||Capítulo 1: El comienzo de una gran historia||

44 2 3
                                    

||Capitulo I: El comienzo de una gran historia||

Hace mucho tiempo nació una niña de piel cálida grandes ojos color caramelo y una cabellera del mismo color con unos destellos rubios. A quién fue llamada Cannelle Harrison, Pero fuí apodada por mi pueblo como: Mai. A la edad temprana de 5 años conocí a un chico de cabellos grises rubiones, quién lo veía jugar solo en una esquina de una chocita cercana solitariamente, al poco tiempo nos hicimos muy amigos llegándonos a ver todas las tardes, hasta que un día fue diferente. Al llegar a la misma esquina de su casa para verle, él no estaba, así que decidí asomarme al frente de esta choza. Al hacer esto lo vi a él con lágrimas en sus ojos, apoyado en el marco de la puerta mientras sus padres cargaban sus cosas en el carro que tiraba de unos caballos. Entre sollozos llamé la atención de mi amigo. Él me contó a duras penas que se tenía que mudar por una propuesta de trabajo de parte de sus padres afueras de la ciudad de Camelot, que es por cierto donde vivo. Luego desde ese día no volví a ver a mi amigo y la tristeza se apoderó de mi ya que no tenía más con quién jugar.

Mis padres al verme tan triste me hicieron un regalo que se les hizo difícil pagar, era un reluciente y gran arco con algunas flechas, que aún así lo acepté con gusto y aprendí a usarlo al poco tiempo, pronto se volvió mi hobby. En el presente con el rey Arturo al reinado de Camelot y el pasar del tiempo me volví en una chica muy aventurera e independiente. Mi aventura comienza a la poca edad de 16 años:

Eran las 8.00 de la mañana aproximadamente y los rayos de sol traspasaban las cortinas, accediendo plenamente a mis ojos, haciendo que yo me despierte de una manera mosqueante.

Mai: Que bien el sol molestando desde temprano...* dije mientras me acomodaba en mi mullida cama, mi voz era grave y adormilada* Creo que el sol no se va a dejar de molestar hasta que me levante, ¿no? así que mejor es hora empezar el día* Me levanté los ánimos y me levanté de la cama de un salto provocándome un mareo*

Mai: Tal vez no me deba levantar tan rápido... *Dije mareada con mi mano sosteniendo mi cabeza*

Bajé a la cocina y saludé a mi madre quién leía un libro en esta.

Mai: Madre ya me voy...* Dije extendiendo mi mano y agitándola de lado a lado*

Madre: Vuelve para el almuerzo cariño *Hizo la misma acción*.

Luego de saludar a mi madre quise ir a la biblioteca para buscar algo de mitología que era algo usual para mi hacerlo, principalmente en las mañanas. Bueno, al llegar a la biblioteca, la bibliotecaria me atendió muy dulce y alegre. Yo la saludé energéticamente y seguí en busca de lo mío.

Mai: Pasillo 4... Pasillo 4... Pasillo 4 *Dije casi murmurando para no olvidarme*

Mai: Eureka! Ya que... me los leí todos... *suspiro*... ¿Qué hago? *hablé para mí misma*

Me di cuenta que no estaba sola, sino que un peliblanco estaba centrado en su libro murmurando cosas mientras escribía lo que parecía ser una hipótesis. El chico era de piel pálida al igual que su cabello que era un tipo de blanquecino con reflejos pelimorados y unas notables pecas invadían parte de su cara. Yo seguí en mi caso de qué leer... Pero en eso, el peliblanco se levanto de la mesa, con su dedo índice en su barbilla y pensativo se paró al lada mío y frente del estante, me habló:

???: Disculpe señorita, ¿me puede recomendar algo para leer de mitología?*Se mostró calmado y seguro*

Mai: L-lo s-siento, no soy secretaría.. *Tartamudee acompañada de una risita nerviosa*

???: Hm... Lo sé... pero.. yo siempre la veo por estos pasillos y por lo que vi usted ya leyó bastantes libros de este tipo, ¿no es así? *Mientras decía esto tomó mi mano sigilosamente provocándome un notable sonrojo*

Las Piedras ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora