Yo... No sé qué diablos es esto. Es algo que escribí para mis amiguis del grupo de shippers Fratt y al final lo arreglé y decidí publicarlo.
Ubicado en... Alguna parte de la segunda temporada de The Punisher. Creo. No lo sé.
Dedicado a la gente hermosa de la Asociación Anónima de Fratt Shippers, que leyeron esto antes que nadie y que me dieron cinco puntos por el esfuerzo.
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Frank tiene meses sin tener ataques de pánico. Ha lidiado con ellos desde su servicio militar, pesadillas sobre las cosas que tuvo que hacer, sobre las cosas que le obligaron a hacer, las personas que fué obligado a matar, las personas que él decidió matar.
Después de volver del servicio, vivir todo lo que tuvo que vivir con su familia, el asesinato de todos ellos, las mentiras, los enredos, la vida que de la noche a la mañana empezó a vivir... Un hombre no sale sin factura de eso. Es difícil sobrevivir a algo así, y a pesar de eso, aquí estaba Frank.
Un poco más roto, un pocos más viejo, un poco más triste y molesto, pero se las había arreglado para estar aquí.
La terapia había ayudado, por supuesto que sí. David y su familia, Curtis, Dinah, Karen, todos y cada uno de ellos se habían convertido en un pilar importante en la nueva vida que Frank estaba tratando de llevar, de arreglar, y todo parecía de maravilla.
Pero entonces, el "nos vemos, rojo" se había cumplido y se había tropezado con el diablo de Hell's Kitchen una vez más. Y él está peor que la última vez que Frank lo vió aquella noche en la azotea. Él también está más triste, más roto, y Frank puede verlo en su mirada.
Frank vuelve a tenerlo en frente demasiados meses después de la última vez que se vieron y es en una cafetería, como alguna historia cliché de un libro que María probablemente hubiese leído.
«El pelirrojo entra en la cafetería» narraría el endemoniado narrador, «y sin saberlo, un viejo amigo (¿amigo? ¿enemigo? ¿conocido?) aguarda en la mesa del fondo; una taza blanca con café negro y una barba demasiado espesa y negra que antes no estaba adornando su rostro. El pelirrojo aguarda, y después frunce el ceño, extrañado. Tal vez irritado.»
Y Frank está seguro de que está irritado, se le ve en la cara. ¿Cómo Rojo lo reconoce? No tiene ni idea, pero lo hace y hay una mueca completamente irritada en su rostro cuando se acerca a la mesa donde Frank está sentado tomando café, tratando de mantenerse calmado, pero visiblemente alerta de lo que pueda llegar a hacer él.
— ¿Qué haces aquí? —Es lo primero que Rojo dice, y sí, obviamente está irritado, pero también confundido— Pensé que te habías ido.
Frank casi se ríe, porque él también pensó que estaría muy lejos cuando este momento llegara. Era lo que pensaba hacer después de acabar con Russo, moverse, andar, no detenerse por nadie; Llegar a algún pueblo pequeño y caluroso donde acomodarse. Pero se había quedado en Hell's Kitchen como alguna especie de idiota después de que Karen insistiera en que se quedara. Tenía un pequeño departamento y todo, lleno de polvo y de armas, y después de que su cara hubiese estado en todas las portadas por semanas, la barba parecía disipar la atención y ya la gente no parecía tan interesada en el paradero de The Punisher.
—Te dije que nos veríamos por ahí. —Es lo único que Frank dice y mira divertido como Rojo deja escapar lo que parece un quejido y sin pedir ningún tipo de permiso, se sienta en frente de él.
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It's dark inside.
Fiksi PenggemarFrank tiene una crisis. [ Frank Castle x Matt Murdock ] One-shot.