(Jikook) Déja quedarme...En un rincón de tu corazón

Cap. 12: Tuyo...

Jungkook miraba fijamente a Jimin mientras dormitaba a su lado... no se atrevía a moverse, ni a tocarlo, pero era lo más hermoso que le estaba pasando, se había sentido miserable siempre, desde que su vida familiar se había tornado destructiva y sus padres se separaron, al inicio estuvieron con su madre, para terminar al final con su padre, así que no había sido para nada feliz, hasta ese momento... cuando Jimin lo había amado, lo había hecho suyo... le había dado todos esos besos y caricias que necesitaba

Pero claro, el punto negativo era eso... ¿Y si él no hubiera despertado?

No quería llorar, pero...

Jimin abrió los ojos y lo descubrió mirándolo con los ojos húmedos, por un momento no le dijo nada, solo alargó la mano y le limpio las lágrimas, para luego buscar sus labios y volver a besarlo con suavidad, Jimin lo atrajo hacia él, abrazándolo y entrelazando sus cuerpos desnudos, aquello fue tan sensual, que Jungkook enredó sus piernas en el cuerpo del chico, cerrando lo ojos dejando que sus lenguas se entrelazaran

-Te amo – susurraba Jungkook extasiado, los labios de aquel chico mordisqueaban ahora su cuello y le chupaba la piel, aumentando la pasión que se desbordaba y el deseo que sentía por él, ya había probado el poder de las caderas de Jimin al momento de penetrarlo y quería más, que estuviera sobre él, en esos momentos, moviéndose de modo que friccionaran sus miembros, haciéndolos endurecer.

Jimin podía ver en el fondo de esos ojos la verdad, no podía percibir maldad, había miedo en el interior, miedo y dolor, quizás demasiado, por eso no podía odiarlo como quisiera, por eso a pesar de todo, sus sentimientos se detenían en uno solo... el amor... siguió besándolo por largo rato, jugando con su lengua y acariciándole, el rostro bonito de ese chico era digno de besarse todo, atacar su cuello y zonas sensibles, era lo más fascinante, mientras emitía sonidos placenteros que hacían hervir la sangre de Jimin

En esta ocasión, fue más despacio, estuvo besando ese cuello, buscando los latidos, lamiendo las pulsaciones, yendo más hacia abajo, acariciando sus clavículas, buscando con su lengua sus tetillas, llevándolas a su boca y chupándulas, jalándolas suavemente con sus dientes, provocando un dolor placentero, Jungkook sentía que era un cruel y sensual castigo, aquellas caricias lo mataban, pero más sentir esos labios recorriendo cada centímetro de su piel

Quizás Jungkook estaba encerrado en su mundo de odio que no se había dado cuenta de lo sensual, atractivo y físicamente apetitoso que era, sobre todo desde que su amor le rechazara una hamburguesa, él se había quedado con la idea de que no era lo suficientemente guapo para nadie, tenia la autoestima un poco herido

Pero Jimin lo estaba curando en ese momento

Esos labios y esa lengua le erizaban la piel cada que él descendía un poco mas hacia el pubis, hasta encontrarse con ese miembro masculino ya erecto, no dudó en meterlo a su boca y chuparlo, provocando que Jungkook emitiera un gemido amoroso y arqueara un poco su espalda empujando más su cadera, aquella era una sensación tan fabulosa, que quería que Jimin no parara de succionar, lamer y chupar todos sus genitales, quería secretamente, venirse en su boca.

Los dedos del chico comenzaron de nuevo a invadirlo, éste cerró los ojos y jadeo deseoso, adoraba que ese hombre, que en un principio era su sueño imposible, en ese momento, le estuviera prodigando de caricias, besos y le provocara todo ese placer, no le importaba decir su nombre, susurrarle que no parara y dejar escapar sonidos escandalosos de su preciosa garganta... Eso ponía más caliente que nunca a Jimin, por lo que termino lo que estaba haciendo, levantó las piernas del chico sobre sus hombres y lo penetró

- ¡Ah! – jadeó el chico

Jimin estaba extasiado de cómo lo recibía de nuevo ese cuerpo, era excitante ver el rostro de Jungkook con los labios entreabiertos y esos ojos brillantes que le miraba con adoración, lentamente comenzó a empujar más con sus caderas, entrando y saliendo de su cuerpo, no podía evitar él tampoco, emitir gemidos al sentir aquella sensación de placer que le provocaba tenerlo así, cogerlo de ese modo