Capítulo 30

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Estoy nerviosa cuando no debería de estarlo, pero volver a tener una conversación con esa persona que te hacía feliz y de un día para otro cambia haciéndote daño con sus acciones. Aunque no quiera admitirlo todavía quiero volver hablar con él, saber todas las cosas que hizo todo este tiempo.

Entro a la cafetería y es ahí cuando lo veo, pasándose su mano por su cabello una y otra vez para después arreglar la mesa la cual está perfecta. Cuando me ve se pone de pies con una sonrisa y eso fue todo para sentirme menos nerviosa e ir hacia él.

Nos dimos un rápido beso en la mejilla y luego nos sentamos, la incomodidad se hizo presente.

— Perdóname —dice tomándome por sorpresa, el arrepentimiento que veo en sus ojos hace que sienta un nudo en la garganta—. Te alejé...

— Thierry, yo solo me fui cuando tú más necesitabas a alguien a tu lado. Perdóname tú a mi.

Nunca lo vi de esa forma, Thierry nunca tuvo la culpa de nada siempre fui yo. Fui la egoísta que no pensó en lo que realmente los demás necesitaban, la que siempre quiso que Thierry fuera solo para ella y cuando lo logró y las cosas se complicaron huyó.

— Te perdono, Cassie. Solo no te vayas de nuevo —al terminar de decir aquello solo cerré mis ojos y una lagrima baja por mi mejilla. Sentí su mano agarrar la mía y no me moleste en quitarla.

Sentí el peso de aquello y decidí acéptalo porque no me iría de nuevo, permaneceré a su lado por todo lo bueno que me dió y me hizo sentir. Lo haré por ese amor que llegamos a sentir.

— No me iré, Thierry.

— Bien —sonreímos y lo vi tomar de su taza y fue ahí cuando me di cuenta de que también hay un taza de café para mi—. ¿Quien es él? —pregunta mirando detrás de mi y cuando miro con mi ceño fruncido me doy cuenta de que se refiere a Alec quien está sentando a unas mesas lejos de nosotros y cuando se da cuenta de que lo estoy mirando solo hace un gesto con la cabeza diciéndome "¿qué pasa?" O "¿se te perdió algo?".

— Oh, es complicado porque ni siquiera se muy bien lo qué pasa...

— ¿Alguien te quiere lastimar, Cassie? —pregunta con precaución, haciéndome pensar y sentir miedo de lo que ha pasado.

— Desde que mataron a mi familia han pasado cosas...

— Espera —me interrumpe, su cara me hace saber que no entiende nada de lo que digo y que necesita ir parte por parte que es justamente lo que estoy haciendo—. ¿Porque dices que los mataron? Tengo entendido que fue un accidente.

— Digo que estoy segura de que los calcinaron y que ya no quiero hablar de esto, Thierry.

Mira para otro lado mientras niega, es lo que siempre hace cuando se frustra cuando no obtiene algo. Y lo entiendo, pero no quiero hablar de esto.

— Que yo sepa tus padres no tenían enemigos...

— Ya te dije que no quiero seguir hablando de esto.

— Escúchame, si quieres que te ayude a encontrar al culpable tienes que hablarme...

— Solo no quiero meterte en esto.

Una risa carente de humor sale de sus labios haciéndome rodar los ojos.

— Meterme en esto... —susurra para sí mismo y luego me mira mientras tiene sus codos sobre la mesa y mueve las manos mientras habla—. Te sorprendería todo lo que he hecho y en lo que estoy metido, así que no creo que pueda meterme en más mierda, Cassie.

Aquí vamos.

— Entonces no te metas en más mierda.

— Mi vida... ya es una mierda y deja de decirme que hacer.

— Ya deja de actuar como si pudieras arreglarlo todo, no puedes y no te permito que te metas con lo qué pasó. No me debes nada, Thierry.

— A ti y a ellos le debo más de lo que puedas imaginar. Y yo puedo hacer lo que quiera en el momento que quiera y no pienses por un momento que si me involucro en esto es solo por que tú crees que lo hago para que veas que lo puedo arreglar  —se pone de pies pero no lo miro, no puedo hacerlo—. Cuando conocí a tus padres y a tu hermanita, ellos me quisieron como uno más de su familia y siempre fui feliz allí. Y no trates de entenderlo porque no lo harías, Cassandra.

Antes de irse deja unos billetes sobre la mesa y solo escucho sus pisadas alejarse y siento que todo se queda en silencio. No sé para que vine, fue un error.

En El Olvido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora