo su labio inferior y paseó sus manos por su rostro, temblando un poco ante la frialdad de su propia piel. Dió un paso firme, sintiendo sus piernas temblar al segundo paso, momento en el cual se cerró la puerta y obscureció por completo, presa del pánico, el tailandés comenzó a tomar fuertes y rápidas respiraciones, dando pasos pequeños y temblorosos por el lugar entero, buscando no tropezar con nada.

Dió un paso más, el décimo, colocó las manos a los costado de su cuerpo y formó puños con las mismas, enterrando sus uñas en la superficie de sus palmas, jadeando de dolor por la sensación, una sombra se movió a su derecha y un gritito escapó por su garganta. Cerró los ojos  y dió un paso más.

Chittaphon sintió una mano sobre su hombro derecho y sin pensarlo por ni un segundo dió la media vuelta, volviendo sobre sus pasos hasta la gran puerta de madera, la cual abrió en un segundo, saliendo de la pequeña casa de los sustos. Se tiró al suelo, importándole poco que su ropa se estropeara o que su peinado se desacomodara al agachar rápido la cabeza, lleno de vergüenza ante las  amargas lágrimas que corrían de forma presurosa por sus mejillas, formando un recorrido a lo largo de su tersa piel, arruinando un poco su maquillaje.

Siguió con su llanto unos cuantos segundos más, hasta que sintió un brazo rodear su cintura y una cálida respiración en su nuca, sonrió de forma inmediata ante el tacto y el miedo que había sentido antes abandonó por completo su torrente, levantó la mirada, limpiando con el dorso de su mano las lágrimas que aún permanecían en sus mejillas y su sonrisa se ensanchó al ver a su guapo dongsaeng aún a su lado, sus mejillas un poco sonrojadas y su mirada gacha, huyendo de la de su atemorizado hyung.

— Xiao... Sabes que odio que me evites la mirada

Sin dudarlo siquiera un poco, el rubio se apegó al pelinegro frente a él, enrollando sus brazos alrededor del cuello del mismo, atrayendo al menor hacia sí.

— Jun, cariño, las cámaras están filmando...

Remarcó el tailandés al sentir las manos de su dongsaeng ceñirse a su cintura. El menor asistió de forma ausente, uniendo sus labios de forma firme con los del rubio, comenzando  un dulce beso, una danza lenta en que sus labios eran protagonistas, tacto el cual culminó poco después de comenzar, tacto que terminó con un sonrojado Ten y un sonriente Dejun, quien se encontraba completamente feliz por haber robado un beso a su Hyung favorito.

— Ten hyung, los editores pueden quitar todo eso.

El mayor fue quien asintió esta vez de forma torpe, mirando fijamente al pelinegro, aún perplejo ante el contacto que acaban de compartir.

Ambos se pusieron de pie, el menor abrazando al contrario por la cintura y Ten recargando su cabeza en el pecho del menor, cerrando sus ojos un par de minutos, los cuales fueron utilizados para retocar un poco su maquillaje, al finalizar las chicas del staff, Ten se separó de Xiao, caminando de nuevo la puerta, abriendo está con desición y entrando de una vez por todas, sin mirar atrás y sin pensarlo mucho.

Dejun fue detrás de él, abrazando al tailandés por la cintura en cuanto le tuvo cerca, causando un pequeño escalofrío en la espalda de su mayor, riendo durante unos cuantos segundos ante la reacción del contrario.

— No tienes por qué fingir ser valiente, se que esto te aterra, así que lo haremos juntos

Sin darle  tiempo a réplica al mayor, el más alto tomó la mano de su amado, comenzado a caminar imperturbable por entre todos los fantasmas del lugar, soltando este segundos antes de llegar a la puerta, besando su mejilla de forma lenta, susurrando a su oído: "No tienes por qué ser siempre valiente, así la sociedad sea quien lo diga, eres perfecto de cualquier manera y es eso por lo que te amo"

El chino beso la mejilla del rubio, invitándole a salir de la pequeña casa antes, con el fin de que se editara el rodaje hasta la parte en la que Ten sale triunfante de la horrible atracción, dándole tiempo después a Dejun para "encontrar la salida"

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2019 ⏰

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 Stereotype. 🛵.୭̥′◡‵ MltcoupleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora