Rappi Favor.

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Está cansado como la muerte, sin mencionar el hecho de que le duele el culo por estar más de cuatro horas sentado sobre aquella motocicleta que, aunque no odia, tampoco ama con su vida como muchas personas creerían. Y es que ha estado las últimas horas de su vida dando vueltas por toda la ciudad haciendo entregas en aquella chatarra que en ocasiones ama, como por las mañanas cuando puede evitar las horas pico de los autobuses para la ir a la escuela, sin embargo, esta, no es una de esas ocasiones en que la ama, porque, su Crossmax250 no está ni cerca de tener el asiento más cómodo de la historia.

Por eso mismo ha decidido darse un maldito tiempo, bajarse de su preciada motocicleta un momento y estirar los músculos, porque, si bien no tiene el mejor jodido trasero quiere creer que lo poco que tiene lo resalta de manera tentadora con aquellos pantalones ajustados como la mierda que le gusta usar -al menos lo poco que tiene-, y está jodidamente consciente que lo hace con una sola intención.

Una vez que el celular en su mano vibra anunciando un nuevo servicio, lo apaga dejándolo pasar por esa ocasión; la noche no ha sido mala, por lo que otro llegará en algunos minutos, está seguro; sin embargo, ahora, lo único que necesita es descansar un momento del tráfico de la ciudad. Aún le quedan un par de pedidos más para poder volver a casa y cumplir con la cuota que se exige día con día -posiblemente, si no fuera tan exigente consigo mismo, estaría en su departamento hace algunas horas atrás, pero no-.

Jinhwan piensa que este mes podrá superar su récord personal, y lo necesita, en verdad, porque necesita esa bolsa de Balienciaga que vio en línea. Y sí, también sabe que podría buscar un empleo menos peligroso, con un horario fijo y un salario fijo, sin embargo, ser universitario en el quinto grado, tímido como la mierda y casi, casi asocial; lo dificultan un poco. Por lo qué, Rappi pareció como un milagro del cielo cuando supo que su querida Crossmax250 podía servir para algo más que simple transporte, y ¡hey! el trabajo no era tan malo, poniéndolo de la forma en sólo salir a buscar lo que sea que la app solicitara, buscarlo en la tienda o restaurante y entregarlo en la dirección indicada ¡qué mejor trabajo que un casi nulo intercambio de palabras con otra persona podría existir!

Poniendo fin a sus pensamientos, por primera vez en la noche, la nueva notificación de la app iluminó su pantalla de inmediato. Aceptó sin muchas alternativas, si quería volver a su departamento lo más rápido posible, lo mejor era darse prisa.

La pantalla cambió a las especificaciones del pedido, leyéndose en las celdas "Rappi favor", dejó caer un bufido, aquellos pedidos nunca eran del todo buenos, por lo regular lo mandaban a hacer cosas estúpidas que las personas podían hacer en cualquier momento del día, sin embargo, no, y para eso estaba Kim Jinhwan, gran elemento de la comunidad de Rappi, con cuatro punto tres estrellas de puntuación para la plataforma; y está jodidamente seguro que tendría una puntuación mucho mayor si hacia unas semanas atrás, cuando una estúpida niñata de unos dieciséis años le insinuó meterse entre sus pantalones en la entrada de su casa, claramente se había negado ¿por quién jodidos lo tomaban? ¿Prostituto a domicilio como un mal inicio de un video porno? ¡Já! ¡Por supuesto que no! Ese día sólo quería entregar su estúpido "Rappi favor", en el cual la estúpida niña lo había hecho comprar un paquete de condones sabor cereza con kiwi, mismos que planeaba usar con él, y oh jodidamente Dios que se encontraba en alguna parte del basto cielo de la ciudad de Seúl, no. Dios, no. Kim Jinhwan no se dedicaba a eso, no, ni aunque le pagaran, que básicamente si lo estaban haciendo, pero ¡no! Eso no era parte del "Rappi favor" ¿cierto?

Y bien, está bien que sea un tipo asocial y tímido, pero no negaba que era bonito, sí, bonito, no guapo, él se consideraba bonito y esperaba seguir siendo así mucho tiempo. No era idiota, vamos, sabe lo que una cara bonita puede hacer, lo sabe; pero aquella niña prácticamente lo había recibido en panties y un corto top, y está bien, él con sus jodidos pantalones obscuros ceñidos a sus muslos y su chaqueta roja favorita le daban un aire de fuckboy, pero ¡hey! De nuevo, Jinhwan es gay. Oh, sí. Es tan jodidamente gay que hasta hace algunas horas atrás, en la universidad, cuando vio pasar al jodido chico del que lleva enamorado más de dos años había ansiado encontrarse en su departamento, colarse uno de esos mini-vibradores a control que tiene y bajarse aquella jodida calentura. Así que, sip, lo siente mucho por aquella niña que prácticamente fue humillada por casi follárselo, consecuencia: una mala calificación, y un reporte por "mala actitud y entrega errónea", pero esa idiota cree que se salió con la suya, logro que le cerraran la cuenta luego de acusarla de acoso sexual, ¡ja! ¡Punto para Jinhwannie!

Blowjob delivered ﹥JunHwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora