𝐅𝐚𝐦𝐨𝐮𝐬; 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠𝐰𝐨𝐨𝐧𝐠.

viii

Me relamí los labios frente al espejo mientras volvía a mirar mi atuendo.

Suspiré satisfecha con mi atuendo, pero añadí un labial rojo a mis labios para acabar el look.

Quité el exceso y justo mi teléfono vibró en señal de que Hwanwoong se encontraba abajo.

Nerviosa cogí mi bolso y me miré por última vez en el espejo mientras me animaba mentalmente de que todo iba a salir bien.

Me dirigí al salón y tragué duro antes de abrir la puerta.

Cuando la abrí recé mentalmente ya que me veía venir la de ataques que me iban a dar esta noche por culpa de este hombre.

- Estás guapísima Seohyun - me miró de arriba a abajo con una sonrisa de oreja a oreja.

Bajé mi cabeza avergonzada.

- Tú también te ves muy bien - hablé en un tono de voz suave.

Oí la suave risa de Hwanwoong y me ofreció su mano.

Gustosamente la acepté y nos dirigimos a su coche, él abrió la puerta por mi y yo le sonreí en agradecimiento.

Luego él entró por el otro lado y encendió el coche.

- Hoy va a ser una gran noche - susurró mientras encendía la radio.

Hice oídos sordos y disfruté de la suave música.

Tras unos minutos más en silencio llegamos a nuestro destino.

- ¿Un... Parque? - pregunté confusa.

Bajé del coche y Hwanwoong corrió al maletero del coche.

- ¡No mires! - me sorprendí y volví mi vista al frente.

Unos segundos después él tapó mis ojos de forma suave y me guió con cuidado.

- Espero que te guste - susurró en mi oído antes de quitar la mano que se encontraba en mis ojos.

Ajusté mi visión a la luz nocturna y al instante quedé anonadada.

En medio del césped se encontraba un mantel amarillo con velas alrededor, encima del mantel habían cestas y platos con comida.

Se podía apreciar la ciudad y todas sus bellezas desde arriba, con sus luces encendidas.

- Hwanwoong esto es... Precioso - me giré en su dirección.

Él me sonrió con sus manos en la espalda.

- Esto es para ti - se relamió los labios.

Me extendió un ramo de flores y mi respiración se entrecortó.

Lo cogí y me quedé mirándole sorprendida.

Abrí la boca queriendo decir algo, pero nada podía salir, no siquiera un mínimo sonido.

- Llevaba mucho tiempo pensando en hacer esto y... al fin me he decidido - sonrió de forma tímida.

Sonreí ampliamente y rodee mis brazos en su cintura.

- Es perfecto Hwanwoong, gracias - hablé contra su pecho.

Oí su acelerado corazón y acaricié su espalda intentando relajarle.

- Aún hay más - me hizo separarme de él.

¿Más?

Fruncí mi ceño y él respiró hondo antes de hablar.

- Le he estado dando muchas vueltas estos días y creo que este es el momento adecuado, no quiero meterme en cosas cursis así que voy al grano, ¿quieres salir conmigo? - me miró con sus ojos brillosos.

Me dolían las mejillas de tanto sonreír y reí suavemente.

- Obvio que sí quiero imbécil, te ha costado pedirme eh - respondí mientras volvía a abrazarle.

Él aceptó mi abrazo y rio de forma nerviosa.

Me separé de su cuerpo y le miré fijamente.

La luz de la luna le hace ver el doble de atractivo.

Sonreí levemente y uní mis labios con los suyos en un rápido movimiento.

Él aceptó al segundo y rodeó mi cintura mientras yo acunaba sus mejillas.

Unos segundos más tarde nos separamos y reí fuertemente al ver todo mi pintalabios en sus labios.

Él me miró extrañado y yo saqué una pequeña toalla húmeda de mi bolso y agarré su nuca acercandolo a mi.

- Tienes mi pintalabios por todos lados - reí mientras le limpiaba.

Él frunció su nariz y me sonrió de forma inocente.

De camino me limpié los labios.

- Para una vez que me pinto los labios - exhalé.

- Pues ahora ya sabes que si quedamos no debes de pintarte los labios - rodeó mi cintura de nuevo y me hizo acercar a su cuerpo, quedando nuestros labios a escasos centímetros.

- Entendido, señor hormonal - le di un pequeño beso.

Él rodó los ojos y me soltó no sin antes dejar un suave beso en mi frente.

Corrí hacia el mantel y me senté a uno de los lados mientras Hwanwoong se sentaba al otro.

- Lo he hecho con todo mi amor, espero que te guste - dijo él antes de probar un poco del ramen.

- Diez de diez - dije con la boca llena.

Él volvió a rodar los ojos y comenzó a comer.