Italia

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Si tuviera que definir mi vida en pocas palabras diría que es alocada, llena de aventuras y diversión... Y muchísima perversión.
La vida me llevó de nuevo al aeropuerto, ahora con destino a Italia. No puedo pensar en quedarme con uno solo, habiendo tantos hombres disponibles en el mundo, por suerte, gracias a las ocurrencias de mis padres, sé hablar varios idiomas. Siempre trataron de prepararme para estar en la empresa familiar algún día. Sólo que ese algún día no es de mi agrado.
Aquí estoy, esperando el vuelo que me lleve a mi destino, de ahí a buscar un ardiente italiano que me haga pasar una estancia perfecta en su país.
Escuché a lo lejos el primer llamado a abordar, caminé hasta el lugar, ya había pasado mis valijas y estaba todo en orden. Así que le di mi boleto a la azafata, lo agarró y me sonrió.
- Que disfrute de su vuelo con nosotros.- dijo sonriendo.
- Claro que lo voy a disfrutar.- Le contesté pensando en poder disfrutar de una noche de pasión con alguien de allá. Claro que disfrutaría, lo haría al máximo.
Abordé y fui a buscar mi asiento. Me tocó uno que daba a la ventanilla. Me acomodé mientras los demás abordaban. Una joven se sentó a mi lado, abrí mi bolso de mano y me tomé un par de pastillas para poder dormir todo el viaje, no quería charlas femeninas.
Me dormí todo el viaje, desperté cuando la azafata me avisó que estábamos por aterrizar. El avión bajó sin problemas, tomé mis pertenencias del control del aeropuerto y salí a buscar dónde dormir.
Encontré un hermoso hotel, me alejé y saqué mis cosas. Cuando estaba por tomar una ducha llamó mi fastidioso hermano avisando que en el mail tenía trabajo de la empresa para hacer... Pensé por un segundo en mandarlo a descansar como yo estaba tratando hasta que llegó con lo del trabajo, pero deseché la idea al momento, trabajar en línea pagaba mi diversión, así que saqué mi laptop y me puse a trabajar hasta que me dio hambre. Bajé al comedor del hotel y después de una maravillosa cena de pastas con champagne subí a seguir trabajando hasta que me agarró sueño. Tomé una ducha y me metí en la cama.
Al otro día seguí trabajando hasta terminar y mandé el trabajo por correo electrónico. Recibí como contestación más trabajo... Definitivamente Italia iba a ser mi lugar de trabajo sin diversión.
Pasé toda la semana entre trabajo y mails. Cuando llegó el viernes me tomé la tarde libre para conocer el lugar... Muy bello, gente muy amable, pero con lo agotada que me sentía no tenía ganas de diversión. Fui a un pub y tomé unos tragos, cuando estuve lo suficientemente cansada y tomada me fui a descansar al hotel. Mañana mi cuerpo me pasaría factura, por suerte tenía hasta el lunes para relajarme.
El sábado fui a un bailable donde conocí varios chicos sexys... Extremadamente gays, pero con una charla genial. Me hice amiga de uno de ellos y me contó sus experiencias sexuales con algunas de sus parejas... Vaya, quedé alucinada.
"Un día fui a un bar gay y conocí a un mulato de fuego que no paraba de mirarme desde que entré, bailamos, tomamos unos tragos y charlamos toda la noche... En un momento se fue a bailar con otro y sentí que no iba a tener suerte con él. Una hora antes de cerrar el local me estaba yendo a casa cuando el moreno iba detrás mío, pero yo no me había dado cuenta hasta que me tomó de la mano y me giró, cuando quedamos frente a frente me dijo que quería irse conmigo así que no lo pensé mucho y salimos del local.
Fuimos a un motel precioso, en el baño había máquinas de condones y lubricantes así que sacamos varios de los dos y pasamos una noche memorable. Tuvimos sexo en varias posiciones, me llevó a la locura...
Empezamos a besarnos con mucha pasión mientras nos sacábamos la ropa, cuando estuvimos desnudos comenzamos a besarnos con desesperación hasta que no aguanté más y comencé a bajar con besos húmedos hasta su miembro y, amiga, era enorme, casi no entraba en mi boca" de sólo imaginarlo me mojé completa, necesitaba algo así entre mis piernas porque el relato de este chico me estaba poniendo a mil. "Lo chupé con ganas como si fuera una paleta, tenía sabor a gloria... Después me tomó de los hombros y él hizo lo mismo, empezó a chuparme que, uffffff, tuve que contenerme para no acabar en su boca a los dos minutos que había empezado. Después me acostó en la cama, se subió encima mío en hicimos un 69 fascinante, se puso lubricante en los dedos y empezó a dilatarme mientras me masturbaba, me estaba llevando a la locura...  Después me dio lo que quedaba en el pequeño envase de lubricante e hice lo mismo, lo dilaté mientras él me los hacía a mí y gemíamos de placer los dos.
Me besó, me tumbó en la cama y me penetró con mucha maestría, sabía lo que hacía evidentemente. Luego me hizo levantar para que yo lo penetrara, terminé a los pocos minutos, me estaba sacando el preservativo cuando me dijo que lo dejara puesto... Me penetró durante un rato, me hizo poner a mil de nuevo y cuando menos lo pensé estaba por eyacular otra vez. Sentí que él también estaba igual, acercó su boca a mi oído y con una voz ronca y sensual me dijo termina conmigo, ahí no aguanté más y terminamos juntos".
Vaaaaaaaya... Con ese relato estaba más que caliente. Salimos de ahí y me llevó a un antro de citas casuales. Él consiguió a un rubio espectacular y yo seguía sin encontrar nada. Creo que esta noche no podía ser peor!
Malhumorada me fui al hotel, me di una ducha fría y me metí en la cama a tratar de dormir.
El domingo salí a correr para tratar de apagar mi mal humor. Corrí durante varios minutos y cuando estaba agotada me fui al hotel, me duché y revisé las hojas sobre las que estaba trabajando.
El lunes a la tarde envié el mail y mi hermano en respuesta me dijo que mañana tendría el depósito del pago por mi trabajo. Así que, más relajada por haber terminado con lo que me requería, me duché y bajé a cenar.
Media pizza y un par de cervezas después, subí a mi habitación a dormir. Mañana iría de shopping con lo que iba a tener ingresado en mi cuenta. Me dormí muy relajada.
A la mañana siguiente salí a recorrer las tiendas y obviamente compré mucha lencería explosiva y algunos zapatos y conjuntos a la moda para salir a la calle.
El miércoles reservé mi boleto de avión. Mi siguiente parada, Chile otra vez, mi madre estaba enferma y debía visitarla.
Tenía un poco de miedo de volver allí... Que los recuerdos me golpearan duro, no sabía lo que me esperaba allá con el panorama que iba a encontrarme. La enfermedad de mi madre era algo que me preocupaba y a la vez me asustaba.
Sería que el destino me iba a castigar separándome de ella por la vida que yo llevaba, por no haber elegido la vida aburrida de oficina de mi padre y mi hermano dentro de la dichosa empresa familiar? Esperaba que no fuera así. No imaginaba una vida con los ridículos trajes de oficina... Falda tubo a la rodilla, camisa, chaqueta y los estúpidos zapatos de taco bajo y ancho que habían elegido hace tanto tiempo como uniforme femenino...
No, lo mío era otra cosa... Faldas cortas, atrevidas, explosivas, tops, escotes, corsets, pantalones ajustados, tacones de aguja de vértigo. Eso iba conmigo y mi estilo.
Tendría que lidiar a la llegada con mi madre, mi hermano y mi cuñada, su absurda idea de que dejara mi vida de viajes y me quedara allá

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2020 ⏰

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Una ninfómana recorriendo el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora