Areum
Señor Kim
Honoríficos
Uniforme
Sumisión
-Ya está, ya has firmado -levantó mi barbilla y miré sus ojos satisfechos, no lucían amables ni piadosos, pero sí menos enfadados-. Ven aquí.
Tiró de sus dedos e hizo un amago de besarme otra vez, pero giré la cara evitándolo.
-Necesito algo de tiempo, todo esto es muy abrumador -notaba cómo mis piernas temblaban contra las suyas, y él pareció notarlo también porque sus manos bajaron a mis muslos vestidos para acariciarlos.
-Pero si todavía no he hecho nada -sus dedos tamborileaban contra mi pantalón de traje, y su varonil nariz se hundía en mi cuello. No quería llorar más porque me sentía emocionalmente exhausta, y ya le había mostrado suficiente debilidad por hoy.
Bajé del escritorio y se hizo atrás para dejarme espacio, pero eso no le impidió cogerme la muñeca con más delicadeza de la normal.
Suponía que se estaba portando bien conmigo porque había firmado, le había dado lo que quería en bandeja de plata.
-Ven aquí -repitió y tiró de mi brazo con sutileza, y cuando me giré mi nariz casi rozaba la piel expuesta de su pecho. Creía que me iba a coger la barbilla como se le estaba haciendo costumbre, pero comenzó a caminar conmigo de espaldas, y noté la ansiedad florecer en mi estómago cuando di con la pared.
Esta vez sí cogió mi mentón para que le mirase, y miró mis labios hinchados de llorar con deseo.
-¿Qué pasa si rompo el contrato? -interrumpí el beso ante de que lo empezase, y vi cómo intentó cambiar la molestia por curiosidad.
-Me enfadaré, y acabarás llorando veinte veces más de lo que has llorado estos días -cogió mis mejillas con autoridad, acariciándolas con falsa dulzura-. Pero no tiene que pasar nada malo tiene si me obedeces, porque es lo que vas a hacer...¿a qué sí, Areum?
Sus ojos oscuros estaban puestos en mi reacción, disfrutando de los temblores de mi cuerpo mientras esperaba una respuesta.
Apretó mi cara cuando me distraje demasiado y no respondí, su paciencia acabándose.
-Solo un masoquista querría averiguar cómo le haría llorar, aunque si lo eres estaré encantado de complacerte -su sonrisa fue tan siniestra que tuve que intervenir, porque me daba la sensación de que era un experto en el campo del sufrimiento.
-Le obedeceré, Señor Kim -asentí para que me creyese, y cogí sus manos para que no me rompiese la mandíbula. No retiró las manos, pero sus dedos sí que dejaron de ejercer fuerza. Se relamió los labios ligeramente antes de besarme, y no supe cómo reaccionar, por lo que le devolví las caricias con timidez y lentitud.
Manoseó mi pecho por encima de la blusa, y me quejé cuando apretó más allá de lo placentero. Me dejó claro que lo había hecho a propósito cuando noté algo húmedo en mi boca, y me quedé petrificada conforme su lengua saboteaba la mía.
Me aparté y pegué la mejilla a la pared, evitando sus ojos y labios.
-Es la segunda vez que te apartas -gruñó, su mano anillada estampándose a centímetros de mi cara-. Me vas a dar a entender que quieres problemas... Creo recordar que te dejé el cuello a medio acabar -sus dedos caminaron por mi cuello como si fuese una serie de dibujos animados, y pellizcó la piel dañada.
-No, no me castigue -le miré una vez me aseguré de que no me iba a volver a besar, y sus ojos crueles lucían entretenidos-, por favor.
Enrolló sus dedos en la base de mi cuello, y me temí lo peor cuando apretó ligeramente. Esto para él era un juego, uno en el que yo tenía desventaja.

ESTÁS LEYENDO
Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] Ya En Físico
FanfictionUna colaboración hará que Areum caiga en manos del Señor Kim, un narcisista que disfruta corrompiendo personalidades débiles y llevándolas a su mundo sádico. Areum aprenderá que las rosas más bellas también poseen las espinas más dañinas y difícil d...