CAPÍTULO 1

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Tres años atrás

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Tres años atrás

Me encontraba en medio de la que había sido mi habitación los últimos cinco años de mi vida y la que había sido testigo de mis múltiples aventuras con mis desenfrenadas compañeras universitarias, quizá eso era lo que más iba a extrañar de haber terminado mis estudios, las noches de fiesta con mi inseparable amigo Sasori, la compañía de una linda chica que calentara mi cama sin buscar un compromiso más allá, tan sólo apagar el fuego de la pasión sin entregar el corazón, muy conveniente, ya lo había entregado yo una vez y la vida me la arrancó cruelmente, no iba a dejar que volviera a suceder.

Tomé el último libro para meterlo a la caja y una fotografía resbaló, éramos Tanya y yo, abrazados en el portal de mi casa el día que le dije por primera vez que la amaba, y que jamás me imaginé que también sería la última.

Todo por un conductor borracho que se quedó dormido al volante y no pudo controlar el vehículo que se subió a la banqueta, mientras ella esperaba el bus escolar y que terminó con su vida y con mis sueños, ha sido el peor momento de toda mi vida y deseé morir. No quería vivir separado de ella, había sido mi primera novia y la única, con ella descubrí lo que era un beso de verdad, de amor, una caricia furtiva, el despertar de la pasión, aunque nunca logramos consumarla, el tiempo ya no lo permitió.

Me olvidé de todo, incluso de mí mismo, no quería hacer nada, ni comer, ni dormir, mucho menos soñar, lo único que quería era estar a su lado por siempre, como lo habíamos dicho esa vez que me animé a decirle "te amo".

Los primeros días asistía a diario al cementerio, a platicar con ella, a repetirte hasta el cansancio que la amaba, quería que estuviera segura donde quiera que se encontrara, hasta que un día me agarró una tormenta ahí y no supe ni cómo llegué a mi casa. Casi me da pulmonía, quizá si no hubiera sido por la intervención de mi padre hubiera muerto

Y lo habría hecho feliz porque eso me llevaría con ella.

Cuando estuve consciente de nuevo, después de que la temperatura había disminuido, me solté a llorar al darme cuenta que seguía en este injusto mundo. Sentí que me abrazaban y me consolaban, ese aroma era inconfundible, a lavanda, entonces supe que se trataba de mi mejor amiga: Hinata, ni siquiera me enteré cuando regresó de Canadá.

Ella y yo habíamos sido muy unidos desde que tengo uso de razón, hicimos miles de travesuras juntos, nos castigaron y nos premiaron tanto sus padres como los míos, éramos inseparables, solo la dejaba cuando Tanya iba de visita y en ocasiones jugábamos los tres. Recuerdo que alguna vez se pelearon por mi compañía y yo terminé yéndome a jugar con Itachi para evitar que el conflicto entre ellas aumentara, me miraron extrañadas y entonces hicieron equipo y decidieron ignorarme, así que había logrado mi propósito y sonreí, no me gustaba que discutieran entre ellas y mucho menos por mí.

Sentí la humedad de sus lágrimas en mi cabello, Hinata lloraba junto conmigo sin decirme nada con palabras porque su abrazo lo decía todo, estaba ahí apoyándome y consolándome, dispuesta a hacerlo cuantas veces fuera necesario, así era ella, siempre entusiasta y con una sonrisa en los labios, siempre buscando el lado positivo de la situación, pero en este caso no lo había.

Libre hasta que tú apareciste en mi vida (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora