Capítulo 4.

577 21 1
                                    

Narra Andrea:

Joder. Han decidido dejarme sola con Jesús. Algo que quería y a la vez no. Creo que tiene algo que decirme. Ya que lleva como cinco minutos con la mirada clavada en mí. Mientras yo miro el paisaje, incómoda.

-¿Qué? - pregunto ofendida, a la vez que me acomodo en la barca, y toco mi pelo echándolo para atrás, mientras no dejo de mirarle.

-Nada. - contesta mientras que una sonrisa se le suma al rostro. 

-¿Nada? ¿Cómo que nada? Llevas más de cinco minutos sin parar de mirarme, cualquiera diría que te gusto o algo, vaya. 

-Pues puede ser... por cierto, tengo algo que dec...

-Jesús... sé por dónde vas, y quiero avisarte de que no voy por el mismo camino... - le corto mientras le dedico una mirada triste.

-Entiendo. No pasa nada. Pensé que tal vez, bueno, eso. Nada más. - contesta cabizbajo, mientras se echa la mano al cuello.

-Eh eh, pero no te pongas así, ¿vale? Podemos ser amigos, ¿verdad? - Asiente, a lo que me dispongo a seguir hablando. - Pues ya está. 

-¿Mejores amigos? - dice mientras muestra su dedo meñique, en señal de promesa. 

-Mejores amigos. - contesto mientras sonrío y hago el mismo gesto. Enlazando así nuestros dedos y cogiéndolos con fuerza. 

Los soltamos y nos sonreímos. 

Empezamos a conversar de diferentes temas. Reíamos, seguíamos charlando, nos volvíamos a reír, y así durante casi toda una tarde. Me ha estado contando cosas de cuando Dani y él eran pequeños. Al igual que yo le contaba mis trastadas con Paula, y todo lo que liábamos. 

Es un buen amigo, sin duda. 

Jesús levanta el brazo mirando su muñeca y mira el reloj.

Las 19:27.

-Son casi las siete y media, qué rápido pasa el tiempo. 

-Vaya, se está haciendo tarde, creo que deberíamos volver - miro a mi alrededor, buscando a Paula, Dani, Calum y al resto. - ¿y los demás? - pregunto nerviosa, mirando hacia todos lados.

-Eh... pues ni idea. Seguramente se hayan ido, o hayan vuelto al parque. ¿Volvemos y los buscamos? 

-Sí, y voy a matar a Paula, por no haberme llamado, ni haberme dicho nada. De verdad que no sé para qué tiene teléfono, si pasa de él completamente. - contesto entre risas mientras ayudo a Jesús a volver a la orilla.

Llegamos, y dejamos la barca. Nos despedimos del señor que las alquilaba, y emprendimos la búsqueda de nuestros amigos.

A ver dónde narices se habían metido. 

Narra Dani:

Los demás se habían ido ya a casa, poniendo la excusa de que ya era tarde, y mañana había clase. 

Nos quedamos Paula y yo.

Los dos.

Solos.

Decidimos volver al parque. Nos sentamos debajo de uno de los cientos de árboles que había. 

Hacía una temperatura agradable para las alturas de año en las que estábamos. 

Había una especie de silencio que incomodaba y una tensión que se podía cortar con un cuchillo.

Pero entonces me digno a hablar, cortando así todo.

-¿Y estos dos? ¿Dónde narices se habrán metido? - comento en un tono desesperado. 

-Y yo que sé... a saber lo que están haciendo. - contesta mientras me sonríe.

Tiene una sonrisa preciosa. Ojalá pudiera besarla, es tan bonita.

Me quedo boquiabierto mirándola durante un buen rato, hasta que me quedo en modo ausente.

-¿Dani? ¿Dani, estás? -no me doy cuenta de que me está llamado.- Eo eo, planeta Paula llamando a planeta Dani, ¿me oyes? ¡Dani! - me grita mientras se empieza a reír sin parar. 

Que vergüenza, me había quedado pillando mirando, y seguro que estaba para hacerme una foto.

-Ay, sí, joe. Que estaba mirando, y me he quedado empanado. - contesto mientras me echo a reír. 

-No si ya, solo habría que verte la cara... 

-Pues anda que la tuya. La tuya sí que es un chiste... - le pico mientras saco una sonrisa pícara y agacho la cabeza.

-¿¡Perdona?! anda bueno, me parece que tú tampoco te has visto en el espejo eh... - me contesta molesta defendiendose. 

-Que es broma tonta, si eres preciosa. - me acerco un poco más a ella, mientras paso mi brazo por su espalda.

La cojo y empiezo a hacerle cosquillas, no paraba de reírse y decirme que parara. No voy a parar, obviamente. 

-Dani, n-no JAJAJAJAJAAJAJA por favor Da- JAJAJAJAJAJAAJA Dani para te lo suplico JAJAJAJAJAJ. - me gritaba mientras me contagiaba la risa. 

Es tan preciosa.

Narra Paula:

Hace unos segundos Dani me estaba haciendo cosquillas y no paraba. Creí que me moría. Ni podía respirar.

Ahora le tengo encima mía. Cara a cara. 

Puedo notar su respiración agitarse rápidamente, oía su corazón latir a mil.

Al igual que a mí, pensaba que se me iba a salir del pecho.

Nos miramos a los ojos. Bajé la vista hasta sus labios. 

Tan apetecibles. Tan... deseosos. 

Dios. Quiero besarlos. Menuda tentación.

Noté como se iba acercando poco a poco, sentía su respiración aún más cerca, y cerré los ojos.

Al segundo pode notar unos labios carnosos y húmedos posándose sobre los míos. 

Esto no puede estar pasando. Pensé.

En verdad lo estaba deseando. 

Le correspondí el beso, no me iba a negar a seguir besando semejantes labios. 

Nos separamos durante un segundo,  y nos miramos a los ojos. 

Dani se incorporó y se levantó del suelo con cara de asombro, y un poco asustado.

-Eh-eh, pe-perdona, yo eh, no no que-quería. De verdad, que lo-lo siento mucho... - se disculpó con la voz entrecortada.

Me levanté yo también y nos quedamos de pie, cuerpo a cuerpo. 

-No, no. Tranquilo, no pasa nada. Lo siento yo, no debería de... 

-De verdad que lo siento, la culpa la tengo yo, no debería de haberlo hecho. - me cortó y se siguió disculpando. 

Me mordí el labio inferior mientras le negaba con la cabeza que no pasaba nada.

No me pude contener. Y me dirigí a él. 

Rodeé su cuello con mis brazos, mientras él rodeaba mi cintura con los suyos, rocé su nariz, ladeé la cabeza y le volví a besar.

Joder.

¿Sabéis cuando tomáis, una bebida o algún alimento, o hacéis algo nuevo, cualquier cosa. De la que después no os podéis deshacer? Que es como una droga.

Pues esto era lo mismo. Era una droga nueva que había probado, y me había gustado demasiado.

Pasaron unos minutos cuando separamos nuestros cuerpos, y nos quedamos mirando a los ojos. 

Reaccioné y esta vez fui yo la que se disculpó.

Menuda idiota soy.

-Vaya, vaya. - rió Dani mientras metía sus manos en los pantalones que llevaba. 

-Calla... - contesté mirando al suelo mientras me llevaba las manos a las mejillas. Muerta de vergüenza.

Mi sur, mi norte y mi agonía. (Daniel y Jesús Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora