Capitulo. 14

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Boda... La sola palabra me causaba escalofríos. Turbada por la noticia me paralicé tan solo observando el desastre a mi alrededor como si se tratase de algo totalmente ajeno.

— ¡¿De qué está hablando?! Nadie nos dijo nada antes. No puede simplemente salir con algo así ahora. — Chilló Eleonor, totalmente indignada.

— Les dije que estas personas no eran de fiar. — Gruñó Harry.

Pero la indignación de mis hermanos no era nada en comparación con la de los Stephen, quienes no tardaron en quejarse cada uno desde su propia perspectiva.

Los gritos y reclamaciones pillaron desprevenido al señor McClelland quien nos observó confundido. Aquello debía ser un error, mis manos comenzaron a temblar en un instante ¿En qué momento se planificó una boda? ¿Qué tantas cosas había hecho nuestra madre sin decirnos? No podía siquiera pensar en alguna de nosotras casada con alguno de esos energúmenos. Horrorizada, Eleonor no tardó en levantarse dispuesta a huir corriendo si era necesario. Harry por su parte, cruzó su brazo frente a mí, intentando crear una barrera entre esos hombres y yo.

— ¿Qué clase de locura es esta? ¿Un matrimonio arreglado con personas de su clase? — Gritó enardecido el mayor de los Stephen. — ¿Acaso es una broma? ¡Oportunistas! Tan solo quieren arrebatarnos la herencia que por legado nos corresponde.

Las acusaciones de ese lunático ambicioso terminaron por sacarme de mi letargo y sin dudarlo me levanté junto a mi hermana, no pensaba quedarme allí ni un minuto más, no aceptaría ninguna boda y mucho menos unir nuestra familia con esos energúmenos.

— Ninguna de mis hermanas va a casarse. — Bramó Harry enfurecido ante los gritos de indignación de Abraham.

— El abuelo nunca obligaría a alguien a casarse... — Susurró Aiden aturdido por los gritos.

Yo tampoco podía imaginar a nuestra madre arreglando un matrimonio con esa familia solo por dinero... Pero tampoco podía olvidar la enorme cantidad de secretos que rodeaban nuestra familia sin que nosotros supiéramos. Tan solo quería regresar a nuestro hogar y que todos olvidáramos tan amargo trago.

— Tranquilos... Tranquilos. — Intento apaciguar los ánimos el señor McClelland, la situación era absurda, el mayor reclamaba un dinero que ni siquiera teníamos en las manos, el otro se resistía a creer que su abuelo pudiese hacer algo así y mi familia se había rezagado hacia la puerta con claras intenciones de huir. — Lamento haberles dado la noticia de ese modo, pensé que ya lo sabían. Lord Stephen y la señora Lane me presentaron a la futura novia durante aquella fatídica fiesta...

Sus revelaciones terminaron por destruir toda cordura que quedase en nosotros. Las piezas encajaban... Y resultaba terrorífico, dolía el darse cuenta de lo que planeaba hacer nuestra madre aquella noche. Confundida observé a mis hermanos, pues realmente yo no conocía casi nada sobre lo sucedido aquella noche... Ni siquiera sabía cómo había muerto Mamá. Pero Eleonor y Harry parecían tan confusos como yo. Recordé entonces que Mi hermana no había participado del baile en la mansión... Las únicas invitadas eran Jane y Elizabeth.

— ¿Anunciarían el compromiso en la fiesta? — Dudó Andrew, quien extrañamente no había dicho una palabra sobre la noticia. Su rostro estaba tan pálido como el de un espíritu.

— No puedo estar seguro de ello. Lord Stephen no tuvo tiempo de contarme los detalles, tan solo sé qué pensaban presentar a los novios durante la fiesta. — La sinceridad del anciano era aplastante, no estaba mintiendo, no tenía razón para hacerlo. — Pero si existe un fondo resguardado con la orden de ser entregado únicamente a la pareja Stephen-Lane.

— No habrá boda. — Zanjé atrayendo la atención de los demás. — Ninguna de mis hermanas tiene mi permiso de casarse.

Mis palabras eran una enorme mentira, jamás podría imponer mi voluntad ante las mayores. Tan solo podía resguardar a Jane, pero si el señor McClelland estaba en lo correcto, eso significaba que Elizabeth y Jane corrían el mayor peligro... Mis hermanas, las pequeñas que vi crecer, casadas con esos hombres... No, jamás lo permitiría.

Jeune fille indomptableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora