Juliett estaba asustada, no quería dejar a su marido, pero por otra parte no quería sufrir más.Al adentrarse en el auto las lágrimas recorrían toda su cara, la cual una vez más se encontraba envuelta en llanto. Que por si fuera poco había sido provocado por Elijah.
Elijah había salido de emergencia de una cirugía, estaba en su consultorio, no supo que hacer. Sus ideas estaban revueltas.
Así que sin decir adiós y sin dejar una explicación a su secretaria, salió disparado. Directo a su auto, él sabía que su esposa seguramente estaría decida a dejarlo de una vez por todas. Y él egositamente no podía aceptarlo.
Ambos morían por llegar a casa, mientras que una estaba lista para salir de aquel lugar, el otro estaba dispuesto a hacer lo que fuera para estar junto a su esposa.
Juliett fue quien llegó primero.
Sofía y los niños estaban jugando en la sala de estar.
Y fue hacia ellos rápidamente.
—Sofía, toma mi auto y ve a casa de mi padre, dile que yo te mande ahí. Llevate a los niños, por favor—le pidió y ella de inmediato asintió. Juliett dejó dos besos en la coronilla de ambos pequeños y espero a que se fueran.
Juliett estaba segura que su marido llegaría nuevamente a justificar sus errores y no quería que sus hijos escucharán o corrimpieran más su inocencia.
Tomó una botella de vino y una copa, se quito los tacos y subió a su habitación, se sentó un poco perturbada por todo lo que había tenido que pasar, desde aquello que rompió su matrimonio hasta las infidelidades de su marido.
Se sirvió una copa, se sentó en un rincón de la habitación.
Y dejó que el dulce y un poco ácido sabor se adentrara en su garganta.
Mientras que Elijah, luchaba por llegar de inmediato, pero el tráfico se lo hacia cada vez más y más imposible.
Estaba asustado.
Tomó su teléfono y tecleo rápidamente el número.
Quién le contestó con una voz demasiado melosa:—Esperaba tu llamada, mi amor —saludó Camila.
—¿Qué le dijiste a mi esposa? —preguntó con desesperación.
Y ella solo dejó salir una risita.
—La realidad, cariño —suspiro emocionada—, un hijo tuyo y mío. Es como un sueño hecho realidad... En fin, te veré mañana.
Y con esto último colgó.
Elijah gritó y se desahogo en su vehículo. Y sin imaginarlo llegó a la casa.
El auto de Juliett no estaba y eso le aterro.
Espero un breve momento, inhalo y exhalo varias veces. Antes de ingresar a la casa.
Finalmente, se armo de valor y entró.
El ambiente era demasiado incómodo, todo se veía tan normal y aburrido. No escuchó más risas de sus hijos que generalmente lo recibían, y tampoco escuchó los tacones de Juliett.
Subió cuidadosamente las escaleras que lo llevaban a la habitación de Juliett y él.
Y al abrir la puerta, una extraña escena se mostró ante él.
Juliett, en el piso, bebiendo vino y sin una sola expresión en el rostro. Camino hacia ella, despacio. Hasta que quedaron treinta centímetros de distancia entre ellos.
—Hola —la saludo sin ánimos y se sentó frente a ella. En el suelo.
Ella no respondió o más bien, ignoro su saludo: —Felicidades.
Elijah esta vez fue quien no habló, ¿felicidades? No había nada que felicitar, no era algo que el deseaba, o más bien, si lo deseaba, pero Camila no era la persona con la cuál Elijah lo imaginaba.
—No —dijo Elijah, simplemente.
Juliett alzó el rostro y al observar a su marido supo que él también estaba demasiado confundido.
—Nos iremos de la casa, este ambiente ya no es sano ni para los niños ni para mi —le aviso Juliett sin tartamidear.
Y las emociones de Elijah se encendieron como una enorme llamarada.
—No lo hagas, por favor —le rogó con un hilo de voz.
—El divorcio, va a continuar según lo planeado. Sigo sin comprender cómo pude confiar una vez más en ti —le confesó ella y los ojos de Elijah comenzaron a arder, poco a poco.
—Tienes que creerme, por favor. Yo no me metí esta vez con ella, te lo juro —la voz de Elijah sonaba cada vez más rota.
—No te creeré nada, no pienso ni quiero creerte nada, ¡no lo haré! —gritó esto último— ¿qué mierda he ganado al creerte? Solo he arruinado a mis hijos, me he arruinado a mi, he perdido a mis amigos. Todo lo he perdido por tu maldita culpa.
Ambos se levantaron de golpe, y ella de inmediato comenzó a golpear su pecho. Sin ganas, adolorida.
Elijah dejó salir las lágrimas que hacía tiempo llevaba guardando.
—Ya no sigas, por favor —le pidió él, ninguno estaba apto para comenzar una discusión o para terminar su relación.
—Quiero saber algo —le dijo Juliett alejándose de él, mientras se cruzaba de brazos y quitaba sus lágrimas con brusquedad— hoy, en la mañana. Dijiste algo sobre que yo te era infiel, ¿de dónde sacaste eso?
El corazón de Elijah comenzó a palpitar demasiado rápido.
—Yo... —no supo la manera adecuada de responder eso.
—Dímelo de una maldita vez, ¡Ya no espero nada de ti, dímelo! —le grito ella con desesperación y en un momento de poca calma, Elijah explotó.
—¡Te note rara! —grito entre llanto, Juliett se alejo con el ceño fruncido— hace dos años, te note extraña, no te sentía igual. Te alejabas de mi como si te diera asco y no hablo de sexo, no querías ni un solo abrazo mío. Luego recibiste un mensaje, decía Mío, decía que cómo estabas y que si ya me lo habías dicho, empecé a sacar muchas malditas conclusiones y una de ellas era ¡Qué tú me habías sido infiel! —gritó esto último y Juliett comenzó a caminar hacia atrás.
Sus respiraciones eran cada vez más pausadas y largas, estaba nerviosa.
Y Elijah se asustó: —Dilo de una vez y te juro que me alejare de ti —le pidió desesperado—, por favor, —se inco de rodillas— habla Juliett, el silencio... Tu silencio es un infierno.
Entre los nervios, Juliett comenzó a transpirar y recuerdo a recuerdo todo tomó sentido, cada cosa que sucedió aquella noche, cada instante. Todo lo recordó y al estar sometida por la presión, dejó salir aquel secreto.
Que por más de dos años estuvo guardando.
Que había sido el motivo de miles de desconfianzas.
Que Elijah no pudo tolerar y por ello busco la opción menos creíble.
—Maldita sea —dijo Juliett llorando más fuerte que antes— ¡Me violaron!
Se dejó caer al suelo y Elijah se quedó estático.
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Nota del autor: El tema de la violación es un tema muy delicado, por lo tanto pido respeto al tema. Dato curioso, lo de Mío sí sucedió con los protagonistas de la vida real, aunque fue un poco más extraño.Mis redes:
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Déjame Ir | Finalizado
RomanceElijah y Juliett lo tenían todo, una familia, trabajos bien remunerados, su amor. Hasta que Elijah decide engañarla. Juliett con el corazón herido no sabe qué hacer, perdonarlo o ser feliz. Cuando el matrimonio parece ir en declive, un montón de sec...