El Libro del Ermitaño

Cap. 1

"Me condicioné a ser indiferente a muchos estímulos de vida, a reír sin tanta fuerza, a no llorar demasiado, a creer poco y a olvidar mucho... y hoy recordé.... con esa memoria que no existe siempre, que no funciona con la razón ni con imágenes en la mente, memorias como del alma que no puedo explicar por más que escriba, borre y corrija... que me hacen querer llorar sin motivo... me hacen extrañar algo que se borró dejándome triste y vacío... escribo luchando para que esta sensación no desaparezca, porque de alguna manera la amargura me reconforta y me transporta.... a un tiempo en donde podía sentir..."

- ¿Qué escribes? - Nada importante - Mintió, cerró su libreta y miró a Abril directamente a los ojos. "¿Qué busca?" pensó ella, sintiendose de pronto insegura de su apariencia y de sí misma.- ¿Me veo mal? - Preguntó, esforzandose por no apartar la vista ni parpadear, evitando así que sus pensamientos fuesen leídos. - No te quiero hacer sentir incómoda - dijo él mientras bajaba la vista - es solo que hace poco me di cuenta que no miro a las personas a los ojos, no lo suficiente. - Lo había notado... - dijo ella, dandose cuenta de pronto de lo cierto que era aquello y de las pocas veces en que había podido ver fijamente sus ojos.- ¿Si?- Si.- Cuando miro a alguien a los ojos, siento de pronto que existo, y eso me hace sentir incómodo, lejos de mi zona segura... soy como una tortuga quizás...- Más bien como una cucaracha - dijo ella riendo.- Y tu una babosa...- ¿A sí...? pues tu una sandía - dijo ríendo aun más fuerte.- No tiene sentido... - dijo él sonríendo.- ¡CASI TE RÍES! - Exclamó ella victoriosa junto a su risa más estridente.- No - dijo él, conteniendose.- Cuando eres feliz, existes... - dijo ella, mientras Íhan confirmaba aquella verdad sin apartar sus ojos de los de ella y sin poder disimular que aquella frase le llegó muy profundo, "uno existe más cuando se es menos conciente de ello", pensó, mientras era también conciente de lo cerca que estaba de Abril, notando como una suerte de magnetismo les acercaba más y más hasta una distancia peligrosa.- Gracas, Abril - Dijo él, tomando su cuaderno y abandonando el lugar apresuradamente. "Casi..." pensó ella, triste.