cap 8

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- Bueno, Andrea puedes venir un momento. Dijo Isaza mientras terminaba de poner las salchichas en el agua para que se cocieran

- Voy. Digo dudando si ir

Cuando salgo me guía hasta el patio y allí comienza a hablar

- No puedo creer que los dejé solos tres minutos y ya se vayan a besar. Comentó intentando regañarme

- No... Nos íbamos a besar. Digo evitando ponerme roja al mencionar el momento

- Ay si, como no, los vi cuando entré. Dijo ya riendo. - Vas rápido mujer. Dijo gritando

- Cállate, te van a oír. Digo haciendo
que haga silencio

- Esa es la idea. Comenta riendo nuevamente

Sus ojos de desvían un momento a algo que hay a mi lado y yo me giro para ver qué era, el balde con el que intente mojarlo ayer se encontraba ahí vacío e inmediatamente supe que quería hacer

- Ni se te ocurra. Dije dándome la vuelta de nuevo para mirarlo pero ya era demasiado tarde Isaza no se encontraba ahí

Comienzo a buscarlo con la mirada y para cuándo doy con el estoy de nuevo empapada solo que estaba vez la camisa de llevaba transparentaba mi bra

- Isaza, jueputa, ya debe aprender a controlarse. Digo casi al tiempo en el que tomo la manguera para mojarlo también a el

- Lo siento no sabía que eso iba a pasar. Dice obviamente refiriéndose a mi bra al descubierto

Los chicos llegaron casi corriendo al escuchar mis gritos

- Chicos, maldición nos asustaron. Dijo Alejo sin siquiera poner la mirada en mi

- Aquí su amigo Juan Pablo que a veces es como es y me tiro agua encima. Digo y derrepente la mirada de todos está encima mío

Tardo un poco en reaccionar pero terminó poniendo mis manos sobre mi pecho en un intento de que no se viera nada, pero obviamente ya era demasiado tarde todos se habían dado cuenta de la situación.
Martín fue el primero en hablar

- Isaza, ¿que demonios?

- Yo no sabía que eso iba a pasar, lo juro. Dijo alzando sus manos

- Uy si, con todos los comentarios, usted le está tirando los perros a Andrea. Dijo Simón provocando sorpresa en todos

Yo ya empezaba a tiritar del frío, pero los chicos seguían en una discusión con Isaza que no se había dado cuenta

- Ten. Dijo derrepente Villa pasándome un saco, su saco, color azul tejido, hermoso y con su olor

- Gracias. Digo pensando cómo ponérmelo. - Voy a el cuarto tengo que quitarme esto, para no mojarlo.

- Claro. Dice sonriente

Camino hacia la puerta y me encuentro con la sorpresa de que no solo se encuentra cerrada, si no que no puedo abrirla, Villa lo nota y llega a ayudarme pero tiramos y tiramos y no logramos abrirla

- Chicos. Digo llamando la atención de todos

- La puerta no abre. Dice Villa terminado mi frase

- ¿Qué? Dice Simón evidentemente preocupado

Lo intenta y evidentemente tampoco abre

- Mierda. Dice Martín esta vez

Comenzamos a pensar como salir de ahí, pero después de varios intentos nos rendimos y nos sentamos para pensar ya con la cabeza fría

- Chicos no puedo, tengo frío. Digo parandome decedida a cambiarme delante de ellos

- ¿Quieres que nos demos la vuelta? Dice Alejo

- No hay nada que yo ya no viera. Dice Martín logrando que todos lo miren mal

- Me doy la vuelta yo pero no miren porfavor. Digo girandome

Comienzo a quitarme la camisa y seguido suelto el broche del bra, siento una mirada sobre mi pero no le doy importancia, pasó el saco de Villa por mis brazos y me lo pongo me giro y me encuentro con la mirada disimulada de Villa en mi, al percatarse de que lo miro aparta su mirada, sonrió tímidamente y me apuro a decir que ya estoy lista.

Todos voltean a verme y posan su mirada en el saco que llevo puesto, rápidamente se percatan de que es de Villa, Isaza me mira con ambas cejas levantadas y Martín tiene cara de picardía

- Villa que caballero eres. Dijo Isaza haciéndonos sonrojar

- Hay que pensar en cómo salir de aquí. Dijo Villa haciendo el momento menos vergonzoso

- Se me ocurrió una idea, pero no sé qué tan saludable sea.

- Cuéntanos, necesitamos ideas. Dijo Simón quién probablemente después no dejaría que la idea pasará

- Bueno, el muro no es tan alto y el jardín de los vecinos seguro está abierto puedo o alguno puede subir al muro, pasar y pedir que nos abran la puerta, por si quedan dudas, debajo de la alfombra de la entrada hay unas llaves así que las usaremos para poder entrar. Digo la idea y todos tienen una cara de es una locura pero puede funcionar

- Me parece peligroso. Dice Alejo

- Es mi idea, tomenla o dejenla. Digo alzando los hombros

- ¿Quién pasaría?. Dice Simón

- Puedo hacerlo yo. Digo rápidamente

- No, claro que no. Dicen todos casi al mismo tiempo

- Chicos, seamos sinceros, si alguno de ustedes lo hacen pensaran que son ladrones, además los vecinos me conocen, después de todo soy yo la que pide los balones. Digo con toda la razón

- Bien, hagámoslo. Dice Simón

- ¿Estás loco?. Dice Villa. - Es alto, Andrea se va a hacer daño, lo hago yo

- Querido Romeo, Andrea dio la razón por la que no podemos ir nosotros, además no le va a pasar nada yo puedo subir al muro y ayudarla a subir y bajar cómo siempre. Dice Martín, si Martín y yo hacemos eso varias veces

- ¿Cómo que como siempre?. Dice Simón. - Martín estás en serios problemas

Martín sube y seguido me ayuda a mi con la mala suerte de que como mis tenis están mojados me resbaló, todos rápidamente me ayudan a impulsarme para subir, Isaza me ayuda poniendo mi pie en su mano y los demás me suben por los muslos, ya sobre el muro cuelgo ambas piernas hacia el mismo lado y con cuidado apoyando mis brazos en el muro me dejó caer hacia el patio contrario

- Listo, toca la puerta, no sea que se asusten los vecinos si te ven entrar

Toco la puerta y Andrés el hijo mayor de los vecinos el cual me lleva 10 años aparece

- ¿Andrea?

- Hola, resulta que tuvimos un pequeño problema y nos quedamos encerrados en el patio, puedo salir por tu puerta. Le digo tan rápido que no sé si me ha entendido

- Si claro, pasa. Dice haciendo espacio para que yo pasé, no sin antes notar en saco gigante que llevo puesto. - ¿Por cierto de quien es el saco?

- De un amigo. Digo intentando dejar el tema ahí

- Te ves muy bonita con el, yo también te voy a prestar mis sacos. Dijo antes de comenzar a andar

Mil Tormentas// Juan Pablo Villamil// MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora