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Llevaba semanas sin salir de casa.
Con el colegio no había problema, había salido de vacaciones hace unas semanas.
—¿Crees qué pueda ir por más jugo? Le pregunté a Mikelle, mi hermano mayor.
Me miró unos segundos. —Claro, me pondré los zapatos y te llevo.—
—quisiera ir yo, puedo ir en la bicicleta— el negó.
Se llevó las manos al cabello.
Antes de interrumpirlo, el terminaba de revisar algunos trabajos de sus alumnos. Es profesor de primaria en Idaho, volvió después de unos años para poder cuidarme mientras mi madre resolvía algunos asuntos sobre su nacionalidad en Rusia, alguien intentó robar su identidad y todo salió mal.
—Bien, pero llevate impermeable.—
Contestó.
Asentí y subí para ir por los converse rojos que tenía desde hace mucho tiempo, no me importaba mi aspecto pero si iba a pedalear no lo iba a hacer en pantuflas.
—Volveré rápido — dije antes de salir de casa para tomar mi bici.

Conduje hasta el 7eleven.
Ahí trabajaba Jordan, el chico que me vendía drogas antes de lo que pasó.
Al entrar, la campanita sonó.
Me diriji hasta las bebidas y tomé un jugo y té helado.
–Robbin— dijo con un tono de sorpresa.
—¿Qué hay Jordan?— saludé.
—Mierda, creí que seguías en Londres en ese centro—
Me encogí de hombros.
–Son 8 con 45— dijo después de checar.
—Esperaba que me pudieras dar de lo que cocinó la abuela— el negó.
–No te volveré a dar nada, casi mueres y aún así quieres seguir en esto—
—Para. Llevo más de un mes aguantando toda esa porquería motivacional, eres el menos indicado.— todo se quedó en silencio por unos segundos.
Y la campana volvió a sonar.
—Vuelve a casa— me dijo Jordan en un tono pasivo.
—Jordi, eres al único al que le compro...— dejé de hablar.
La persona dejó sus compras en el mostrador.
Esa pulsera la había visto antes.
De cuero, con nudos del campamento de verano.
—River— pensé. Mi antiguo mejor amigo.
—Serán 44 Dólares — dijo Jordan ignorando lo que había pedido yo.
River pagó. Yo no me moví ni mucho menos le saludé.
Salió de la tienda.
–Si tu no me la das, la conseguiré en otro lado— dije molesta.
El se encogió de hombros.
Caminé rápido hacia la entrada.
—Olvidas el jugo— dijo. Regresé por la bolsa y se la arrebaté.

Al salir, River estaba recargado en su nuevo jeep.
—Hey Robbin— saludó
—River— saludé
Seguí el camino hasta mi bici.
—No deberías hacer eso y menos después de haber pasado por algo así.— me detuve dándole la espalda.
—el jugo, es algo dulce pero sobreviviré — bromeé.
Estábamos cerca.
—Sabes a lo que me refiero— dijo en un tono serio.
—Gracias por preocuparte o por lo que sea que estés haciendo pero estoy bien— dije.
Tomé mi bici
—Daré una fiesta está noche, deberías venir—
La buena noticia es que no había un espejo frente a mí.
Solo subí a la bici y me alejé camino a casa.

Llegué.
Mikelle estaba en el sofá viendo tv.
—Llegué — dije para poner la bolsa en la mesa.
—Bien— dijo desde la sala
Saqué el contenido de las bolsas y cuando saqué el té, una bolsa pequeña salió en dirección al suelo.
La levanté inmediatamente para esconderla en mi calcetín.
—Estaré arriba— dije para subir corriendo a mi habitación.


Robin & River Donde viven las historias. Descúbrelo ahora