Capítulo 31

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Cuando Alec y yo llegamos al departamento tuve la esperanza de encontrarme con Henry, los últimos días no hemos podido hablar como quisiera. Puede que suene tonto pero lo extraño y quisiera que lo qué pasó entre nosotros se volviera a repetir una y otra vez.

Veo mi celular cuando suena, es un mensaje del señor que cree que lo puede arreglar todo.

Thierry
"No pudimos conversar más, ¿puedo invitarte otro día? De verdad lo siento si fui grosero al irme de la forma en la que me fui. Lo siento Cassie"

Por supuesto que se siente culpable.

No me siento molesta con él, Thierry se llevaba de maravilla con mi familia y si él quiere hacer algo con lo qué pasó lo único que puedo hacer es ayudarlo.

"Te avisaré" fue lo único que pude contestar.

(...)

- Necesito hablarte de algo importante -dice Henry tan serio como nunca.

¿Que puedo esperar? Ya no habrá una mala noticia que pueda ser verdaderamente mala o algo que pueda ser arrebatado de mi. Aunque no puedo ser tan egoísta y decir que lo perdí todo porque tengo a mis amigos.

¿Pero que puede ser importante? Quizás es algo del asesinato de mi familia.

- ¿Es sobre el asesinato de mi familia? -pregunto con la esperanza de que me diga algo.

- Te llevaré a otro lugar, no estás segura aquí...

- No quiero... ir a ninguna parte, Henry.

- No estás entendiendo...

- Si lo estoy, pero eres tú el que no lo entiende. ¿Cuantos meses más tengo que esperar para saber algo de ese narco que mató a mi familia? Ya no se nada, pero si puedo hacer algo para saber algo lo haré y si yo me quedo...

- Te matarán como hicieron con tu familia -dice y siento como quiero llorar, pero simplemente no puedo hacerlo-. Y no permitiré que nada ni nadie te lastime, Cassie -sus manos ponen mi cabello detrás de mi oreja y después dejan un beso en mi frente.

(...)

¿Cuantas propiedades tiene Henry? El departamento, donde él vive realmente porque al principio me dijo que solo estaba ahí por si yo intentaba hacerme daño lo cual hice y él se quedó. ¿Tendrá otras aparte de esas dos? Ahora está esta... casa de campo y quizás aquí es donde vive.

- ¿Aquí vives? -pregunto, contemplando la hermosa casa que está delante de mi.

- Aveces -dice y sale del auto, yo lo sigo sin pensarlo.

¿Entonces vive aquí solo cuando quiere estar de vacaciones? Eso es fantástico.

- Te quedarás aquí... -lo interrumpió inmediatamente.

- ¿Donde vas? -agarro su brazo antes de que pueda tocar la puerta.

- Lo que le paso a tu familia no se va a quedar así, ahora solo quédate aquí. Vendré más tarde.

¿Que puede pasar? ¿De verdad se hará justicia? Es lo que quiero, pero no quiero que Henry ni nadie salga lastimado.

Henry me dejó con un hombre llamado Bianchi, un Francés ni tan mayor ni tan joven, dijo pocas cosas las cuales casi no entendí y luego desapareció.

No había pasado mucho desde que Henry se fue y ya me estaba sintiendo desesperada por no saber nada. No había nada que yo pudiera hacer para calmarme hasta que Bianchi me trajo una taza de té.

-Gracias Bianchi, no sabia cuanto lo necesitaba hasta ahora -le sonrío y me sonríe para atrás.

Desde el corto tiempo que estoy aquí, Bianchi se ha mostrado muy amable conmigo pero no me ha dirigido la palabra. Solo asiente y sonríe, ni más ni menos.

- Se siente muy cálido este lugar...

- Bianci, ¿quién es ella? -pregunta una mujer joven.

Miro a Bianchi y éste comienza a hablar en señas y es ahí que lo comprendo, por eso no me ha dirigido la palabra. ¿Porque Henry no me dijo

- Oh, lo entiendo -dice y luego me mira a mi- Soy Tess, esposa de Bianci.

- Es un gusto, yo soy Cassandra -digo con una sonrisa, estas personas se sienten agradables.

- Haré algo para comer -le dá un beso en la boca a Bianchi y luego se va, yo no digo nada pero si siento incomodidad.

Bianchi saca un cuaderno pequeño como la palma de mi mano y escribe algo.

"Discúlpala, ha tenido un mal día"

No sé cuánto tiempo más seguimos hablando pero me hizo reír un par de veces antes de personas con máscara aparecieran de la nada y cubrieran mi respiración con un químico que me haría dormir, pero antes de que pasara vi como golpeaban con una pistola a Bianchi.

Traté de luchar, pero me rendí antes de comenzar.

En El Olvido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora