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— JiMin...— intentó acercarse, pero el rubio retrocedió.

— No— dijo firme a pesar de que sentía todo su cuerpo temblar, se sorprendía el lograr mantenerse de pie y que no se le cortara la voz.— Si te acercas entonces no accederé a que hablemos y te irás de aquí, tenga que usar la violencia para sacarte o no— dicho ello sirvió dos vasos de agua y se sentó. El pelinegro cabizbajo hizo lo mismo, sentándose en frente suyo.

— No sabes lo preocupado que estaba...— se pellizcó las manos y mordió su labio inferior, lo cual hacía cuando se encontraba con bastante ansiedad y nervios.— No sabía dónde estabas ni cómo, incluso bajaste demasiado de peso... dime por favor que estás comiendo bien.

— ¿Te importa acaso cómo estoy? ¿No es muy obvio?— sintió como se le iba formando el nudo en la garganta al hablar, pero no podía dejar verse débil.

— Por supuesto que si JiMin— lo miró finalmente a los ojos.— Todos estos días te estuve esperando en el departamento.

— No volveré allí, haz lo que quieras con él, pero no volveré a meter un pie ahí dentro.

— Pero... es tuyo... tú lo compraste.

— No lo quiero más.

JungKook lo miró sorprendido y luego volvió a bajar la mirada, mientras que JiMin aprovechó aquel momento para ver mejor a su ex. Se encontraba igualmente en un estado lamentable, tenía enormes bolsas oscuras bajo sus ojos, había también bajado de peso e incluso se veía demasiado pálido y eso que el pelinegro siempre fue de tener la tez muy clara, pero esta vez incluso estaba más clara que la piel de YoonGi. También le habían salido unas cuantas espinillas en el rostro, producto por el estrés. Al verlo así, el rubio sintió enojo y preocupación. Enojo porque le molestaba que estuviera en tal estado en donde pareciera otra víctima más cuando él había sido el causante, y preocupación y pena porque sabía que no había nadie que se pudiera ocupar de él. Estaba completamente solo. No era como JiMin que tenía a varias personas a su alrededor que se aseguraban de que por lo menos comiese dos veces al día. JungKook tenía solo a su mejor amigo, el cual ahora se había mudado más lejos, así que tampoco contaba para ayudarlo.

— Quiero que me cuentes todo— habló finalmente.

— ¿E-Eh?

— Como escuchaste, quiero que seas completamente sincero conmigo si es que aún te queda una pizca de amor o cariño por mi. Dime... ¿cuándo comenzó todo?

— Yo...

— Dime antes de que te eche a patadas de aquí. Es tu única oportunidad Jeon.

— Está bien— suspiró y se volvió a morder el labio. Los tenía secos y maltratados.— Todo empezó hace unos meses... Estaba solo en casa... y me sentía completamente aburrido y frustrado, así que decidí salir a tomar... iba a invitar a YugYeom, pero justo ese día cumplía años con su novia, tú estabas trabajando y no sabía a quien más invitar, entonces se me ocurrió llamarlo a él y como también estaba solo, aceptó. Fuimos a un bar y... después de unas cuantas bebidas el ambiente comenzó a ponerse raro...— se detuvo.

— Continúa.

El pelinegro le dio una mirada rápida antes de tomar un sorbo de agua.

— ¿Por qué se puso raro el ambiente?

— Comenzamos a... insinuarnos y luego de eso no recuerdo más de esa noche... solo recuerdo que cuando desperté me encontraba sin ropa y con TaeHyung al lado mío de igual forma.

JiMin tomó un sorbo de agua para que el contrario no se diera cuenta que estaba reteniendo con todas sus fuerzas las lágrimas.

— Ambos nos asustamos y sorprendimos... juramos que eso no volvería a pasar y que no saldría ni una palabra de nuestras bocas sobre lo sucedido. Pero... luego se repitieron constantemente y sin alcohol de por medio.

Finalmente una lágrima cayó por su mejilla. — Si me lo hubieras dicho en el momento... si no lo hubiesen ocultado y se sinceraran, las cosas ahora serían completamente diferentes ahora, porque ahí si fue una equivocación al causa del alcohol y aunque en realidad no lo justifica del todo, el resultado y la solución sería diferente. En realidad, si tan solo... me hubieras contado lo que sentías, que te encontrabas mal... no tendríamos que pasar por una situación así.

— Lo sé... me lo puse a pensar miles y miles de veces JiMin.

— Sin embargo nada de eso sucedió, ambos siguieron burlándose en nuestras caras y completamente sobrios.

— Fue algo que no pudimos controlar... ni tampoco teníamos la voluntad suficiente para decirte.

— ¿Algo que no pudieron controlar?— repitió, comenzando a molestarse.— Realmente debes estar bromeando.

— ¿Qué más quieres que diga JiMin? ¿Que soy el idiota más grande del mundo? ¿Que no te merezco? ¿Que merezco toda la mierda del mundo? Si quieres que te diga todo eso, entonces te lo diré y más aún, porque todo es cierto.

— No, no quiero que digas nada más JungKook— ocultó su rostro con las palmas de sus manos. Sentía un gran dolor de cabeza y ya además, no podía seguir controlando sus lágrimas.

— JiMin...— se sentó al lado suyo— por favor, perdóname. Te lo pediré de rodillas si es necesario, haré todo lo que quieras... pero te lo suplico, no quiero alejarme de ti— dijo con la voz rota y grave, para luego quitar las manos que cubrían el rostro del rubio.
En ese momento fue cuando JiMin descubrió que el contrario también se encontraba cubierto de lágrimas.

El pelinegro, aún sin soltar las manos de su ex novio, subió su mirada hacia el rostro ajeno.— No puedo más con esto JiMin... no puedo imaginarme mis días sin ti, seguir despertándome y no tenerte a mi lado... no poder abrazarte y ver tu rostro todos los días...

— Ve-vete JungKook... por favor— separó sus manos de las del menor y luego procedió a quitarse las lágrimas con su puño.— Ya fue suficiente por hoy... quiero estar solo.

— No quiero dejarte solo...

— Va a ser peor si aún sigues aquí, te acompaño hasta la puerta— se levantó y con la mirada en alto, camino hacia la entrada. Supo que JungKook lo estaba siguiendo porque escuchaba sus pasos arrastrados.

Abrió la puerta y luego se hizo a un lado, volviendo a mirar el rostro del menor, quien también estaba mirándole.

— Te escribiré luego... por favor responde— pidió.

JiMin sonrió levemente, sin embargo no respondió. Cuando JungKook salió, finalmente pudo cerrar la puerta.

Caminó hacia el sofá y se sentó allí, subió las piernas y abrazó sus rodillas, y finalmente pudo liberar el llanto que se estuvo aguantando desde que vio su rostro en la entrada.

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volví uwu

Lie ✦Kookmin✦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora