Único

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— Kim Namjoon ¿De verdad me trajiste a un Table Dance de mala muerte? — quiso saber Min Yoongi mientras entraba al edificio.

— De mala muerte, no. Te aseguro que este es un establecimiento con casi todos sus papeles en regla, — respondió el chico — además ya sabes que es el típico lugar para festejar una despedida de soltero.

— ¿Y que te hizo creer que quería ver mujeres semidesnudas montadas en un tubo?

— ¡Ay, no seas llorón! Preparé una sorpresa para ti en las habitaciones del fondo, en esas donde se hacen los privados.

Sin darle tiempo de responder o de huir, Namjoon guió a Yoongi a través del establecimiento. Era un lugar amplio y oscuro apenas iluminado por tenues luces rojas y ambientado con música sensual, hombres y mujeres en exuberantes prendas se deslizaban sobre un tubo y provocaban al público con movimientos atrevidos mientras estos colocaban billetes en sus ropas.

Cuando su mejor amigo le dijo le llevaría a un sitio especial jamás se imaginó que se trataría de algo como aquello.

Después de pasar a un costado del escenario principal y la barra de bebidas, ambos chicos se encontraron en un pasillo con diversas puertas.  Aparentemente no se escuchaba nada tras ellas a menos que se pusiera atención, entonces se lograba escuchar el leve sonido de la música y tal vez un par de gimoteos.  Finalmente, Namjoon se detuvo frente a una de las puertas.

— Bien, es aquí.

— Lo que sea que este ahí dentro, no lo quiero. Prefiero ir al bar de siempre, donde todos usan ropa común y corriente y no se tiene el riesgo de contraer una ETS.

Yoongi intentó huir una vez más pero Namjoon lo evitó.

— Te juro por tu hermano que no te vas a arrepentir.  Será la mejor despedida de soltero que puedas tener.

Dicho esto, Namjoon abrió la puerta de un tirón y empujó a Yoongi al interior. El chico pelinegro giró la perilla de la puerta varias veces pero su amigo le impidió abrirla.

— ¡Namjoon!

— Vaya, no creí que el siempre taciturno Min Yoongi fuera un llorón. — exclamó una cantarina voz, seguida de una melodiosa risa.

Yoongi se giró rápidamente y posó su mirada en el cuerpo que estaba recostado de forma tentadora sobre la cama.

— ¿Jimin? — dijo con evidente sorpresa — ¿Q-Qué estás haciendo aquí?

— Digamos que soy un regalito. El último hombre al que tomarás antes de casarte por la mañana.

Jimin se paró de la cama y Yoongi pudo observarlo mejor. El chico pelirrosa vestía un apretado pantalón de cuero que marcaba sus torneadas piernas y su abultado trasero, también usaba una holgada camisa blanca de manga larga y abotonada hasta la mitad, dejando ver gran parte de su pecho, sus oscuros pezones podían verse a través de la fina tela. Se acercó lentamente hasta Yoongi con sus pies descalzos.

— No sabes cuánto tuve que rogarle a Namjoon para que te trajera esta noche a mi.

— Jimin... yo... — Jimin lo hizo callar poniendo un dedo sobre sus labios

— No digas nada.  Disfrutemos como si este fuera el final ¿O es que no me deseas?

Yoongi tomó su mano y depositó un beso en la palma.

— Te deseo tanto o más que cuando te vi la primera vez.

El chico pelinegro estrechó a Jimin entre sus brazos y lo besó apasionadamente, pidiendo acceso al interior de la boca del pelirrosa con pequeñas mordidas en sus esponjosos labios. Aún fundidos en el abrazo, Yoongi los llevó lentamente hasta la cama, colocándose sobre el cuerpo del menor; Jimin acarició la dura entrepierna de su amante con la rodilla y aprovechó ese placentero momento de distracción para intercambiar posiciones y atar las manos de Yoongi con unas esposas a la cabecera de la cama.

Solo Tuyo ~Yoonmin ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora