La mamá de Jungkook se había jubilado así que decidieron regresar a Corea, extrañaban su casa.
Los mejores amigos habían perdido total comunicación, pues ambos creían que sería más difícil para ellos el poder hablarse sin verse cara a cara, pero no habían olvidado su promesa.
Después de un mes de trámites y papeleos, ya era el día de su tan anhelado viaje.
- Espero que recuerdes nuestra promesa Jiminie. - decía un joven Jungkook mientras abordaba el avión.
Había sido una gran fortuna el hecho de que la casa donde antes vivían estuviera libre.
[ ... ]
Su casa era igual que antes, nada había cambiado, seguía siendo esa típica casa estilo cabaña.
Rápidamente se colocó una chamarra y se dirigió a la casa donde según el, todavía vivía ahí Jimin.
- ¿A dónde vas con tanta prisa Jungkook? - le preguntó su mamá mientras comenzaba a sacar cosas de las cajas.
- A visitar a Jimin. - respondía con obviedad.
- Jungkook... El se ha mudado. - decía su mamá mientras seguía sacando cajas.
- ¿Cómo? Pero. -
- La dueña de la casa me dijo que todos los vecinos se habían mudado. -
"¿Y nuestra promesa?" Pensó un decaído Jungkook.
Sin ánimos de nada, comenzó a desempacar y guardar todo en sus respectivos lugares.
Esa noche durmió igual de mal como aquel día en el que se fue.
[ ... ]
- ¿Por qué tanta prisa? No sé irán - decía un Jungkook siendo empujado por su mamá.
- Debemos de darle sus regalos a los vecinos, tenemos que ser amigables. - contestaba su mamá mientras lo apresuraba.
Jungkook solo negaba con la cabeza mientras seguía a su mamá que daba pasos apresurados.
- Toca la puerta Jungkook. -
- ¿Yo? Pero si tu eres la que quería venir. -
- ¿No ves que traigo las manos ocupadas? -
Eso y una mirada fulminante fue lo suficiente para que Jungkook tocará.
[ Toc, toc, toc ]
Después de unos segundos se abrió la puerta.
[ Pov. Jungkook ]
La persona que había abierto la puerta tenía el cabello rubio, era algo más bajo que yo y tenía una complexión delgada.
En el momento que nuestros ojos se encontraron estos se me hicieron conocidos.
- ¿Jimin, quien tocó la puerta? - preguntó lo que suponía yo, era su mamá que se acercaba.
- ¿Ji..min?- dije en un susurro casi inaudible.
- ¡No puede ser! La arrendataria nos dijo que se habían mudado. - decía mi mamá mientras yo seguía viendo a el rubio frente a mí.
- ¡Claro que nos mudamos! Antes vivíamos frente a ustedes, ahora vivimos a lado. La idea era mudarnos a Seúl pero Jimin estaba de terco sobre no mudarnos, pero ya habíamos roto el contrato con la arrendataria... Por fortuna esta estaba disponible, así que nos mudamos a esta. -
- Han pasado muchas cosas en nuestra ausencia- decía mientras reía mi mamá.
- Ni te imaginas, pasa. Tengo mucho que contarte. - respondía la mamá de Jiminie mientras la ayudaba con las cosas que traía.
Mientras nuestras mamás se dirigían al salón para ponerse al corriente, ambos nos quedamos en la entrada.
Solo nos escaneabamos sin decirnos algo.
Jiminie había cambiado mucho, su cabello ya no era negro, lo traía de un rubio casi ceniza, los años no lo habían desfavorecido al contrario seguía siendo tan lindo cómo de pequeño.
[ Pov. Jimin ]
Lo tenía enfrente de mi, había vuelto.
Jungkookie era más alto que yo, su cabello seguía siendo de un castaño oscuro. Había cambiado mucho, enfrente de mí no estaba el lindo Jungkookie que recordaba, el que tenía enfrente de mí era Jeon Jungkook.
[ Narrador omnisciente ]
- Me esperaste - fue lo único que dijo Jungkook.
- Bueno, hice una promesa. - respondía con sencillez.
Jungkook no pudo más con su emoción y abrazó a Jimin.
Lo estrechó entre sus brazos, el contrario estaba sorprendido pues no esperaba tal acción por el más alto, pero tan pronto se repuso respondió aquel abrazo.
Ninguno de los dos había olvidado su promesa.
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Espero les haya gustado 💛