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Su madre le suplicara que renunciara, cada vez que recibía una llamada tenía su corazón en la mano esperando lo peor. Que le informaran el fallecimiento de su adorado hijo.

¿Kalopsia?

El de cuencas no logra entender, no quiere entender.

Todo era tan peligroso ahí pero siguió trabajando junto a el.

Junto a sus amenazas.

Golpes.

Insultos.

Humillaciones.

Verlo la mayor parte del día exageradamente lindo.

Le encantaba que le tratara bien, también tenía que amr cuando lo tratara mal.

Inútilmente cayó en sus lindo encantos, nada podía hacerle ver la verdad. Ni siquiera el rostro tan azul de su madre.

Ni siquiera la agonía de los que sufrieron por culpa del noruego.

—Te amo– escuchó el susurro en su oído mientras lo tomaba por la cintura.

Continuó con el dulce y cálido abrazo que se le estaba dando, sumergiéndose en el pecho contrario.
Le apretaba demasiado fuerte.

En su pálida piel se marcaban todos rojizos y morados, a veces verdes y grises. Unos colores demasiado hermosos a los ojos de Tord.

Siempre lo decía, y por supuesto que Tom le creyó. Debía.

¿Kalopsia?

—Sigo sin entender que significa–

—No quieres ver que significa–

—...–

Kalopsia - TordTom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora