Capítulo 1

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Todo era oscuro, gritos y agujas llenaban toda la estancia. De repente, se abrió la puerta acabando con los gritos y dejando paso a una niña de tres años de pelo salmón y ojos violeta con marcadas ojeras debajo de estos. La niña fue guiada a su habitación donde le esperaba su padre, un chico pecoso de cabellos violeta y ojos azules de no más de 25 años.

Cuando la niña se durmió, no sin dificultad debido a su miedo constante a que volvieran a maltratarla, después de jugar y cantar con acompañamiento del ukelele que le había regalado su padre, este salió de la habitación encontrándose con un ser demoníaco esperándole en la puerta.

–Leslie, recuerda, solo dos años más –dijo serio.

–Lo se –respondió fríamente el mismo chico que años atrás habría estado aterrado.
Los años pasaron, la niña seguía siendo usada en los experimentos de los seres que solo la trataban como un conejillo de indias.

Su corta vida era muy monótona, consistía en levantarse a las 8 de la mañana para pasársela estudiando, comía a las 14 y  después experimentaban con ella hasta las 19, después tenía dos horas de libertad que pasaba con su padre para después cenar y irse a dormir a las 21. Pero esto cambió el día en que cumplió cinco años. A la víspera de su cumpleaños, su padre le dijo algo que ella no alcanzó a comprender hasta tiempo después.

–Prometeme, que escaparás –dijo Leslie mientras salía por la puerta de la habitación de la pequeña.

–¿Que? –dijo la pequeña desconcertada.

A la mañana siguiente, la puerta de la habitación se abrió dejando paso a una mujer de pelo negro y ojos morados.

La niña se asustó al ver que la persona que había abierto la puerta no era su padre, como acostumbraba a ser, sino una mujer completamente desconocida.

–No te preocupes, no tienes que tener miedo. Soy Isabella –dijo intentando tranquilizar, en vano, a la niña que se había hecho una bola en la esquina de la cama y se había tapado hasta casi cubrirse los ojos.

La niña fue llevada a una casa en medio del campo, repleta de niños que vivían felices sin ningún tipo de preocupación. Ahí fue cuando comprendió que no volvería a ver a su padre. Y atando cabos, descubrió el significado de lo que le había dicho su padre. Se dio cuenta de porque durante sus cinco años de vida había estado rodeada de demonios, de bebés siendo transportados constantemente y de cuerpos sin vida guardados en extrañas cápsulas y se prometió a ella misma que escaparía.

–Ray, Emma, Norman, esta es _____ –decía Isabella mientras _____ se escondía detrás de esta.

–¡Vamos a jugar! –decía Emma mientras cogía de la mano a _____ y intentaba llevarla con ella a jugar cuando se fue Isabella, aunque sin ningún resultado ya que _____ se rehusaba a ir con la pelinarroja que para ella era un completa desconocida y eso le aterraba.

–¿No ves que tiene miedo? –dijo Ray cogiendo a ____ y poniéndola detrás suya, donde ella se escondió ya que sintió que era alguien en quien podía confiar.

–Perdón ____ –dijo Emma–. ¿Pero, porque tienes miedo?

–Y-yo –dijo _____ un poco asustada por lo que diría ya que antes de salir, los demonios le advirtieron de que no podía contar nada de lo que sabía a los otros niños o de lo contrario, acabarían con ella.

–No hace falta que contestes –dijo Ray.

–Pero aún no nos hemos presentado –dijo Norman–. Yo soy Norman, ella es Emma y el es Ray.

–Y-yo soy __-_____ –Y salió de detrás de Ray cogiendo un poco de confianza a los chicos que acababa de conocer.

Estuvieron un rato hablando y por primera vez en su vida, _____ se sintió cómoda rodeada de gente. Pero esa comodidad desapareció en el mismo instante en que llegaron los otros niños al darse cuanta de su presencia y se acercaron a averiguar quién era.

Había pasado una semana, _____ se había acostumbrado al nuevo ambiente, no sin dificultad. Pero aún no lograba dormirse por más de una hora.

–Buenos días _____ –decía Emma mientras se frotaba su ojo derecho.

–B-buenos días E-emma –decía _____ mientras bostezaba a causa del sueño que le provocaba no haber dormido.

El día transcurrió como cualquier otro. Pero ese día, _____ decidió pedirle a Ray si podía dormir con el ya que tenía la corazonada de que le ayudaría.

–Buenas noches Norman –decía Ray mientras se tapaba con la sábana.

–Buenas no... –decía Norman, pero no acabó la frase ya que _____ entró a la habitación.

–Oye Ray –dijo _____ mientras se acercaba a la cama del mencionado–. ¿Puedo dormir contigo?

–¿Que? ¿Porque yo? Pídeselo a Norman que seguro que te dice que si –dijo Ray mientras volvía a acomodarse en su cama.

_____, un poco decepcionada, se volvió a la cama de Norman, el cual se hizo a un lado para dejarle sitio a _____, a lo que ella le dio las gracias mientras se metía en la cama.

Como ya se esperaba _____, no pudo dormir esa noche. Y Ray, al ver que sus ojeras se habían hecho aún más pesadas, se sintió mal por haberle dicho que no.

Ese día, _____ decidió bajarse su ukelele para tocarlo en el descanso. Así que lo cogió, bajó al patio y se sentó bajo un árbol al lado de Ray y empezó a tocar una melodía que este y otra azabache conocían muy bien.

Al rato de estar tocándola, Ray empezó a acompañarla tarareando la melodía mientras cierta azabache los observaba desde la ventana de dentro de la casa.

Por la noche se volvió a repetir la situación, _____ volvió a la habitación en busca de Ray para pedirle si podía dormir con el a lo que el aceptó.

Y como había predicho la chica, por primera vez en su vida, pudo dormir ocho horas seguidas. Y desde entonces, siempre dormían juntos.

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Looool, 1003 palabras, en la vida había escrito tanto. Xd

Bueno, pues espero que os guste.

SH

Ray y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora