Home (Seokchan) oneshot

Única parte

De nuevo se encuentra tocando la misma puerta a la misma hora. Esperó unos minutos hasta ver al chico que siempre estaba para él, despeinado y en su pijama.

— "¿Chan? Pasa." — Se hizo a un lado para dejar al pequeño pasar sin siquiera mirarlo. Sabía que era él, siempre era él.

— "Hyung, paso de nuevo." — El menor lo miró mientras alzaba su camisa dejando ver moretones y algunos cortes en su espalda.

— "Te hizo daño." — Se acercó al chico mientras miraba su espalda maltratada. — "¿Por qué no lo dejas Chan? Mírate, siempre te hace daño, corres a mi, te ayudo, te aconsejo y vuelves a perdonarlo solo porque te dice que estaba tomado."

— "Lo amo hyung, no puedo dejarlo." — Lo miró mientras bajaba la camisa. — "No puedo abandonarlo."

— "¡Sí puedes!" — él mayor explotó. — "Dices amarlo pero lo veo en tus ojos Chan. Estas sufriendo día a día por su culpa y no haces nada. Estoy cansado de verte venir herido y llorando por su culpa. Estoy cansado de tener que consolarte y aconsejarte para que después hagas lo mismo. Estoy harto de tener que verte de esta manera y estoy más que exhausto de que solo vengas aquí porque sabes que no te puedo decir que no porque te amo." — El menor solo bajó la mirada y respiró hondo.

— "Perdón hyung.." — no dijo nada más al ver que estaba solo en la sala. Unos minutos después el mayor volvió y lo hizo sentar para curar algunos cortes.

— "Ya, puedes ir a la habitación a dormir." — El mayor se levantó y caminó a la cocina para buscar un vaso y servirse agua.

— "¿No vendrás? — el menor se paró y fue detrás de él mirando su espalda en esa camisa blanca.

— "No." — bebió rápidamente el agua y lo miró serio — "Ve tú, por una vez hay que respetar que estás en una relación."

— "Hyung...-" — el mayor lo interrumpió.

— "No Chan, ya me cansé. Puedes seguir viniendo aquí pero no te trataré como más que un amigo." - caminó a la sala y se recostó ahí cerrando sus ojos.

El menor solo se quedó observándolo y bajo la cabeza caminando hacia la habitación de su mayor. Se recostó y se tapó hasta la cabeza para después abrazar sus piernas. Se sintió culpable por hacerle eso siempre a su hyung, la única persona que aún lo aceptaba después de estar con Soonyoung. A nadie le gusto la idea que el menor estuviera con él, a ninguno de sus amigos le agradaba. Sabían que no era bueno con Chan, pero el menor era ciego. Siempre pensaba que algún día cambiaría por él, que algún día todos los golpes y gritos valdrían la pena. Que triste sueño. Chan al pensar en todo eso soltó varias lágrimas y pequeños sollozos. Pensó en el mayor que estaba en la sala y lloró más fuerte.

Su hyung favorito, el que siempre le habría la puerta de su casa cuando éste lo necesitaba más que nunca. Sabía que le hacía daño verlo constantemente ahí. Mientras él sufría por su relación, el mayor sufría al ver a su pequeño amor llorar por otro. Chan temía que algún día el mayor lo abandonara igual que los demás, temía que algún día lo ignorara y lo dejara a su suerte. Parece que ese día se está acercando en su mente. Sollozó más fuerte mientras imaginaba a su hyung yéndose sin dar explicación y dejándolo sufrir solo.

El mayor estaba aún con sus ojos cerrados y cuando sintió la puerta ser cerrada los abrió y pasó sus manos por su rostro. Por primera vez pudo ser fuerte y tener algo de autocontrol por no irse detrás del menor. Sabía que cuando Chan venía a él eran por dos cosas, una era por los golpes de su pareja y la otra para satisfacer sus necesidades y olvidarse de su sufrimiento en su propia casa. Quería que el menor dejara esa vida de sufrimiento y se diera cuenta que él otro no lo amaba. Solo lo usaba a su favor cuando quería y cuando no, lo maltrataba. Eso hacía que en sus venas sintiera el fuego de la furia correr sin poder ser librado. Recuerda la primera vez que el menor entró por esa puerta llorando y su rostro lleno de moretones y el labio partido. Esa fue la primera vez que el menor lloró en sus brazos y no fue la última. Las "visitas" se hicieron bastantes continuas en la noche. Varias por golpes y otras de nuevo para escapar de su mundo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos ruidos desagradables para él. Se sentó bien en el sofá y trató de escuchar de nuevo. Eran sollozos, eran de su pequeño. Su pecho se comprimió y sintió dolor. Odiaba que el menor llorara, pero sabía que tal vez haya sido su culpa. No se dio cuenta cuando se paró o cuando caminó hasta la puerta de la habitación. Para ese momento su autocontrol no existía de nuevo. Abrió la puerta despacio sin hacer ruido y vio el bulto en su cama completamente tapado. Se acercó y lo escuchó de nuevamente, los sollozos eran peores estando de cerca. Se sentó al lado del bulto y lo destapó para acariciar su espalda cuidadosamente de no hacerle daño.