El chico sin voz

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Aquel día, Jungkook salió más ansioso de lo habitual de su última clase de lenguaje de signos, había estado aprendiendo durante un año aquel lenguaje sólo para aquel momento y ahora temía no ser capaz por los nervios. 

Aun recordaba aquel día cuando le conoció, era el ser más hermoso que jamás había tenido la suerte de ver, estaba pintando en una galería, junto a la academia de baile dónde él enseñaba. No dudó en acercarse a él pero no esperaba aquel abismo entre ellos.


- No puede oírte- dijo el pintor que estaba detrás del chico misterioso- ni hablar contigo. Es sordomudo. Se llama Kim Taehyung.

Jungkook miró a aquel chico y luego a Taehyung, que le ignoraba mientras pintaba.
- Muchos vienen aquí cuando le ven, pero luego...- se encogió de hombros.

- Quiero ver sus pinturas- pidió Jungkook. 

El chico le dirigió por un pasillo y le mostró una galería. 

- El arte de Taehyung es diferente, él pinta con lo que percibe de los sentidos que le restan. Es lo que hace su pintura hermosa. 

- Todo él es hermoso. 

Jungkook compró su cuadró favorito de la galería y, antes de salir, sonrió a Taehyung y le dio la mano. Aquel día se apuntó a clases de lenguaje de signos.


Durante un año, cada tres días, pasaba por la galería de Taehyung, le veía, le saludaba y se iba, otras veces adquiría otro cuadro suyo.   

A mitad de año las paredes de su casa estaban forradas con los cuadros de Taehyung. 

Y ahora, ahí estaba él. La misma fecha que le conoció pero un año después. Como todos los días, entró y saludó a Hoseok, que así era como se llamaba el compañero de Taehyung, aquel que le dijo que el chico era sordo. 

- Hola Jungkook- saludó Hoseok, sin levantar la vista de su lienzo. 

- Quiero el último cuadro de Taehyung... 

Hoseok suspiró, no sabía si decirle o no que dejara de gastarse todo su dinero en las obras de Taehyung, que así no llamaría su atención. Pero decidió no hacerlo, nunca nadie se había tomado tantas molestias por Taehyung y, de verdad Taehyung era un chico que, a pesar de todo, merecía la pena. 

- Aquí tienes. 

Jungkook sonrió y se dirigió a Taehyung, éste sólo le miró y sonrió, pensando con tristeza que Jungkook se despediría y se iría. 

- Tengo setenta y ocho cuadros tuyos... los he contado- dijo Jungkook en un aceptable lenguaje de signos. 

Taehyung dejó caer el pincel, arruinando el lienzo, pero poco le importó. 

- Te vi por primera vez hace un año... sólo quería hablar contigo... 

Hoseok, que estaba en un discreto segundo plano mirando aquella silenciosa conversación, sonrió, dejó su pincel y se fue. 

- ¿Has aprendido... por mi?- preguntó Taehyung, que estaba tan nervioso que sus manos temblaban. 

Jungkook asintió y Taehyung parecía en estado de shock. 

- ¿Por qué? 

- Porque verte es como ver un hermoso cuadro y no poder descifrarlo. Eres demasiado hermoso... yo... quería saber de ti... 

- Tú también eres como un cuadro... pero en blanco. Ahora puedo pintar mucho sobre ti- dijo gesticulando despacio con las manos para que Jungkook le entendiera y, tras finalizar, mostró una gran sonrisa rectangular. 

- Incluso sobre mi, si quieres. 

Ambos se miraron y Jungkook se abrió la camisa, Taehyung cogió su pincel y comenzó a pintar, cuando terminó, Jungkook vio un hermoso girasol en su costado en la zona de su corazón. 

- ¿Un girasol? 

- Cada vez que te veía... no podía apartar mi mirada de ti... yo soy ése girasol y tú mi sol.

El chico sin vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora