El Bosque

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Un bosque, un gran y espeso bosque era el que había a su alrededor, la noche ya había caído y los árboles que en el día eran verdes y esplendidos, ahora daban una sensación siniestra y sombría, parecía que ellos junto con la oscuridad engullirían todo lo demás, los ruidos típicos del bosque habían cesado ya que los animales e incluso los insectos, sabían que algo acechaba en las sombras y se movía entre los árboles. La mujer quien era consciente de esto parecía no importarle, ella ya había oído historias y pensó que solo eran eso. En los últimos días había llovido, y aunque en los alrededores el agua y el barro se habían ido en su mayoría, en el bosque aún se podían distinguir charcos de estos, tanto el vestido como los zapatos de la mujer ya se habían manchado y perdido parte de su color original, su cabello castaño estaba recogido con una cinta blanca, y podía ver unas pocas líneas blancas, lo cual demostraba la edad de la mujer.

Ella se había aventurado en el bosque en busca de su marido, él no había regresado, la gente del pueblo le habían comentado que se había dirigido al bosque en busca de leña, pero cuando les dijo que ella iría buscarlo, estos le habían advertido que no lo hiciese y que volviera a casa a esperar. Mientras ella seguía adentrándose en el oscuro bosque y pensando en las diversas historias que circulaban sobre él, puedo escuchar un ruido, era el primer ruido proveniente del bosque que había oído desde el anochecer, el ruido que parecía ser el de unas pisadas parecía ser distante, pero se podía distinguir leve mente que se iban acercando, temerosa comienza a observar sus alrededores, no sabe si es eso o su marido.

Mirando a su alrededor, lo único que vio fue los árboles y la oscuridad que los cubría, no había nada mas o al menos eso era lo que ella podía ver, pero sentía que algo se encontraba en las sombras, algo que no podía entender y quizás tampoco querría entender. Sobresaltada dio unos pasos atrás, en eso escucha el ruido de una rama romperse bajo sus pies, luego escucha que los pasos una vez lejanos y débiles, comienzan a acelerar y aproximarse. Ella, con sus piernas incapaces de correr se sostiene contra un árbol cercano, los pasos se acercan, son cada vez más fuertes y nítidos, parecen provenir de todas direcciones pero aun sigue sin poder distinguir nada más allá de unos pocos pasos más allá, pero repentinamente... silencio total, el bosque volvió a estar en un inquietante silencio.

Las nubes que hasta hace poco cubrían el cielo se abrieron dejando ver la luna, esta, iluminando con su brillo hizo retroceder a la oscuridad que hace un momento parecía abarcar todo a su a alrededor, la mujer se sintió un poco más aliviada ahora que podía ver mejor a su alrededor, pero de repente siente una pequeña y sutil respiración en su espalda, en ese momento su piel una vez más se volvió de gallina, sus músculos se volvieron a tensar y el escalofrió que tuvo desde el anochecer volvió a recorrer cada centímetro de su cuerpo. Juntando las escasas fuerzas que le quedaban a su aterrado cuerpo, hizo lo que pudo para voltearse...

Un grito, un grito pudo ser escuchado en las profundidades del bosque, ahogado rápidamente por el silencio del mismo. Al amanecer la vida volvió al bosque, puesto que la venida del sol, significaba la marcha de las sombras, y que tanto ellas como la muerte se habían marchado, esperando al siguiente anochecer. En el pueblo por los siguientes días circularon rumores y chismes, pero al final estos también se acallaron, ya que todos sabían que lo que habitaba en ese bosque no era algo que comentar.

El BosqueWhere stories live. Discover now