Vacaciones reales, para mi son los días en lo que no tengo absolutamente nada que hacer, que son pocos en mi año, pero gracias a Hina y Apolo tengo dos en este momento. Nos encontramos en un acogedor restaurante frente al centro de ski, nuestra mesa se encuentra frente a un gran ventanal, el cual nos muestra a la gente disfrutando de la nieve, y grandes montañas de fondo, inspiro lentamente y el olor a pino y a otras especies que no logro distinguir llenan mis pulmones.
Estamos en silencio ya que ninguno puede parar de comer, llegamos muertos de hambre luego de haber estado toda la mañana y parte del medio día tonteando afuera.
El primero en romper el silecio que abunda en nuestra mesa es Apolo.
Dioss, esta pasta está tan buena que me casaría con ella.
Tus bebés albondigas serían muy lindos – dice Hina con la boca llena.
-Gracias.
-No era un cumplido idiota, era sarcasmo.
-Por favor, todos sabemos que cualquier cosa que se fusione conmigo sera hermosa.
Pfff.... si, tu cara en una papa, hermoso – digo burlandome.
¡Oye no te pongas de parte de ella! – me reprende Apolo.
Una papa – dice Hina de forma muy seria.
Terminamos todos ríendo y Apolo se atora con su gaseosa lo que hace que esta salga por su nariz, nuestro ataque de risa colectivo aumenta aun más.
Miro por el ventanal para intentar calmarme ya que estamos llamando demasiado la atención del resto de los clientes.
Repentiamente un grupo de chicos parece en mi campo de visión, caminan de forma relajada mientras ríen y bromean entre ellos, pero lo que llama mi atencion es uno en particular, va entre dos chicos hablando animadamente, creo nunca haberlo visto tanto tiempo con la vista en alto y tan rejado, es Samuel.
Uno de los chicos de los que van junto a él se percata de mi atenta mirada y le golpea el brazo juguetonamente para luego mover su cabeza en mi dirección.Samuel dirige su vista hasta mi, parece sorprendido por un momento, baja su vista rapidamente, supongo que su timidez de siempre ha vueto, cuando estoy a punto de dejar de mirar el vuelve a levantar la vista a mi dirección y me regala una sonrisa de boca cerrada mientras mueve su mano para saludarme.
En este momento puedo decir que la sorprendida soy yo,pues nunca lo había visto mirarme directamente, rapidamente salgo de mi sorpresa y lo saludo con mi mano energícamente, siguen caminando y desaparecen de mi vista mientas sus amigos lo golpean jufuetonamente y lo pican.
Vuelvo la mirada a la mesa y tengo a Hina pegada a mi rostro, mirandome con una gran sonrisa y los ojos muy abiertos.
-Nos tenías bien oculto este bombon – dice mientras mueve sus cejas sujestivamente.
-Err.. que..
-Vamos no te hagas, ¿dónde se conocieron? , ¿Cómo se llama? , ¿Cúantos años tiene?, ¿te gusta para novio?, a mi me gusta para tu novio – comienza rapidamente sin detenerce.
-No, no, no es sólo un cliente del 24/7, es un habitual porque vive cerca, no se su edad y se llama Samuel.
-Pero... esta potable amiga, yo me lansaría y por su cara cuando te vio puedo decir que eres totalmente su tipo.