Eᴍᴘᴛʏ |𝐁𝐍𝐇𝐀|

13| Aɴᴛᴇʀɪᴏʀ.

—¡Buenos días!

—Hola...

Kirishima, por favor, no grites.

Hoy era un día nuevo. Nuevo, pero igual de mierda que los demás.

—¿Sucede algo? —exclamó preocupado— Oh, ¿ya te encuentras mejor?

—Estaba a punto de no venir, pero mi tía casi me asesina por decir eso. —respondí apretándome la goma de la coleta—. En mis anteriores colegios seguro que podría haber faltado.

Kirishima me observó fijamente para después fruncir los labios y bajar la mirada. Lo ignoré, ¿habré dicho algo para que se pusiera así?

Empezamos a caminar como normalmente hacemos. Iniciamos una conversación algo trivial y en menos de lo que esperaba llegamos a la academia.

A lo lejos pudimos ver a una gran cantidad de personas en la entrada de la U.A. Fruncí el ceño mientras me acercaba más a Kirishima.

—Eijiro, ignóralos. Ellos no tiene porque estar aquí —el asintió, lo cogí del brazo—. No te separes.

Al llegar, nos bombardearon a preguntas sobre All Might. Sabía que ese era su trabajo, pero esas personas apestan.

Una periodista nos empujó.

La miré cabreada, ¿y esta quien se creía que era?

—Oh, lo siento, pero si nos pueden dar aunque sean un par de comentarios les estaría agradecida —nos sonrió falsamente.

Kirishima pasó su brazo por mis hombros y aceleró el paso.

También aceleró mi corazón. Era experto en ese ámbito.

Me rio yo sola.

Se separó de mi, fruncí mis labios en cuanto lo hizo.

—¿Estás bien? —me preguntó.

¿Soy yo o Kirishima se preocupa demasiado por mi?

No se, simplemente siento que siempre me está preguntando lo mismo cada dos por tres.

Volvíamos a lo de ayer, ¿qué debía responder?

—Si, tranquilo —lo miré sonriendo— ¿Tú estás bien?

Al principio no me respondió, se me quedó mirando. Encaré una ceja mientras sonreía confundida.

—¿Eijiro?

Reaccionó.

—Ah, si, si, estoy bien —apartó la mirada mientras se rascaba la nuca.

Vale, eso ha sido un poco raro.

Alcé los hombros mientras me colocaba bien los lentes. Entramos a clase, la mayoría ya estaban allí.

Yo me fui rápidamente a mi sitio para dejar mis cosas y recostar mi cabeza en la mesa. Tenía demasiado sueño.

Jugué con mis dedos, mis ojos fueron a parar al anillo que llevaba en mi mano derecha. En el dedo corazón.

Era sencillo, plateado, tenía la forma de una pluma por delante. Era bonito y cómodo. Siempre me había encantado ese anillo.

—Tierra llamando a Ren —murmuró Kirishima a mi lado—. ¿Qué te pasa? Estás como... Ida.

Pestañeé una par de veces.

—Ah, solo estaba pensando —murmuré.

No pudimos seguir hablando porque Aizawa entró por la puerta. La mayoría menos algunos pocos saludaron, yo no dije ni una palabra.