Jurgen
El reloj marcaba las 10:23, era la hora perfecta para ver a Samantha e invitarla a desayunar al nuevo café que se había inaugurado a tres calles de su casa. Caminé con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, el frío se hacía intenso en la mañana y no traía guantes para abrigar mis manos. No le había podido hablar más temprano a Sam para hacerle saber que venía en camino a buscarla porque Álex se había pasado temprano por casa para ver lo que llevaba escrito hasta el momento, fue reconfortante saber que ese libro, el cual escribo con tanto esmero, tenía un alto potencial, y según Álex, sería un éxito. Aunque aún él no sabia sobre el final que tenía preparado para ese libro. El final del libro me traería problemas quizás, o talvez no, pero era lo que quería contar con esta historia, además de la historia que tenía con Samantha. Estaba contando una parte de mi vida en esas páginas, contando una vida que no tenía color y que con ella de a poco los colores fueron floreciendo, con cada momento ella pintó pinceladas de cariño en mi.Sólo algunos metros me separaban de la casa de Samantha cuando noté una motocicleta negra Yamaha V-Max, ya la había visto antes, estaba junto a la acera y el dueño de ella esperando en la entrada de la casa. Era Elioth. ¿Qué hacia el niño lindo acá y a esta hora? Me molestaba solo verlo, incluso estaba ahí parado esperando por mi novia, que idiota. Cerré los ojos unos segundos y tragué todo rastro de ira que fluía en mi interior antes de acercarme por completo a él, no quería hacer un espectáculo en la puerta de la casa de Sam, y mucho menos que ella me viera hacerlo, ya me había pedido antes llevarme bien con el imbécil este. Pero no se me olvida el desprecio y los jueguitos que le hizo a Joel. Mi amigo se merecía un simple "no" por parte de él, no los juegos y las ilusiones que este idiota le dio antes de deshacerse de él como si fuera un juguete. Entiendo que no debería involucrarme tanto, pero Joel me había mostrado su sensibilidad y verlo lastimado me había hecho sentirlo también.
El imbécil notó mi presencia cuando toqué el pulsador del timbre que estaba en la entrada. No dije nada, no tenía nada que hablar con él. En cuanto Samantha saliera me la llevaría a alguna parte.
- Acabo de tocar también - me informó. ¿Quién rayos le preguntó? - ¿Cómo estas, Jurgen?
Ahora intentas agradarme, ¿qué sigue?
- ¿Vienes a ver a mi novia? - hice énfasis en la última palabra. Soné como un niño que presume un juguete, maldición. Aunque no quería dirigir palabra a él lo hice, me pregunto por qué motivo está acá.
- Si... bueno, le hablé por teléfono más temprano pero no respondió, supongo que estaba dormida.
- Debe ser, anoche pasamos un rato juntos - ok, no necesitaba saber eso, y tampoco sé porque lo dije. Pero de todos modos no me importaba - ¿A qué vienes? - indagué.
- Quería hablar de algo con ella.
- Supongo que no puedo saber de qué tema - dije al escuchar su respuesta.
- Pues... - hizo una pausa, se veía incómodo, o quizás inseguro de hablar - es sobre tu amigo, Joel.
- ¿Joel? - no podía hablar enserio. Oh no, claro que no. Joel ya había dejado a este imbécil en el olvido, o eso creo ¿no podía él hacer lo mismo? - ¿Qué problema tienes ahora con él? Joel ya no está interesado en nada que tenga que ver contigo.
- Ese es el problema - dijo juntando las cejas - pero no tengo que hablar esto contigo - soltó en un tono seco, volvió a tocar el timbre ¿Eso era un problema para él?
- Yo se que no elegiste gustarle a Joel, eso no es culpa tuya. Pero si será tu culpa si lo ilusionas y le haces daño de nuevo. Y yo no lo toleraré - hablé en un tono bajo tratando de sonar tranquilo. Seguido toqué nuevamente el timbre.
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Te Busco Entre Páginas
Fiksi RemajaUn escritor anónimo de libros, que ha ocultado su identidad por años, se ve envuelto en una difícil relación con una lectora. Esa lectora sueña con tener un amor de libro como todas las que ha leído, y aunque a veces la vida puede golpearnos duramen...