III

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- Te ibas a mudar, ¿Por qué no lo hiciste? - preguntó Jungkook mientras separada un poco su cuerpo, pero sin romper el abrazo.

- Bueno... Creí que si me iba de aquí no podrías encontrarme. - respondió el rubio mientras se sonrojaba.

- Gracias - dijo en un susurro, mientras observaba fijamente al de cabellos rubios.

- ¿Por qué?- estaba realmente confundido.

- Por no haber olvidado la promesa. - expresó con simpleza.

- Que clase de amigo sería si la hubiera olvidado. - después de esto, comenzaron a reírse.

Después de esas risas se dieron cuenta que no se habían soltado, así que de forma lenta lo hicieron.

[ Pov. Jungkook ]

No quería, no quería soltarme de Jimin.
Realmente quería seguir abrazándolo.

Había planeado declararme después, pero realmente no podía guardarlo más, ya lo había retenido por 15 años.

- Jiminie, perdón Jimin. - decía a forma de corregirse el más alto.

- Está bien, Jungkookie. Me puedes seguir diciendo Jiminie. - le gustaba que lo llamara así, le traía buenos recuerdos.

- Jiminie, tengo algo que confesarte. - los tartamudeos no tardaron en aparecer.

- claro Jungkookie, dime. -

- Jiminie, me gustas. - lo hice, me confesé.

[ Narrador omnisciente ]

Jimin había quedado en shock, realmente no esperaba que le dijera eso, pero aquello no le molestó. Su corazón comenzó a agitarse, sus mejillas se volvieron más rojas y sintió un enorme calor.

Jungkook estaba a punto de decir que lo olvidará, pues había pasado un tiempo y el que se encontraba enfrente de el no le respondía, pero antes de eso Jimin habló.

- Tú también me gustas, Jungkookie. - si pudiéramos ver sus ojos, veríamos que estos brillarían mas que mil luciérnagas.

Ambos jóvenes no cambian en sí, era demasiada emoción para ellos.

Esta vez fue Jimin el que abrazó a Jungkook.

Armandose de valor, acercó su rostro al de Jungkook y cerrando sus ojos, selló ambos labios.

El más alto había sido tomado por sorpresa, pero este se relajó, cerró sus ojos, y respondió aquel beso.

Las manos del mas bajo se dirigieron al cuello del más alto, y las del mas joven hacia la cintura de su hyung.

- Hoy es el mejor día de mi vida, bueno, el segundo. - expresó el menor después acabar ese beso.

- ¿El segundo? - dijo un ofendido Jimin.

- Si, el primero fue cuando te conocí. - respondió un sonriente Jungkook.

El mayor solo pudo enterrar la cabeza en el pecho del contrario, podía morir de dulzura por culpa de Jungkook en cualquier momento.

- Eres un tonto. - fue lo único que pudo contestar Jimin.

- Bueno, ahora soy TÚ tonto. - realmente era todo un cursi.

Debes estar de broma, pensaba un rojo Jimin. Él no iba a ser el único rojo, así que tomó medidas.

- Estás en lo correcto, eres MI tonto. - y le dió un corto beso en los labios, lo que fue suficiente para que Jungkook se pusiera más rojo que un tómate.

- ¿Qué te parece si entramos? Hace mucho frío aquí. - decía un rubio que se acurrucaba cada vez más en el contrario.

- Pero. - la idea que sus mamás estuvieran ahí no le agradaba.

- Está bien, podemos subir a mi cuarto. - el tenía todo bajo control.

Con unas caras sonrientes entraron a la casa.
Jimin agarró unas cuantas galletas y té, para después subir con Jungkook a su habitación.

Estuvieron un rato conversando mientras comían galletas, hasta que uno vió algo por la ventana.

Estaba cayendo nieve.

Era su primera nevada juntos.

Ese invierno fue el más cálido que hubo en esos 15 años, y los siguientes tambien, pues ellos no se volvieron a separar.

Pero si lo hacían no tendrían problemas, pues ellos siempre recordarían su promesa.

• 🌸 •

Espero que les haya gustado 💛

Aquí termina esta historia, tardé demasiado en corregir el último capítulo:)

Cuidense mucho, bye.

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