Capitulo 26

94 14 0
                                    

Me quedé congelada en mi sitio. No sentía nada. Nada bueno. Verle sólo me causaba un dolor interno que no creía que llegaría a sentir nunca con solo mirar a alguien a la cara.

Me equivocaba. Ahora lo estoy sintiendo, y es horroroso.

Quien finjió ser mi amigo, o incluso algo más, ahora estaba plantado frente a mí, mirando lo que parecía ser un móvil, que nunca le había visto usar.

Esto me hizo plantearme si también había mentido cuando me había puesto a salvo. ¿Y si ha venido para divertirse un poco más, y luego me lleva delante de su tío? ¿Y si ese era su verdadero propósito desde el principio?

No era por el rudio que yo había hecho, porque no había abierto la boca desde que le había visto, pero al parecer la puerta fue lo que le hizo subir la mirada en mi dirección.

Cuando sus ojos me miraron directamente, me sentí como una gacela cuando mira a los ojos de un león.

No tenía escapatoria. Si tenía intención de llevarme a algún sitio, acabaría forzándome a hacerlo.

-- Kat, hey. -- saludó obligándose a si mismo a sonreir, aunque no entendía porqué.

No respondí. ¿Por qué iba a hacerlo? No merecía nada de mí.

-- He pensado que podríamos ir a la piscina que hay por aquí cerca. He investigado sobre ello, y es bastante divertido por lo que dicen, ¿qué te pare...

-- ¿Que qué me parece? -- pregunté retóricamente con un tono elevado, por si aún creía que con esa excusa yo iba a olvidar lo que hizo, o lo que estuvo a punto de hacer.

-- Bueno, em, no... no sabía que te molestara tanto el agua. -- desvió la mirada, y mi ceño estaba tan fruncido que casi me dolía. ¿A qué estaba jugando? -- Tal vez podamos  quedarnos en tu casa si quieres...

-- ¿¡Cómo!? -- grité. Era extraño que le estuviera hablando así, pero me sentí orgullosa de ya no sentir solo miedo, ahora también estaba enfadada. -- ¡Ni se te ocurra volver a poner un pie en mi casa nunca más!

Sollocé, e intenté apartar las lágrimas con mis manos antes de que él pudiera verlas.

-- Kat. -- pronunció mi nombre alzando las manos, tratando de tranquilizarme, como si fuera yo quien lo necesitaba. -- ¿Qué te pasa?

-- Tú. -- dije en un murmullo porque mi cuerpo era tan débil que no daba para más. -- Tú eres lo que me pasa.

Cerré los ojos, sin querer ver su reacción. Que estuviera haciendo como si nada hubiera pasado lo hacía todo peor. Me sentía aún más traicionada. No podía creer ya nada de lo que me decía, ni de lo que me dijo.

-- ¿Qué? Kat, no... de verdad que no te entiendo, pero tranquilizate ¿vale? -- dio un paso más hacia mí, creyendo que así tendría alguna oportunidad más, por alguna razón que no lograba entender. Debería saber como iba a reaccionar yo cuando lo hizo, y aun así le dio igual.

-- No actues como si no supieras de que te estoy hablando. -- dije lo más calmada que podía. No quería un nuevo ataque de nervios por él, y menos cuando está delante.

-- Kat...

-- Eh capullo, ¿ya tienes las en..., ¿pero que coño haces tú aquí? -- dijo Ashton colocándose a mi lado.

Le miré, ahora con una nueva emoción dentro de mí. Temía que Ashton llegara a hacerle algo. Sé que no debería sentirme de este modo, pero no lo puedo evitar. Veo a Luke ahí... fingiendo estar tan desconcertado que incluso me lo estaba creyendo yo.

-- En un principio era para llevarla a la piscina... pero...

-- ¿De qué vas? No tengas la vergüenza de presentarte aquí después de como la dejaste el otro día. -- rugió mi hermano poniendo su mano protectivamente de forma que rodeaba mi cintura, pero dejándome un poco atrás. -- ¿¡No me has oido!? ¡Ella no te quiere cerca, fuera de aquí!

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora