01.

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Narrador omnisciente:

Martín,estaba sentado en el sofá de su casa que comparte con su madre. Miraba una película y acariciaba a su gatito Yisus,este se lo había regalado su progenitora para su cumpleaños, la verdad es que el regalo le encantó,además siempre quiso tener un gato. La película ya estaba por la mitad,la verdad es que era muy entretenida y como su mamá no esta es mejor. Hasta que abren la puerta,dejando ver a la progenitora del bajito,pero... Había un hombre más alto que la anteriormente nombrada y un chico más o menos de la edad de Martín. Este se destapó de sus frazadas,sintiendo frío,se paró y se dirigió a su madre para saludarla.

—Hola mami— dijo saludando a su madre mientras la abrazaba. En el día extraña a Silvia,ya que esta trabajaba todo el día y venía a la noche.

—hola mi amor– Silvia,correspondió al abrazo de su hijo.–mira hijo,el es Pedro y el es Marcelo.– dijo su madre,sonriente. Martín quedó confundido. ¡ja! Agachate y conocelo,pensó Martín

—un gusto,soy Martín.– dijo el pelinegro saludando a los Parnenzini

—el gusto es mío.— respondió el castaño,mientras se saludaban con la mano.

—ma,y ¿ese señor es tu novio?.– dijo el de lentes curioso,con una sonrisa.

—no,hijo,es un amigo.– dijo su madre,largando algunas risitas.

—ok,si vos lo decís.— hablo Martín,haciendo que los cuatro larguen una carcajada.

—bueno,¿quieren pasar?,así tomamos mate o algo.– dijo Silvia,en modo de propuesta. Marcelo y Pedro asintieron con una sonrisa.

—ma,¿me puedo ir a mi habitación?.– preguntó Martín,haciéndole ojitos y un puchero a su madre.

—bueno anda,Pedro ¿queres ir con el?.– le preguntó Silvia a Pedro,

—ok.– respondió el castaño,caminando en dirección al pelinegro.

Los dos chicos subieron las escaleras y entraron al cuarto del de brakets. Pedro se quedó impactado,el cuarto del menor esta totalmente ordenado a comparación del suyo. Tenía todo muy bien acomodado,sin ningún tipo de residuo en el piso. Generalmente,Martín siempre limpia su cuarto,porque no le gusta estar en un ambiente todo desordenado. Así que lo ordena y limpia todos los días.

—wow,que lindo cuarto.— dijo el castaño,dándole un cumplido al menor.

—gracias,lo limpio todos los días.– respondió Kovacs,con una sonrisa. Dejando ver sus dientes decorados con brakets.

—a comparación del mío.— dijo el castaño medio indignado.

—jajaja,¿queres jugar al FIFA?.— preguntó Martín,a Pedro.

—bueno.– respondió el castaño.

Los dos agarraron un Joystick y se pusieron a jugar al FIFA. Así estuvieron toda la tarde,jugando,riendo y burlándose en la cara del otro cuando ganaban. Hasta que la última partida la ganó Martín,este gritó a todo pulmón. Haciendo que Pedro se tape los oídos.

—ves,te gané,fracasado.— dijo Martín con un tono burlesco.

—igual,me deje ganar.— dijo obvio el castaño

—aja sí,te creo.— hablo el pelinegro,asintiendo y con una sonrisa.

—bueno,¿qué hacemos?.– dijo con fatiga

—¿queres ver Youtube?.– pregunto,agarrando el control de la tele.

—bueno.— aceptó el castaño.

Se recostaron en la suave y cómoda cama del menor. Este prendió la televisión, puso Youtube y buscó vídeos de risa. Se reían a cada rato,el vídeo era muy chistoso realmente. Pasaron tres horas,y los chicos ya se habían aburrido,pero entró la progenitora del pelinegro.

—¿qué pasó ma?.— le pregunto el menor a su madre,para después levantarse de la cama.

—¿queres ir al kiosco?.— dijo Silvia con dinero en la mano.

—¿vamos?.— preguntó Martín a Pedro,y este también se levanto de la cama.

—dale.– respondió el castaño

—ok,solamente tienen que comprar 6 panes.— dijo la mujer,de pelo negro y lacio.

—bueno.—dijo el menor,saliendo con Pedro de la habitación. Una vez afuera de la habitación,bajaron las escaleras cosí corriendo y seguidamente se fueron afuera de la casa.

Los dos chicos estaban corriendo,para ver quien llegaba más rápido al kiosco. El que ganó fue Pedro,ya que este tenía la delantera. Compraron el pan y caminaron hasta la casa. Pero  Martín se quedó unos segundos parado atrás del castaño mientras este caminaba,el bajito corrió con todo y se subió en el castaño. Heredando sus piernas en la cintura del mayor.

—¿me llevas a cococho?.— le preguntó el menor,haciéndole un puchero. Pedro no se podía negar esa cara le daba demasiada ternura.

—bueno.– le respondió Pedro,mientras agarraba las piernas de Martín con sus manos y lo cargaba.

Hací estuvieron hasta que llegaron a la casa del pelinegro. Estaban en la puerta,así que Martín se bajo de el castaño. Le sonrió y entraron,viendo a Silvia y Marcelo sentados en el sofá,tomando Mate y mirando la televisión. Se dirigieron a la mesa del living y dejaron la bolsa con pan en la mesa y se sentaron en otro sofá.

Todos estaban viendo la novela. Cualquiera que los viera diría que son familia. Se pasaban el mate y se reían por las escenas chistosas de la novela. Hasta que a uno de los cuatro,más específicamente Martín,le agarró el sueño. Poco a poco se le cerraban sus ojitos. No quería dormirse ahí,así que se paró y fue con su progenitora.

—ma,¿me puedo ir a dormir?.– preguntó el pelinegro a Silvia en modo de susurro.

—si,hijo anda tranquilo.— le respondió Silvia con una sonrisa. El menor atinó a asentir con la cabeza,se dio vuelta y caminó hasta las escaleras para luego subirlas.

Ya estando en su habitación,se dejo caer en la cama,mientras largaba un suspiro. Se levantó y acomodo sus matas para poder taparse ya que como están en Invierno hace frío. Se adentró a la cama y se tapó. Sintiendo como poco a poco la cama se ponía más calentita,ya que el estaba ahí. Se quedó un rato pensando,y sin darse cuenta cayó un un profundo y abrigador sueño.



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