Me despierto a las 8 de la mañana. Me duele un poquito la espalda debido a la mala posición de dormir.
Estoy medio dormida. Y cuándo por fin me vuelve la consciencia me doy cuenta de que me había dormido con la ropa puesta. Me pongo rápidamente el pijama para no hacer el ridículo delante de mis padres y de mi hermano. Esto ya me pasó anteriormente, y mi hermano estuvo todo el día riéndose de mí y hasta me hizo una foto en la que salía con una cara de muerta (literalmente), y menos mal que le quité el móvil a tiempo y le borré la foto, que capaz era de enviársela a mis amigas.
Cuando ya tengo puesto el cómodo pijama, me voy a el comedor para desayunar.
¡Y ahí estaba! Ese rico y delicioso desayuno que me hace mi madre en todos mis cumpleaños.
— ¡Muchas Felicidades hija mía! — Grita mi madre, pero con mucho cariño.
— ¡Ya tienes 16 años!, cómo pasa el tiempo... me acuerdo cuando todavía eras un bebé.— Dice mi padre recordando aquellos tiempos en los que yo era una bebé inocente.
— Pero ya no soy un bebé papá. No paro de recordártelo porque al parecer se te olvida.— Le digo entre risas.
*Ellos se ríen*.
— Cariño te he hecho tu desayuno especial, con mucho cariño: Tortitas y chocolate caliente, espero que te guste.
— Mmm, ¡que buena pinta! Gracias mamá.—Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla (poco habitual de mi, reconozco que no soy muy cariñosa con mis padres).
Seguidamente me voy a girar para comer ese dulce desayuno, pero mi padre me tiene que estropear el momento poniéndose delante mía haciendo a la vez de muro. Me señala su mejilla, y yo le doy el beso que me pide a gritos y por fin puedo comer ese tesoro en forma de comida.
Cuando termino de comer, como mi cuarto está en la segunda planta, subo los peldaños de las escaleras de mármol. Cuando llego a mi habitación, cojo el móvil para mirar los mensajes que me dejan mis amigas. Todos los que tengo son felicitaciones. Me tiro aproximadamente quince o veinte minutos en contestar aquellos mensajes.
Después me doy una ducha rápida, me hacía mucha falta, y el agua fría me da escalofríos pero me hace pensar mucho en las cosas que me ocurren y razonarlas.
Cuándo termino, me pongo una camiseta de manga corta de varios colores: morada, azul y blanca . en la que aparece un mostacho (tengo obsesión por los mostachos). Unos pantalones largos negros con detalles descosidos y unas vans negras (me gustan porque son muy bonitas y cómodas). De accesorios, como siempre me pongo mi collar de la amistad de Talía, y unas pulseras a juego con la camiseta.
Mientras me estoy peinando suena el móvil. Voy corriendo hacia él y lo cojo.
-¡Muchísimas felicidades, preciosa! Soy Sam.
-Hola Sam, muchas gracias guapa.
-Te quería preguntar, si podrías quedar hoy en mi casa, vendrán también Brenda y Yaiza.
-Vale, hoy es sábado, y no tengo nada más que hacer, me parece genial, como no celebro mi cumpleaños desde hace años, me vendrá bien quedar con vosotras chicas.
-Perfecto cielo, a las 6:00 en mi casa, ¿vale?
-Muy bien, allí estaré. Besos.
-Adiós Jess.
Son las 5:43,esta chica... llamarme a estas horas, sin antes planificarlo, menos mal que ya estoy preparada, bueno casi, solo me falta un poco para terminar de peinarme.
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La princesa de los sueños
Novela Juvenil"¿Alguna vez habías entrado en un mundo mágico?" Pero... ¿alguna vez te habías quedado atrapada en ellos? Cuando tus sueños se descontrolan, y quieres despertarte pero no puedes... Cuando se convierten en PESADILLAS .