Victoria se sentía perdida, todo iba de mal a peor y no sabía cómo detener esa cadena de destrucción. Había tenido el éxito en sus manos apenas un par de minutos, el escondite de Sara estaba oculto en alguna parte del bosque, pero sin el mapa no sabía en qué punto exacto estaba situado. Por si no era poco, ahora Sara tenía en su poder la sangre de otra bruja y seguramente también la de Amanda.
Fue en busca de Amanda cuando el juicio finalizó, pero ni ella, ni Claire y ni su hermana, encontraron algún tipo de rastro de su amiga perdida. Temían lo peor y no estaban preparadas para sufrir otra pérdida. Además, estaba el hecho de que Brenda había escuchado toda la conversación que habían mantenido ella y Margarett acerca de la forma correcta de realizar el ritual. Quizás Sara ya lo sabía todo, por lo que ahora era de crucial importancia que ninguna de ellas saliera de casa y exponerse a peligros. Por lo que durante los siguientes tres días después del juicio, siguieron la rutina al pie de la letra. Casa, instituto, casa, instituto. No podían dejar que Sara se saliera con la suya. Además, la policía estaba buscando a Amanda por todas partes, la ciudad entera estaba repleta de carteles con el rostro de ella.
Rosé se había marchado desde muy temprano y había dejado a su cargo a los niños. Meredith jugaba en el jardín con sus muñecas, mientras que Victoria daba de comer a su hermano Niall.
—¡Mira lo que hace la muñeca! ¡Victoria, mira, mira! —gritaba la pequeña entusiasmada.
La niña estaba haciendo volar a la muñeca, recorriendo prácticamente todo el jardín. Victoria miró hacia todos los lados comprobando que nadie los espiaba. Si alguien lo viera, estaba segura de que caería de bruces por la sorpresa.
—Hazme una foto Vic —le sugirió Meredith con voz risueña.
—Está bien, pero después tenemos que borrarla.
La niña asintió mientras ensanchaba su sonrisa. Victoria sacó su móvil del bolsillo y realizó la foto cuando su hermana pequeña estuviera lo más quieta posible. Sobre la cabeza de la niña, la muñeca también posaba.
—Ahora la borramos, ¿vale? —preguntó la joven, mientras Meredith observaba la fotografía.
Victoria se levantó de golpe sorprendida y con el corazón a mil por hora. Pues cuando borró la fotografía, la siguiente última que había realizado apareció en la pantalla. La fotografía de un mapa. Entonces lo recordó de golpe, minutos antes de ser atacada había creído buena idea hacerle una foto al mapa. No se había equivocado en su intuición.
Estaba pletórica al descubrir la suerte que tenía. No tenía el mapa original, pero la fotografía lo mostraba tal y como era. Tenía el mapa, tenía la daga, "¿qué más necesitaba para acabar con esto de una vez por todas?" Necesitaba más ayuda, por ahora eran solo tres o cuatro dependiendo de la decisión de Margarett. Christ aún se encontraba en Westerm, intentando sonsacarle una confesión a Kelly de quién era su antepasada. Por lo que solo eran ella, Alicia y Claire contra una poderosa bruja antigua. No necesitaban a un adivino para saber que acabarían muertas con el primer enfrentamiento.
Victoria necesitaba a los brujos de la Legión del Sol. Cogió a los niños y los subió al coche, tenía pensado dejarlos frente al ayuntamiento donde Marcus estaría trabajando. Estarían a salvo con su padre, al menos por el momento. Cuando los dejó, se dirigió hacia la iglesia.
—¿Estás segura? —preguntó de pronto Cayden.
—Joder, casi me da un infarto. ¡Por el amor de dios, estoy conduciendo, no puedes hacer eso en un coche en marcha!
—Lo siento. —dijo el chico con una sonrisa divertida.
Lo miró un par de veces intentando enfadarse con él sin resultado. Era imposible hacerlo con aquella sonrisa, con esa mirada intensa de esos ojos... Abrió la ventana respirando hondo y para ventilar el sofoco.
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LAS BRUJAS DE VILLA MARIE
FantasyPARTE UNO Victoria una joven aparentemente normal llega a la ciudad donde nació después de la muerte de su madre. En Dembourne el pasado y una cruel maldición la persigue a ella, a su familia y a sus amigos. Tendrá que enfrentarse a una enemiga mor...